𝒞𝑎𝑝 . 18

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𝑚𝑖𝑛𝑒

Por alguna extraña razón, me sentía completo, sin miedo. Después de tantos años, mi alma estaba libre sin temores. Mi sonrisa no era falsa, mi cariño no era fingido. Estaba tranquilo, por fin.

Camine el pasillo detrás de Alice hasta la puerta de su departamento. Habíamos viajado hasta Alemania después de la finalizacion de la gira, no negare que extrañaba demasiado ciertas cosas, pero estaba con ella y eso me tranquilizaba.

Entramos a su departamento tan delicado, mis ojos observaron cada detalle del lugar.

— Extrañaba venir aquí — reí, frene mi vista a la de cabello dorado, quien me miraba con timidez y algo triste. Lo entendía, todo fue mi culpa — Extrañaba estar contigo.

Sonrió — Digo lo mismo — camino a pasos severos hasta la cocina — ¿Quieres comer? ¿Descansar? El viaje te debe tener agotado — observe como esta se servia agua en un vaso de cristal — Hablando de eso ¿Que tal la gira?

Si soy sincero, fue una hermosa experiencia, ya que el público me hacía sentir único y bastante valioso. Se desvivian por una firma, fotografía o algo que tenga que ver conmigo, eso aumento mi ego.

Encogí de hombros — Fue divertido — no podía expresar palabras después de ese beso, realmente no me salía.

Río — Te creo, se notaba en la televisión donde pasaban los conciertos en vivo — me miró con sus ojos tan preciosos, en la comisura de sus labios se creo una sonrisa ladina.

— De hecho, soy el mejor guitarrista del momento — guiñe un ojo con orgullo — Siempre lo fui.

Rodó los ojos — Que egocéntrico — cruzó sus brazos.

Carcajeé — Lo siento, no quise sonar tan así — no aguante y estalle a carcajadas al ver su cara.

Esta se dio la vuelta y camino hasta su habitación, actuaba ofendida, lo cual no quería que pasara. Fui detrás de ella, hasta llegar a su habitación y hacer el mismo gesto que el principio. Observe todo a mi alrededor, hasta parecía un niño.

Preste atención al verla echarse a la cama con vagancia, ya con el pijama puesto. Se veía muy cómodo, y bastante tentador estar ahí con ella. Aunque lo necesitaba bastante, después de meses, su contacto físico era lo que más necesitaba.

Me acerque a esta, subiéndome al colchón mientras quitaba mi calzado. Una sonrisa se creó en su rostro tan angelical, que me causó cosquillas en el estómago.

— ¿Quien te dio permiso de acostarte aquí? — casi me helaba en el mismísimo lugar al escuchar sus palabras, hasta segundos después ver como reía a carcajadas — ¡Tendrías que haber visto tu cara!

Hice mueca de imitación y burla — Que chistosa eres, Alice — deje caer mi cuerpo a su lado, largando un largo suspiro de placer.

Su delicada mano comenzó a dejar suaves caricias en mi cabeza, sentí un escalofrío pasar por mi espalda a sus toques tan suaves. Me sentía nervioso, como si quisiera dominar las cosas, poder llegar a algo, poder verla y sentirla.

Me abalance a esta, quedando encima, sosteniéndome de mis mismos brazos. Nuestras narices chocaban, al igual que la intensidad de nuestras miradas tan profundas. Mis ojos se posaron en sus labios, rosados, anchos, deliciosos.

Ramé  .ᐟ  tkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora