𝒞𝑎𝑝 . 25

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𝑔𝑖𝑣𝑒 𝑚𝑒 𝑎 𝑟𝑒𝑎𝑠𝑜𝑛 𝑡𝑜 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑖𝑛𝑢𝑒

▪︎ Tom Kaulitz.

Finalmente terminamos de colocar todos nuestros bolsos en el baúl del carro. Era una tarde acalorada, con un cielo bastante desplegado.

Alice se había abierto tanto, que me sorprendía cada una de sus palabras. Ambos queríamos irnos, desaparecer y que las molestias nos dejaran en paz. Me sentía feliz, libre, sin preocupaciones junto a ella.
Cuando encuentras a alguien que en verdad te hace bien, te das cuenta de que no necesitas a nadie, más que esa compañía que tanto te puede llegar a completar. Puede ser difícil, puede llevar tiempo e incluso aveces ni lo logras, pero siempre estará esa persona, de años o poco tiempo, esperándote ahí, para cumplir ese rol que pueda curarte.

Me subí al carro junto a ella, ambos sonreímos antes nuestros rostros. Apreté el acelerador y me entre a la carretera, era un largo viaje. Nuestra idea de irnos de la ciudad, al menos por un tiempo, solo para poder salir del oscuro y horrible mundo que nos rodeaba.

— ¿Como te sientes? — habló, sus ojos brillantescos, con una sonrisa coqueta y llena de picardía, simplemente me volvía loco, más de lo que ya estaba por ella.

— Creo que es una buena decisión, los dos necesitamos tiempo, — sonreí — y mientras sea junto a ti, es mucho mejor.

Carcajeó cabizbaja, avergonzada y casi roja de los nervios — Tienes razón, opino lo mismo, creo que ambos necesitamos tiempo... — relamío sus labios — Solos.

Que grave era pensar cosas tan obscenas con unas simples palabras.

— Te gusta jugar con tus palabras — sonreí de lado.

Encogió de hombros — Me gusta decir las cosas con sinceridad, aparte ¿que dije? — alzó sus cejas — solo dije que nos merecíamos un tiempo solos, para poder pensar y así.

— Bien, tienes razón — giré el volante y finalmente habíamos salido de la ciudad, estábamos en una solitaria carretera, con el cielo naranjoso, tan bello como sus ojos.

Mis manos se posaron con precisión en el volante dicho, mientras que la de mi lado se acomodaba para poder dormir una cómoda siesta.

Una disimulada sonrisa se creó en la comisura de mis labios, miraba de reojo a esta, observaba y admiraba demasiado las hermosas facciones que conllevaba. Sus labios rosados, gruesos y mojados, sus pestañas largas, sus pequeñas pecas junto a aquellos lunares tan hipnotizantes.

No lo negare, estaba muy enamorado de ella. Era el color de mi mundo grisáceo, la chispa que lograba hacerme bien.

El la cárcel me hizo mucho daño, hasta el punto de consumirme vivo. Me había hecho cambiar de mentalidad y perspectiva de ciertas cosas. Estuve tres años allí dentro, junto a esa gente que dañada todo a mi alrededor, aunque no todo es malo. Pude darme cuenta gracias a muchas cosas que yo mismo era igual de mierda que el resto. Si, era mejor que ellos, pero eso no cambiaba lo idiota que actuaba con ciertas cosas.

Con demasiadas situaciones pude darme cuenta que no sirve ser mejor que los otros cuando haces exactamente lo mismo, claro, son unas palabras profundas y pueden llegar a dar risa, pero es la verdad y duele.

Ramé  .ᐟ  tkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora