Capítulo 31
Jordan—Me toca conducir. Tú llevaste la caravana, ahora a mí me toca llevar el jeep hasta el rancho —le digo a Jaden que ya tiene una pierna dentro del lado de conductor.
—Demonios. Tienes razón —se baja a regañadientes. Tomo el volante y vamos camino de vuelta hasta el hotel. La carretera es pedregosa y es como si anduviéramos dando saltos en la vía. Vamos a buscar a los demás y volvemos para dar el paseo por el zoológico y ver los animales salvajes de los que soñó April anoche.
Me detengo en la carretera para recoger un par de chicas que parece se han quedado sin gasolina.
—Preciosa, aquí tengo todo el combustible que necesitas — le dice Jaden a una de ellas, tiene el pelo rubio y grandes ojos azules. Ella balbucea algo en otro idioma. No estoy seguro de cuál es, pero ella dice en un inglés bastante elemental que no habla nuestra lengua.
—Cariño, el idioma del amor lo hablamos todos — vuelvo a tomar el rumbo y Jaden viene abrazando a la chica que está contenta a su lado.
Llegamos al rancho y nos aparcamos en nuestra posición. Bajamos y Jaden me dice que se encargará de conseguirle gasolina a las chicas, que quizás deje el safari de lado o las lleve con nosotros. Yo solo rio y camino hasta mi habitación. Abro la puerta y encuentro a April en la cama con la almohada cubriendo su rostro. Me subo a su lado y toco su hombro.
—Hey. ¿Qué sucede? —ella quita la sábana de su rostro y me mira con los ojos entrecerrados. Aparto el cabello que cae sobre su rostro.
—Llegaste. ¿Cómo les fue?
—Bien. Ya tenemos el jeep, podemos ir a hacer el recorrido.
—Lo siento, pero no podré ir. Creo que la cabeza va a explotar. Me tomé un calmante y estoy esperando que me haga efecto —no protesto, su rostro refleja que no se siente muy bien.
—Bueno, siento que no puedas ir, pero la salud está primero. Si quieres te acompaño.
—Claro que no, por Dios. Ve y diviértete por los dos. Anda, párate.
—Está bien. Llevo mi celular por si necesitas algo.
—Gracias.
Y en serio, no te preocupes, me pasa cada cierto tiempo, ya al rato estaré bien —me acerco y le doy un beso en la mejilla, cierro la puerta que da al balcón para que no entre la luz—. Gracias.
En el vestíbulo, está Johan junto a Randall y Claire. No hay rastro de Jaden.
—¿Dónde dejaste a April? —pregunta Claire.
—Se siente mal. Tiene migraña.
—Eso se resuelve fácil —bromea Randall con tono pícaro. Claire le golpea el hombro y se ríen—. Es en serio, así de rápido se va. ¿O me vas a decir que no? —continúa con el comentario mientras mira a su novia. Ella niega con la cabeza. Del pasillo vemos a Jaden acercarse con ambas chicas en un brazo cada una. Por el ascensor, vemos llegar a Igor con cara de no muy buenos amigos.
—¿Ya nos vamos? —pregunta Jaden con una sonrisa de oreja a oreja.
—Sí, vámonos.
El camino hasta el lago es de aproximadamente de 15 minutos, Jaden siquiera se mostró interesado en conducir en esta ocasión. Está muy feliz en la tercera fila con las chicas, cuyos nombres no conozco, creo que tampoco él lo sabe. Ambas chicas se suben sobre el baúl y lanza fuera sus camisetas, muy al estilo ruta 66 y echan gritos de alegría, Jaden me pide que suba el volumen de la radio y empiezan a moverse todos bailando como si ya llevaran un barril de alcohol.
Entramos en el trayecto silvestre, todos tenemos que guardar las apariencias aquí. Hay seguridad observándonos. Vemos osos, alpacas, alces y muchas ardillas, tantas que parecen un ejército que si se unen en nuestra contra, casi nos vencerían. Llegamos al lago y Johan es el primero en lanzarse como un cañón.
Todos le seguimosdetrás y me arrepiento, el frío ha congelado mis poros, la primera en salir ha sido Claire y Randall ha salido para acompañarla. Nos traen unas motos acuáticas. Empezamos a hacer carreras entre nosotros y Johan siempre termina poniéndole más pie al acelerador.
Igor le dice que debe darle un poco de tregua por ser el más viejo, no fue la palabra que usó, pero fue lo que quiso decir. Un puesto de mariscos está siendo instalado y nos dirigimos allí a tomar el aperitivo.
—¿Entonces no sabemos nada sobre las chicas? —se le acerca Igor a Jaden para preguntar.
—Son de Holanda. Tengo un par de amiguitas holandesas para mí.
—No quieras abarcarlo todo. Aquí tenemos con que ayudar también.
—Ellas ya no querrían que las comparta, pero trataré de preguntarles si tienen alguien más para ti —él se ríe.
—No te preocupes. Ya verás que salgo mejor que tú de aquí —él le guiña un ojo y se aleja con su plato de mariscos para ofrecérselo a unas chicas que están en el puente que cruza hacia el otro lado del lago.
Jadenempieza a hablarle a las chicas, despacio. Al parecer ellas logran entender algo de lo que decimos.
—Quizás quieran venir conmigo a New York. Mi amigo y yo — dice señalándome—, vamos a tener un show.
—¿Show? —ambas se miran tratando de entender el significado. Yo miro a Jaden, ¿de qué Demonios está hablando?
—Show. Baile. Sin ropa. Striptease — le específica en palabras breves.
—Sin ropa — Las chicas aplauden y se emocionan gritando New York, New York . Jaden me mira y sonríe.
—No tienes la cantidad de dólares para evitar que aproveche este momento. Es eso o olvidarte de Dreamville —no tengo de otra, tengo
que bailar desnudo alrededor de decenas de mujeres calenturientas.Jaden no me va a liberar de esto.
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FIGHTING ©
Roman d'amourJ. J. King es un hombre con una historia difícil que lo atraviesa y define. La necesidad lo llevó a convertirse en un obrero y la búsqueda de venganza, en un boxeador. El perdón y el olvido son palabras que no existen en su vocabulario. Patrick W...