𝐕𝐈

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the truth is hiding in your eyes
and it's hanging on your tongue
just boiling in my blood
but you think that I can't see
what kind of man that you are?
if you're a man at all
well, I will figure this one out

on my own


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DECODE
by paramore.


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DECEPCIONES

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La suave brisa que se filtró por la ventana entreabierta le dio los buenos días. Lucerys se removió con pereza y abrió los ojos ligeramente. Exploró el espacio a su alrededor, pero no encontró rastro de Aemond. Supuso que su tío se había despertado antes que él. Temía haber hecho alguna locura mientras dormía, pues la idea de enfrentar la vergüenza lo atormentaba más que la muerte misma.

Estiró con desgano cada músculo de su cuerpo y, sin prestar demasiada atención a su aspecto, se dirigió hacia la planta baja.

Un suave aroma a café y dulce llegó a sus fosas nasales, haciendo que una sonrisa asomara a sus labios mientras ingresaba a la cocina. Ahí estaba Aemond, de espaldas, cortando fresas con una soltura que le resultó envidiable. Parecía estar bañado, su cabello ligeramente húmedo daba cuenta de ello. Vestía una camisa negra con las mangas dobladas hasta los codos y pantalón de vestir, y Lucerys supuso que tenía algo importante que hacer para el día, quizás con Alys, pues se veía excepcionalmente bien arreglado.

Aemond giró con una sartén en la mano y se percató de que estaba preparando panqueques, dejando uno sobre el plato en la encimera. Al levantar la vista, notó a Lucerys en la entrada de la cocina, sintiéndose un poco más pequeño de lo habitual con su atuendo. A pesar de que la diferencia en estatura era apenas perceptible, era la disparidad en sus apariencias lo que los hacía resaltar. Aemond se dedicaba periódicamente al gimnasio y tenía un cuerpo trabajado, lo cual se notaba en cómo la tela de su ropa se ajustaba a su figura. Además, practicaba boxeo de vez en cuando. Por otro lado, Lucerys apenas jugaba básquet en la escuela cuando tenía ganas, llevaba una dieta normal y no tenía interés en esforzarse físicamente más de lo necesario, pues prefería invertir su tiempo en la música, su verdadera pasión.

Sin embargo, no sentía que se viera tan mal. De alguna manera, era consciente de que encarnaba el tipo del que se enamoraban ciertas chicas encaprichadas, aquellas que estaban cautivadas por artistas y músicos con un toque punk, y que secretamente anhelaban esa apariencia desaliñada.

𝐓𝐀𝐊𝐄 𝐌𝐄 𝐁𝐀𝐂𝐊 ― lucemondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora