Capítulo XIX: Casandra

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*Ethan*
Estaba en algún bar de la ciudad sentado en la barra con el barista enfrente mío, era muy buen amigo mío, había música, y muchas personas sentadas en diversas mesas, pero mayormente eran hombres quejándose de la vida, o cosas rutinarias de ver en ellos, había una chica a un costado mío, ella era pelinegra y morena, con rizos por doquier, me miraba de vez en cuando pero no le preste atención.

—¿Y ahora por qué estas tú aquí?
Pregunta Paulo, el barista y mí amigo, el era alto algo moreno de ojos avellana con sus pelos castaño claros.
Suspire y tome un trago de mí vaso.

—Rompí a el amor de mí vida por una estúpida cerveza.

—¿Y qué haces volviendo a tomar?

Me pregunta mientras limpiaba un vaso.

—No sé...¿no deberías estar feliz por tener más inclientela?, deberías de estarlo.

—De hecho, mí sueldo es bueno, pero eso no me importa si vivo de la desgracia de los demás.

Fruncí el ceño, él suspiro grueso.

—Mírate, estas bebiendo para estar bien, al igual que todos aquí, ¿crees que me gusta ver como se quejan o dicen lo miserable que es su vida?

Recargue mí cabeza en alguna de mis manos.

—No sé, yo estaría agobiado.

—Exacto, cuando los escucho me dan ganas de beber con ellos, por todos esos sentimientos negativos.

Entendí que Paul estaba harto de trabajar como barista, él tiene sus veintiún años, esta en su tercer año en la universidad, pero tiene a su cargo a su hermana, ya que su padre es alcohólico, y su madre murió cuando dio a luz a su hermana, tomó su custodia cuando cumplió los Dieciocho. Por cierto él es gay.

—Viejo me haces odiar el trabajo.

—Es fácil para ti decirlo tío, vas a tener un imperio listo para que tú lo gobiernes una vez que tú padre se retire.

—Es solo una empresa...—Dije bajando mí mirada.

—Coño, eres un idiota, yo mataría por estar en tú lugar, y aquí estás, quejándote por un estúpido error. Y haciendo lo mismo, ¿qué planeas?, ¿beber hasta no poder he ir a su casa?, despierta hombre, la cagaste, y por lo que me contaste ella es de una vez, no te perdonara. Abre los ojos.

Paul tenia razón, estaba tan harto, de que todos me dijieran que la había jodido.

—Yo, cuando bese a la otra chica, pensé que era ella... el alcohol me confundió...

Paul, me miró con sus ojos pensativos, y clavo su mirada en mí vaso, lo agarro apresurado y boto el alcohol que tenía en él en el basurero.

—Hasta aquí, ya no bebes más tío, vas a ir a la casa de la chica y le vas a hacer algo enorme, más enorme de la estúpida curseleria del estadio, yo te voy a a ayudar, levante tu culo de esa silla.

Le hice caso y el fue adrento de una puerta, seguro que para hablar con su jefe. Estaba colocando mí sudadera azul eléctrico, cuando el salió corriendo agarrando mí muñeca, hace tiempo que no veía esa expresión de felicidad en su cara, y luego entendí el porqué, escuché a su jefe gritando tras nosotros.

*Casandra*

Estaba con Erick en mí cama viendo una película en mí computador, bueno al menos yo, ya que el se había quedado dormido, sonreí al verlo, y cerré la computadora, y me acomode de nuevo cuidadosamente.

Hasta que un sonido proveniente de afuera interrumpió la atmósfera, Erick se levantó asustado, nos levantamos de nuestra posición y vimos por mí balcón,  el balcón de Jones, quien estaba con unas flores en mano.

𝐼 𝑤𝑎𝑛𝑡 𝑡𝑜 𝒉𝑎𝑡𝑒 𝑦𝑜𝑢 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora