Chispas vuelan

CONFÍA EN MÍ

Y entonces lo hizo, comenzó a contarle como se había estado sintiendo con todo eso de la presencia de Joe, sin decir nombres nunca, aunque, de todos modos, ella sabía a lo que se estaba refiriendo, por obvias razones.

—Vaya...— ella no se imaginaba nada, lo que pasaba en su vida, no creyó que Joseph realmente les estaba haciendo la vida imposible, pensaba que solamente era un hombre de esos, con los que solía trabajar, que quería recuperar el amor perdido, pero en este caso era diferente, Joe se estaba metiendo en la vida de una familia ya formada y eso le dio algo de vergüenza.

Karlie siempre había visto su trabajo como lo que es, un trabajo, pero nunca pensó que lo que estaba haciendo, era arruinar una familia, la mayoría de sus clientes, la contrataban para romper relaciones, no familias, eso le daba algo de pena.

—Sí, pero, bueno, supongo que es algo que debo soportar por el momento— se encogió de hombros.

—Kelce, quita esa cara— le daba algo de pena. —¿Por qué no vamos a tomar otro aire?, ¿Qué te parece si comemos una dona saliendo de aquí?, ¿Te gustan? —

—Sí, me gustan, pero...— pensó que Taylor podría molestarse un poco, aunque, no haría nada malo, así que aceptó. —Sí, vamos, porque no—

Mientras, afuera de la casa de Travis, se encontraba Joe.

—Hola Joe...— Taylor abrió la puerta dudosa, puesto a que no estaba nadie en casa más que ella y la bebé.

—Hola, ¿Puedo pasar? —

—Sí, ¿Necesitas algo? — le dio el paso.

—Me gustaría ir por Matt a la escuela—

—Ok, sí, supongo que sí, pero, podrías haberme llamado para eso—

—¿Para qué debo llamar si estoy en la misma ciudad? — alzó una ceja.

—No quiero discutir, te mandaré la ubicación de la escuela—

—¿No podemos ir juntos?, apuesto que eso le gustaría mucho—

En otras circunstancias habría aceptado, pero creyó que eso podría confundir a Charlotte, su mente se tenía que dividir en muchas posibilidades, Charlotte, Matthew, Travis. 

—Puedo verte allá, pero no voy a ir contigo—

—¿Por qué?, ¿No te deja Travis? —

—No es eso, lo sabes bien—

—¿Entonces? —

—Joseph, estoy comprometida—

—¿Y?, solo iremos por nuestro hijo—

—No Joe—

—Ok, ok— rodó los ojos. —Será a tu modo—

Más tarde, Taylor tomó su auto, para ir por los niños, aunque, esta vez, Joe es quien iría por Matt, no estaba segura si eso pasara, normalmente, decía muchas promesas y nunca las cumplía, pero esta vez, secretamente, deseaba que no se apareciera en la escuela, todavía no se sentía mentalmente preparada para la ola de emociones que su hijo podría sentir al ver a los dos ahí, ¿Estaría feliz?, ¿Sorprendido?, ¿Querría que todos se fueran juntos?, necesitaba hablar con su hijo acerca de lo que pronto estaría pasando.

—El destino me está jugando una mala broma, Noah— le dijo a su bebé, mientras conducía.

Al llegar a su destino, aparcó el auto donde siempre y se quedó en el borde de la puerta del copiloto, mientras observaba a Noah dormir con el aire acondicionado dentro, aunque era los inicios de otoño, todavía hacía un poco de calor, a lo lejos, vio el auto rentado de Joe estacionarse, había venido.