*Casandra*
Pude ver su cara de sorpresa y eso me hizo sonreír.—¿No esperabas que fuera yo? —Dije bromeando, él estaba desconectado de la realidad, y eso me divertía aún más.
—¿Jones? —¡Casandra!—Grita mí padre llamándome. Vi como Jones relajaba su mirada, y miraba a mis padres, solo suspire, y se me ocurrió una idea para que mi padre no pudiese joderme con el tema de la tarde, me acerque a Jones y me puse de puntillas dándole un beso en la mejilla.
—¡Suerte!, nos vemos, adiós. —Dije y pude notar un pequeño rubor en sus mejillas, mis padres sonrieron y nos fuimos en el ascensor.
—¡Casandra no vuelvas a decir esas palabras delante de Hans! —Reprocha mí madre tan pronto como se cierra las puertas del ascensor - Lo siento mamá...fue un impulso.
—¡No fue solo... —Déjala mujer, ¿Tú y Ethan se llevan mejor? —Dijo mi padre.
—Lo viste con tus propios ojos papá.
—Bien, me alegro que vosotros hayan podido resolver sus problemas.
—Mm, papá, Jones me invito a salir a un parque de diversiones.
—¡Si vas con él no hay problemas!
—Prefiero a Erick. —Dice mí mamá. Mi padre solo suspira y observamos como se abrían las puertas del ascensor, bajamos y vimos todo el caótico y aburrido ambiente de los empleados, pero me gustaba tener eso, ya que se podría observar comunidad y una unidad que pocos lugares habían, son darme cuenta estábamos pasando el estacionamiento para subirnos a nuestro auto. Mí padre conducía, mi madre de copiloto, y yo en el asiento de atrás.
Mientras avanzábamos, mis padres hablaban cosas de sin sentido.—A los niños le ha ido bastante bien en las exámenes. —Ya veo, es su deber.
—¡Dan!, deberíamos felicitarlos al menos. —Sí tu lo crees.
Mi madre volvió a observar su teléfono, y hizo una mueca detestable.
—Otra vez esos motociclistas, hoy tienen una carrera, ¿qué sentido tiene poner su vida en riesgo por un momento de gloria?
—La adrenalina y la libertad que se siente al estar encima de una. Sintiendo el aire fresco. —Murmure sin darme cuenta, mis padres me miraron con muecas de molestia, ellos sabían o bueno se enteraron en el pasado que yo iba en estas carreras, pero me lo prohibieron ya que era muy peligroso y era una distracción para mí.
—Casandra, ya hablamos de esto, no quiero saber nada de ti jugando con esos maleantes criminales.
Puse los ojos en blanco y asentí, ellos eran los únicos criminales. Llegue a mi casa en media hora, estaba la niñera de mis hermanos jugando en el jardín trasero y salí con ellos.
—Hola Carla, ¿cómo se portaron los mocosos?.
—Catalina muy bien, Felipe y Felix...
—¿Cómo siempre? —Asiente y suelto una pequeña sonrisa—Me lo esperaba. Puedes cuidar de Catalina, me encargaré de estos dos.
—Gracias señorita. —Dice Carla, y se va. Miro a los dos chavales, aunque eran gemelos yo era la única que podía diferenciarlos, ambos tenían pecas y su piel algo bronceada, con sus ojos azules y su cabello castaño miel.
—¿Por qué tienen la ropa del otro? —Pregunte cruzando mis brazos.
—¿De qué hablas? —Pregunta Felix.
—No soy idiota Felix. —¿Cómo puedes hacerlo?
Indaga Felipe ladeando su cabeza hacia mí. Y sólo sonrió.