BIENVENIDA DEL BEBÉ KELCE

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El mes de agosto estaba demasiado caluroso, y eso se podía notar con tan solo tratar de entablar una conversación con Taylor, entre casi el noveno mes de embarazo y la ola de calor, ella ya no podía más.

—Mi amor...—

—¿Todo bien nena? — Travis le acariciaba la espalda.

—Me siento terriblemente acalorada—

—Oh nena, lo siento mucho, pero la doctora dijo que no es bueno que subas demasiado el aire acondicionado, el cambio de temperatura brusco no es bueno—

—Lo sé...—

—¿Qué te parece si me acompañas a reparar las llaves del gimnasio? —

Travis había conseguido que algunos estudiantes de deportes universitarios, se hicieran cargo del gimnasio mientras él estaba cuidando de su esposa, que pronto podría dar a luz, ellos conseguirían créditos extra en sus clases.

Después de reparar las llaves, entraron a la camioneta, dispuestos a ir por unos helados que llevarían a los niños que se encontraban jugando en casa de Selena y Austin.

—Voy por los helados, nena, no salgas, la fila se ve larga—

—Todo mundo muere de calor, ok, aquí te espero—


Habían pasado 10 minutos y sentía demasiado calor dentro del auto, Travis no regresaba, parecía que apenas entró al local, luego de la enorme fila en la calle, valoraba que hiciera eso, no era fácil estar bajo el sol unos minutos solo por un helado para su muy embarazada futura esposa, en eso el calor comenzaba a subir, pero por las piernas, se dio cuenta de que su fuente estaba rota y un par de contracciones leves le estaban llegando.

—Dios, y dejó su celular dentro de aquí— Taylor entró en pánico.

Las contracciones seguían, en eso, su prometido llegó y subió al auto.

—Listo, tengo el botín—

—Mi amor...—

—¿Sí? —

—No quiero que te asustes, pero...— señaló sus piernas.

—¿Eso es tu fuente? —

—Sí—

—Ay mierda, no, perdón, mi lengua, demonios, ¿Te sientes bien?, vamos al hospital ahora mismo—

—Tengo unas leves contracciones, nada más, pero, será mejor ir, hoy nace—

Condujo al hospital lo más cuerdo que pudo, por dentro tenía demasiado miedo, eso le hacía recordar como la madre de Charlotte parecía sana y murió en el parto, odiaría que eso pasara, amaba demasiado a Taylor, necesitaba y deseaba estar con ella por el resto de su vida, no soportaría quedarse con otro bebé, solo, de nuevo.

Entraron a la clínica y los trasladaron al cuarto, las enfermeras y doctoras los calmaron, debía dilatar todavía más, lo cual pasaría en algunas horas.

Taylor estaba agitada, le daba miedo dar a luz a un bebé, que claramente sería enorme. —Bebé Kelce, será mejor que salgas sin lastimar a mami—

—Espero que sea así, no quiero que sufras— Travis le masajeaba la espalda. —Por fin conoceremos que eres Noah—

Pasaron 4 horas más, en las cuales era un dolor intenso para Taylor, Travis por otro lado moría de nervios, rezaba para que todo saliera bien, los trasladaron a la sala de partos, donde comenzó la aventura, luego de pujar tantas veces y con todas sus fuerzas, logró dar a luz, y para la sorpresa de todos, era una niña.

Chispas vuelanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora