Capítulo 56

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Capítulo 56
Abigail

Luego de un desayuno de tres platos y comer sólo un par de cucharadas de avena junto a Jaden y Mich, Jaden y yo subimos a la habitación donde está Jordan. Él muestra una sonrisa en cuanto nos ve entrar al lugar.

—¡Jaden! ¡Voy a ser papá! ¿Puedes creerlo? ¡Te gané! —¿Qué? ¿Acaso es un concurso de meadas? Cierro los ojos y niego con la cabeza.

—¡¿Qué?! ¡Voy a ser tío-padrino! ¡Felicidades! —Jaden se acaba de auto proclamar padrino de nuestro bebé, pero tiene razón ¿Quién mejor que él para serlo? Jordan se lo propondría con los ojos cerrados, aunque siquiera tuvo que proponerlo, él se adelantó. Esta relación me hace sonreír y pensar que quizás las relaciones de amistad entre hombres resultan ser más sinceras y duraderas, quizás porque lo que ellos buscan es más simple que lo que nosotras queremos, aunque no puedo hablar por todos, hablo por mí, quisiera tener una amiga y ser como ellos dos son, solo hay que verlos reír y pensar acerca del bebé y todo lo que planean hacer si es niño, si es niña otros serán los planes, pero supongo que eso lo sabremos más adelante.

Hoy es el día pautado para el alta de Jordan del hospital, pero antes, tengo que ir a mi cita para hacer el ultrasonido y ver cuántas semanas tiene mi bebé a bordo. Vamos a la sala donde realizan las ecografías. Una asistente me hace beber un montón de agua antes de iniciar la prueba. Mi vejiga va a estallar en cualquier momento. Necesito terminar con esto rápido. Jordan no suelta mi mano y siento como sudan al contacto. Está nervioso porque es la primera vez que vamos a ver a nuestro hijo.

Me gusta verlo así por algo como esto, yo también lo estoy, pero las ganas de ir al baño opacan un poco la emoción de la primera vez. Una chica se acerca a nosotros con amable sonrisa. Pone todo en orden e inicia el proceso. El gel es frío y lo esparce por toda la parte baja de mi vientre, mientras una serie de imágenes en blanco y negro se reflejan.

—¿Ven esto aquí? —señala la joven  con su dedo índice un punto en la pantalla—. Ahí está el embrión —no le digas embrión a mi hijo. Es un ser humano ya—. Ya tienes unas seis semanas de embarazo. Ahora vamos a escuchar su corazón.

—Doctora, ¿cuándo sabremos el sexo? —pregunta Jordan con su voz casi extática por la alegría.

_A las diez semanas quizás podamos ver si es niño o niña.

—Wow, no entiendo nada, pero es hermoso —la ecografista sube el volumen de la consola. Mi propios latidos se aceleran al escuchar la sinfonía acelerada y constante que hay dentro de mí. Es increíble. Es tan hermoso que deja de ser real, me siento en otro mundo, en otra galaxia, en alguna donde tengo súper poderes y me siento completa, no necesito nada más todo lo importante está conmigo y aunque no lo estuve esperando, aunque no planeé esta llegada, siento como si siempre hubiese estado esperándolo, me siento sobrenatural, invencible y súper especial. Sonrío, no creo que haya otra manera de expresar como me siento, plena. Por otro lado, Jordan anda súper sensible, creo que estos días ha soltado todas las lágrimas que no ha derramado en años, su alma se está iluminando y por fin estoy empezando a ver a través de ella. Y confieso que es hermoso.

***

Subimos a la habitación para firmar la salida. Aquí están Daniel y Mich conversando cuando entramos en la habitación.

—Tengo una noticia para ti —dice Daniel dirigiéndose a Jordan-. Te han sancionado con un año de suspensión por subir a competir mientras sufrías una lesión. Tu licencia está inhabilitada.

—Supongo que es lo correcto responde sin ánimo—. Tendré un año sabático para estar con mi familia.

—No te sientas orgulloso de eso. En todos los años que estuve en el ruedo, nunca recibí una sanción. Ni una sola, pero es que no piensas, no piensas en nada, quizás te haya faltado un poco de discernimiento —Mich lamenta.

FIGHTING ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora