Capítulo 26
AbigailEste ha sido uno de los mejores momentos de mi vida, parezco una niña esperando el día de navidad con una larga lista de regalos que sé, podrían llegar. Hablé con Daniel y parece que está en aquellos días buenos y me dio plazo para seguir pensando su propuesta y de paso acompañarlos a Alaska y seguir con lo que hacía antes, por lo menos éstos meses, solo que iré el mismo viernes, el día de la pelea. Jaden, Johan; el hermano de Jaden, un amigo de ellos en común y su novia, iremos a darle la sorpresa a Jordan y luego haremos un tour en caravana por Alaska, ya que ninguno conocemos ese estado.
No he visto a Jordan luego de la sorpresa del festival y hoy, que él y Mich irán de viaje, le envío un mensaje.
Abigail: ¡Jordan! ¡Rómpete una pierna!
Ohh rayos, eso vale para en teatro, supongo que no en el boxeo.
Jordan: Es precisamente lo que trataré de evitar, de todos modos gracias por tus buenos deseos, el karma hará su trabajo.
Parece que este chico no está de humor hoy.
Abigail: Lo siento, en serio... Solo pretendía desearte buena suerte al estilo más teatral posible. Con todo y tu mal genio, espero que tengas un buen viaje. Sé que me extrañarás, pero es parte de los efectos secundarios que ocasiono.
Jordan: jajaja si tú lo dices. Gracias de todos modos. Nos vemos pronto, April.
Abigail: :D
(...)
Jaden me ha marcado a mi teléfono para avisarme que consiguió boletos de viaje en la que el vuelo tiene previsto arribar justo una hora antes del inicio de la pelea. Estamos seguros que no llegaremos a las preliminares, pero quizás tengamos tiempo de ver un par de rounds de la pelea de Jordan.
Le marco al teléfono para pelear con él.
—¿Hola? —pregunta, su voz suena algo agitada.
—¿Jaden?
—iMi amor! Qué placer escucharte preciosa. ¿Cómo estás? —continua respirando sofocado al finalizar la oración.
—Estoy bien. Tú suenas como si has corrido una maratón.
—Un nuevo número que les enseño a los muchachos antes de irnos. Por cierto, ¿viste la info?
—Por eso te llamado querido. ¿Acaso no encontraste algo un poco mejor? Después de 6 horas y 19 minutos en un avión iremos corriendo a la pelea?
—Iremos en auto, no tendrás que correr y si no te cargo —ríe—. Fuera de broma, resulta que es el único vuelo que Johan puede tomar, tiene un examen temprano y el siguiente vuelo es para el sábado.
—Oh, vaya, pues ni modo —suspiro—. Entonces, ¿nos encontramos en el aeropuerto el viernes?
—Así es, pero si quieres te podemos ir a buscar en el taxi.
—No te preocupes, así no tienen que volver atrás, nos vemos en la sala.
—Te veo preciosa, sigo con lo mío por acá.
—Adiós, precioso —rio—. Muero por ver qué tal ese número. Te mando un beso.
(...)
Si duro solo un par de minutos más, llegaré tarde. Los chicos me han avisado que están camino al aeropuerto y ellos están tres veces más cerca que yo de allí. Estoy buscando el abrigo más grueso que tengo en mi armario y sencillamente desapareció. Tendré que irme sin él y morir de frío. El taxi está fuera esperando por mí. Bajo en el ascensor y para mi mala suerte, este sube al piso siete antes de llevarme a la salida. Subo al taxi y le digo mi destino hasta el John F. Kennedy. Entro a trompincones al aeropuerto y hago todo el papeleo requerido. No veo a ninguno de los chicos en la sala y escucho el último llamado que le hacen a nuestro vuelo. Todo sucede muy rápido, pero ya estoy subiendo al avión.
Después de caminar un par de minutos, diviso a Jaden desde aquí y él logra verme y suelta su celular, al parecer me ha estado llamando, qué raro que no lo he sentido en ningún momento. Está sentado junto a Johan.
—Mujer. Me tenías preocupado. Te estaba llamando como loco.
—Lo siento. Es que me acordé de entrar algo a la maleta a última hora y perdí algo de tiempo. Pero ya aquí estoy —me acerco a Johan y le doy un beso en la mejilla. Jaden se pone de pie y me da un abrazo bien efusivo.
—Chicos —llama la atención de los que están a su lado—. Les presento a April, la chica de Jordan —lo miro de reojo y el solo sonríe y encoge los hombros—. April, ellos son Randall y Claire, su novia.
—Mucho gusto, chicos —les sonrío. Ambos lucen amigables. Él es delgado y con cabello castaño y despeinado y ella una rubia de ojos simpáticos y verdes. Lucen bien como pareja.
—Ellos son amigos de todos nosotros, míos, de Jordan, de Johan...
—Y ahora míos —interrumpo.
Tomo asiento en la misma línea que Jaden y Johan, junto a la ventanilla. El paisaje es hermoso. El día está soleado y lleno de vida. Solo un poco de adrenalina está latente en mi estómago porque es un día importante, no solo para Jordan sino para todos los que estamos alrededor de él, todo lo mejor debe estar reservado para él, porque ha trabajado mucho para ello y merece tener una sonrisa por ese motivo, el resultado no será cuestión de suerte, será trabajo, constancia y fe. Las claves del éxito.
(...)
Han pasado seis horas y treinta minutos. Estamos haciendo los trámites y esperando el equipaje, que es mucho, tomando en cuenta las dos semanas que estaremos por aquí de camping. Salimos del aeropuerto Internacional Ted Stevens y tomamos el primer taxi que está en la entrada. La temperatura no está tan baja como esperé, un abrigo común soporta este frío. Jaden le indica la dirección y avisa que debemos llegar lo más pronto posible. La hora prevista para el inicio del evento es la 7:00pm y son justamente las 7:33pm cuando llegamos a la puerta del complejo.
Randall le paga al taxista para que deje las maletas en nuestro hotel. Me parece mucha confianza, pero no hay de otra. Bajamos del auto y nos dirigimos hasta la puerta principal que ya está desahogada, solo un par de personas están en la línea.
Llegando el que está delante de Jaden que es el primero de nosotros, el seguridad de la puerta toma su portátil y recibe una información. Él detiene al chico que le corresponde entrar y le dice que no puede pasar, que el flujo de personas está detenido por ahora. Jaden de acerca y le pide algunas explicaciones, pero éste se limita a decir que no está autorizado.
Una ambulancia sale minutos después del recinto, otro seguridad se acerca y le avisa que ha pasado un accidente en una de las peleas, todos escuchamos la información. Mis latidos se aceleran y solo veo a Jaden en cámara lenta enojarse e ir a poner los puntos claros al guardián.
—¡Tenemos nuestros boletos! —le grita—. No estamos pidiéndole que nos regale la entrada —el otro seguridad se le acerca y le da luz verde para dejarnos entrar a los pocos que quedamos fuera. Tengo miedo, estoy nerviosa, la adrenalina se convierte en temor, eso que sentía en mi pecho ha viajado hasta mi estómago, revolviéndolo y agitándolo, un dolor se instala en mi cabeza y siento que algo malo podría haber pasado.
Todo el mundo está alborotado y murmurando. El cuadrilátero está vacío y todos hablan entre sí. Jaden corre a preguntarle a alguien, pero no me acerco, no quiero saber, tengo miedo de escuchar lo que tiene para decirme. Él se da vuelta y yo también, siquiera quiero leer la expresión de su rostro, quiero llorar, no estoy segura de lo que ha pasado o de a quién le ha pasado, la incertidumbre me inunda y no me quiero enterar.
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FIGHTING ©
Roman d'amourJ. J. King es un hombre con una historia difícil que lo atraviesa y define. La necesidad lo llevó a convertirse en un obrero y la búsqueda de venganza, en un boxeador. El perdón y el olvido son palabras que no existen en su vocabulario. Patrick W...