Ramé .ᐟ tk

𝒞𝑎𝑝 . 11

𝑛𝑒𝑟𝑣𝑒𝑠

♰

▪︎ Tom Kaulitz.

En el mundo de las chicas es muy difícil comprender sus pensamientos y mal estares. Claro, yo no comprendía ni una cuarta parte de lo que les pasaba, soy hombre. No soy maduro, tampoco soy lo que una chica busca y mucho menos de buenos sentimientos. Si negaba que no me molestaba, estaría mintiendo, pero si, me molesta, demasiado. El no encontrar a alguien con el cual puedas sentirte querido puede llegar a ser estresante. Y eso me pasó a mi, siempre, toda mi vida. En el trascurso de lo que estuve vivo, todas las chicas con la que he estado, ninguna de ellas me hizo sentir querido, ni único. Pero, por alguna extraña razón ella si, lograba hacerlo sin ni siquiera tener contacto físico, un noviazgo, una vida sexual, absolutamente nada de eso. Ella sabía como hacerme sentir único, diferente al resto.

Pero... Ella me veía como un amigo ¿Cierto?

— ¿Que piensas hacer hoy? — llevo la taza de café a su boca.

Encogí de hombros — Supongo que descansar, aunque no tengo nada que hacer a la noche.

Levantó una ceja — ¿Quieres hacer algo? — inclino su cabeza a un lado.

Sonreí — Suena bien... ¿Tienes pensando hacer algo interesante?

— Te invito a una cita, pero, tu lo interpretas de que manera.

Se me veía demasiado atractiva. Con esa blusa de tirantes, su escote y pelo desordenado. Su rostro era detallado por los mismísimos dioses. Era suave, de porcelana, con pequeñas pecas y lunares en sus mejillas. Cruzaba sus brazos y me miraba, con sus ojos tan brillantescos y grandes. Parecía un idiota por como la miraba.

Esta se levantó de su silla, llevando esa taza a la cocina e ir a cambiarse. Me había olvidado que tenia trabajo, así que me tocaría estar solo el resto del día. Deprimente, pero estaba acostumbrado.

Mis ojos siguieron a esta, mientras caminaba hasta su habitación. Observe sus piernas, cintura detallada gracias a su blusa y piernas descubiertas por el shorts. Era increíblemente preciosa.

« ¿Estoy actuando como un maldito niñato enamorado? »

Desvíe mi vista a otra parte, intentando disimular la tremenda erección que me había dado.

Bromeaba.

Me levante de esa silla, yendo en camino a la cocina y poder acomodar los trastes desechos. Mientras que Alice se encargaba de sus últimos retoques en su suave rostro, con piel de porcelana, como había dicho anteriormente.

— ¿Volverás tarde? Digo, para esperarte preparado o allí en el lugar — seque mis manos con una servilleta, deje esta a un lado y apoye mi mano en la mesada de la cocina, tomándome el tiempo de mirarla y jugar inconscientemente con mi pircieng.

— Te veo en el restaurante. Quiero verte con sorpresa, casi nunca salimos — sonrió.

Alcé mis cejas — Como tú digas — sonreí de lado.

— Bien, te veo esta noche — retrocedió los pasos, dándome una última sonrisa antes de salir por aquella puerta.

Solté un largo suspiro, mirando a mi alrededor y notando el gran desorden que yo mismo había causado.