Chispas vuelan

NUEVA ESCUELA

—Mami, ¿Y entonces tú te vas a ir al trabajo? —

—Sí— el pequeño hacía preguntas mientras su madre lo acomodaba en el asiento de niños en el auto. —Te veré a la salida de la escuela, no te preocupes—

—Está bien, pero... ¿Y si no hago amigos?, papá decía que no era bueno hablar con gente desconocida nunca, no sabría de qué familia vienen—

—Maldito— susurró. —Mi amor, no hagas caso a eso, papá no sabe lo que dice, nunca debes juzgar a nadie, primero, debes conocer a las personas, estoy segura de que tus nuevos compañeros serán lindos—

—Ok—

Al llegar a la escuela se despidieron.

—Qué tengas un lindo primer día mi amor- abrazó a su hijo y lo llenó de besos. -Te amo, te irá bien, te veo a la salida, ¿Ok? —

—Te amo mami, adiós—

Entre lágrimas Taylor entró al auto y suspiró. "Tranquila" se dijo a sí misma y arrancó el coche, tenía un nuevo día como abogada independiente, resolviendo algunas cosas en su propia oficina que rentaba cerca del centro de la ciudad, en eso recibió una llamada.

—¿Sí? —

—Taylor, dime, ¿Leíste el correo que te mandé hace una semana? —

—Joseph, me asustas, no, estuve ocupada con la mudanza, ¿Qué es? —

—Bueno, te diré el resumen, voy a reducirte la pensión de Matthew—

—¿Qué?, ¿Por qué? —

—Porque ya trabajas, es obvio, así que puedes cooperar más—

—Joe, no hagas eso, apenas me mudé, no es que yo tenga la misma cantidad de trabajo que tú, por lo tanto, estoy algo apretada con el dinero—

—Metiste a nuestro hijo a una escuela pública, te sobra dinero ahora—

—No, no me sobra, pagué la mudanza, el alquiler de la casa, un depósito de enganche, instalaciones, las cosas de la escuela... Se considerado—

—Taylor, soy muy considerado, te doy dinero para él, tu insistes en tener una vida "normal", entonces vive como gente normal—

—Por el amor de Dios- suspiró. -Leeré el correo, pero no estoy de acuerdo—

—Sé pacífica, hablé de esto con mi madre y ella está de acuerdo—

—Tu madre eh...—

Taylor estaba segura de que la madre de Joe estaba detrás de todo eso, ella nunca fue de la gracia de aquella señora tan delicada, se sentía como la reina de Inglaterra odiaba que cuando visitaban a la madre de Joseph, no dejaba que Matt estuviera tocando nada, no quería suciedad, ni ruidos molestos tampoco, se molestaba si masticaban fuerte en la mesa, era la dama de los modales.

—Sí, mi madre, bueno, me voy, tengo que hacer, adiós— colgó.

"Ni siquiera preguntó por su hijo, ni en su primer día del preescolar"

Al finalizar la jornada escolar Taylor estaba como prometió afuera de la escuela, abrazó a su pequeño y entraron al auto.

—¿Cómo te fue en tu primer día Matt? —