DISNEYLAND DE TRAMPA, SEGUNDA PARTE

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Era el último día del viaje a Disney, Matthew lo habría pasado realmente bien, se sentía por fin cerca de su padre, le prestaba atención a todo lo que decía y, además, jugaba con él, se sentía tan contento, no recordaba que su papá podría ser divertido, siempre lo miraba enojado y no olvidaba ese día que se asustó cuando peleaba con su madre.


Mientras tanto en Kansas, Travis se moría de nervios, hoy por fin volverían, ya ansiaba tenerlos en casa, a pesar de que estaba algo celoso, bastante, realmente, se preocupaba por la seguridad de ambos, esa única vez que vio a Joe, cuando lo conoció, al verlo a los ojos le dio algo de desconfianza, y ahora, su sentido extra, le estaba indicando que no se equivoca.

—Papi, ¿Cuándo llegan? — Charlotte estaba mal sin Taylor, era su mami y no le gustaba que se fuera.

—Casi por la noche nena—

—Ay, es mucho tiempo—

—Sí, me lo parece también— sonó el timbre y Selena entró.

—Hola—

Charlotte se acercó para abrazarla, ya se había vuelto, la tercera mujer en la que confiaba. —¿Y Teeghan? —

—Está algo enferma nena—

—Anda algo ansiosa igual que yo, supongo que puede ser mi culpa— admitió Travis.

—Entiendo, todo ese drama y luego... Esa treta de... Joe...— dijo Selena cuidando sus palabras porque Charlotte se encontraba ahí.

—Lo sé— Travis acariciaba la espalda de su bebé. —Hmmm, no estoy seguro si esto ahora será así con él o que esperar—

—Me tiene sorprendida también, tengo dos teorías, muy locas—

—Nena, ¿Podrías subir y traer el chupón de Noah? —

—Sí papi— se fue.

—¿Cuáles son? —

—Bueno, Travis, o por fin se regeneró y piensa recuperar a su hijo decentemente o... Quiere a Taylor—

—Maldición, espero que sea solo lo primero—

—Yo también, pero, vamos a dejar de pensar un montón de cosas locas, esperemos a que lleguen y ya tendrás el tiempo para hablar con ella, estoy segura de que se debe sentir tan mal—

—Lo está—

—Pobre Taylor—

—Aquí está papi— Charlotte traía el chupón.

—Gracias nena— lo tomó, no lo necesitaba para nada, pero eso le dio tiempo de charlar sin que ella se entere de temas ajenos a una niña de 4 años.


En el vuelo de regreso, Taylor se sentía demasiado cansada, a pesar de que recorrió divertida por su hijo, las atracciones y conoció el lugar, todo pagado por Joseph, estaba doblemente alerta, nunca creyó que debía cuidarse de una persona que alguna vez amó, ahora dudaba si eso era amor.

Llegando al aeropuerto, Tay tomó las maletas, en eso Joe se las quitó, lo más amble que pudo.

—¿Qué haces? —

—Llevo las maletas—

—Pero tomaremos un taxi—

—Claro, pero no por nada volé hasta acá también, voy a acompañarlos a su casa—

—Joe... No es necesario—

—Lo es, ya tengo un taxi afuera, vamos—

No sabía cómo sentirse, su corazón se salía, le daba miedo la reacción de Travis, porque ella estaría igual, vuelta una loca, completamente.

Chispas vuelanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora