𝐗𝐕

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oh my oh my oh my
why's it every night
I'm feeling so sleepless
oh why oh why oh why
I'm losing my mind
maybe you're the reason

cause darling I'm scared
that you, might wake up loving someone new
and darling I'm scared
when everything leads back to you


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SLEEPLESS
by dutch melrose.

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¿ERES FELIZ?

Maratón 3/3

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El agua tocaba su piel con una frigidez intensa, pero ni siquiera lograba aliviar el fuego que ardía en cada rincón de su cuerpo. Era como si un volcán en plena erupción hubiera encontrado morada dentro suyo hasta concentrarse en su ingle.

—Mierda. . . —Aemond soltó un gemido ronco, su voz estaba cargada de frustración.

Su cabello, casi blanco, caía sobre su frente en mechones empapados, el agua recorriendo un camino desde su cuero cabelludo hasta sus pies. Una de sus manos estaba firmemente apoyada contra la dura superficie de la ducha, mientras que la otra se movía suciamente con un ritmo urgente entre sus piernas, bombeando de arriba a abajo toda su longitud, autocomplaciéndose mientras dejaba que su mente volara y recordara la sensación de tener a Lucerys sobre su regazo, meciéndose, besándolo, jadeando, gimiendo para él.

En su mente, la imagen de los labios de Lucerys emergió con vívida claridad, su tono rosáceo tomando un matiz carmesí luego de besarse con esa furia a la que solo pudo atribuirle el capricho y la embriaguez del momento. Imaginó su suavidad y su calidez envolviéndole la polla tan dulcemente como lo había hecho con su boca cuando estuvieron dentro de su auto. 

Aemond ahogó un jadeo, porque su mente estaba tan fuera de sí que no reconocía la realidad de la ficción, y hasta podía imaginarse al castaño entre sus piernas complaciéndole con la boca hasta hacerlo correrse como él mismo lo estaba haciendo en su ducha solo que gracias a su propia mano y a su mente llena de imágenes irreales.

Se sentía sucio a pesar de estar bajo el agua, se sentía enfermo por haber pensando en aquel joven de cabello rizado que ahora yacía en su cama durmiendo plácidamente mientras Aemond se complacía a sí mismo.

Aemond no era un hombre que perdiera fácilmente la cordura. Su autocontrol y dominio sobre su propio cuerpo eran características bien arraigadas en su personalidad. Sin embargo, Lucerys había conseguido incitar en él una excitación que desbarataba todos los muros de racionalidad. Como si fuera un puto viejo verde que solo piensa con la polla y no con la cabeza.

𝐓𝐀𝐊𝐄 𝐌𝐄 𝐁𝐀𝐂𝐊 ― lucemondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora