Todos venimos al mundo con la obsesión de un imposible, y cuando tomamos consciencia de que el imposible es eso: un imposible, ya es tarde para refugiarnos en la sensatez. Todos queremos lo que no se puede, somos fanáticos de lo prohibido. Y tanto A...
I saw the fire in your eyes I saw the fire when I look into your eyes you tell me things you wanna try I know temptation is the devil in disguise
you risk it all to feel alive you're offering yourself to me like sacrifice you said you do this all the time tell me you love me if I bring you to the light
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TAKE MY BREATH by the weeknd.
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UNIDO A TI
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Estaban hechos un desastre, y el cumpleaños de Lucerys estaba a punto de llegar a su fin. Solo restaban unos escasos diez minutos antes de la medianoche, y ya se escuchaban reclamos acerca de la puerta cerrada del baño principal en el club.
Sin embargo, a ellos no les importaba en lo más mínimo. Cuando salieron, Aemond improvisó una excusa mientras un par de guardias estaban a punto de quejarse.
Mintió, afirmando que la puerta se había atascado y que no había forma de abrirla desde adentro, al menos hasta que lograron desbloquearla después de un tiempo considerable atrapados allí. Un tiempo considerablemente largo que le permitió hacer suyo a Luke por milésima vez sobre la encimera del lavado.
Lucerys apenas pudo contener las ganas de reír. Aemond demostraba ser un hábil mentiroso, y no estaba seguro de cómo tomar eso. Pero por el momento, su habilidad para mentir les servía.
—Casi es medianoche —se quejó Aemond, observando su reloj de muñeca.
—¿Y eso importa? —respondió Lucerys.
—Quiero besarte hasta que termine tu cumpleaños.
—No sabía que fueras tan cursi —bromeó el castaño.
Aemond alzó ambas cejas, sorprendido, y dejó escapar una pequeña risa.
—Hace no mucho me dijiste que soy lo mejor que te había pasado. ¿Quién es el cursi realmente?
—Oh, joder, adiós, buscaré a Daeron, mi novio es un dolor de cabeza.
Aemond rió y evitó que se escapara hacia la pista de baile, llevándolo al otro extremo. Como deseaba, calló sus quejas con apasionados besos. Luke podría quejarse y lanzar groserías todo lo que quisiera, pero Aemond sabía perfectamente que eso era parte de su ruidosa personalidad.
