Capítulo 113. El café de Laura y María.

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Mientras tanto, María había llamado a Laura para tomar un café juntas después del trabajo, puesto que quería hablar con ella sobre Laila. Aunque simplemente eran conocidas y tenían amigas en común, la abogada tenía el contacto de la galerista guardado en su teléfono y en un momento dado no dudó en llamarla para quedar a tomar algo con ella. Cuando quería conseguir algo, no dudaba en hacer todo lo que estuviera en sus manos para conseguirlo. 

Habían quedado en una cafetería céntrica de ambiente. María llegó más tarde que Laura. A la abogada le gustaba hacer esperar a las personas con las que quedaba, y con la galerista no iba a ser diferente. Cuando llegó a la cafetería, Laura ya se había tomado un refresco. Se acercó a ella con una sonrisa maliciosa en su tenso rostro. 

-Hola Laura, encantada de verte. Aunque a decir verdad, por lo menos te veo en las noticias. Veo que te va muy bien…-Le dijo la abogada dándole un beso en cada mejilla.

-Hola María. ¿Qué tal?- la galerista aún no sabía cuáles eran las intenciones de la abogada ni el motivo por el que había querido quedar con ella - la verdad es que no me quejo en absoluto. 

-Lo sé. Eres la representante de la mujer del momento. Por cierto, es preciosa. ¿Cómo va con su enfermedad? Espero que todo esté bajo control.

La camarera se acercó a la abogada para preguntarle qué quería tomar. María pidió un gin tonic poco cargado, y la joven se dirigió a la barra para prepararle la bebida. 

-Bueno, ¿Hemos quedado para hablar de Laila?- preguntó dudosa Laura. 

-En realidad sí. Verás…Creo que las dos queremos lo mismo. 

Laura no estaba entendiendo nada de lo que la abogada le estaba diciendo. Pero ésta se lo iba a aclarar todo y terminaría por entender cuál era el objetivo de la mujer. 

-No entiendo a qué te refieres. ¿Qué se supone que quiero yo?

-A ti te gusta Laila, ¿Verdad?

Laura dudó si debía sincerarse con esa mujer que apenas conocía, pero lo que sabía de ella de boca de sus amigas, era que se trataba de una mujer que conseguía todo lo que se proponía y además tenía una personalidad muy arrolladora. 

-¿Por qué quieres saber si me gusta Laila?

-Vamos, mujer, sé sincera. Si tú me dices lo que yo quiero oír, yo te puedo ayudar a que salgas con ella. 

-¿Y cómo me podrías ayudar en eso?

-O sea, sí te gusta. Está bien. Ambas sabemos que a Laila le gusta su oncóloga. 

-¿Su oncóloga?¿Te refieres a la doctora Del Olmo? Laila cambió de oncólogo, María. Ahora la atiende un doctor. 

María se quedó estática en el sitio. Cada vez tenía más claro que Alana y Laila harían lo que estuviera en sus manos para poder estar juntas. Y como ella había amenazado a Alana diciéndole que si seguía viéndose con Laila, su hospital se iba a enterar de la relación que mantenían ambas mujeres, éstas habrían decidido romper esa relación de médico- paciente para poder dar rienda suelta a su amor. Al final la estrategia que había usado para que Alana dejara a Laila, no había sido la correcta. Por lo que tuvo que pensar rápidamente en otra alternativa.

-Ves, Laura, ha cambiado de oncólogo porque tiene algo con la doctora. Pero…Eso se va a terminar. Laila acabará saliendo contigo. 

-María, si tú misma dices que le gusta esa mujer, ¿Cómo va a salir conmigo si está enamorada de otra?- a Laura no le entraba en la cabeza lo que le estaba diciendo la abogada. Si Laila bebía los vientos por otra mujer, Laura no entendía cómo podía hacer ella para salir con la artista. Tampoco tenía ganas de ser un segundo plato para Laila.

-Tenemos que conseguir que se olvide de Alana. Y para eso estás tú, Laura. 

-María, yo no estoy entendiendo nada de lo que me estás diciendo. ¿Por qué quieres que yo salga con Laila?¿Qué ganas tú con eso?

-Yo gano recuperar lo que es mío. Alana era mi pareja y me dejó por Laila - consiguió decirle María a la galerista con un tono de voz impasible y firme. Por fin Laura lo entendió todo. 

-Joder…¿Tú eras pareja de la oncóloga? Si yo te hacía soltera…Aunque claro, tu fama de mujeriega me despistó con eso. Pensaba que eras una mujer completamente libre. De hecho…Si estabas saliendo con la oncóloga, me consta que has estado con otras mujeres…

-Laura, no estamos aquí para hablar de mí. Hemos quedado para recuperar cada una lo que es nuestro. Yo debo recuperar a Alana y tú saldrás con Laila. Eso es lo que ambas queremos. 

-Pero María, Alana no te debió dejar por Laila…Tendría sus motivos para dejar la relación que tenía contigo si ella sabía lo que hacías por ahí con una y con otra. Y luego, a mí sí me gustaría salir con Laila, de hecho me estoy enamorando de ella, pero…Creo que en el amor no todo vale. 

-Laura, ayúdame a recuperar a mi mujer. Y mientras, si la recupero, tú tendrás vía libre con Laila. Piénsalo. 

-¿Y cómo quieres que lo haga yo? Sinceramente, de la doctora no me habla absolutamente nada. Y últimamente nos estamos viendo todos los días. Le llueven los contratos y encargos. Ahora no creo que Laila esté para pensar en la oncóloga. Además, que bastante tiene con las clases y con seguir pintando obras. 

-Es muy sencillo…Alana tiene que ver con sus propios ojos que tú y Laila estáis juntas. 

-La prensa ya se está encargando de eso. Si nos saca juntas cada dos por tres. Cualquiera puede pensar que somos pareja. 

-Lo sé. Pero yo quiero más. No me basta con que la prensa diga lo que diga de vosotras. 

-¿Y qué es lo que tú quieres?

-Quiero un beso de las dos. Yo haré una foto del beso y ya me encargaré de dárselo a una amiga mía que es periodista. El resto se encargará ella. 

-Joder…¿Y cómo voy a conseguir que ella me devuelva un beso? - preguntó Laura algo agitada. Estaba claro que tenía una idea equivocada de cómo era la abogada. No pensaba ni por asomo que fuera tan perversa y le importaran tan poco las personas. Para esa mujer, el fin sí justificaba los medios. 

-Laura…¿Tengo que decirte cómo debes besar a una mujer? Tú hazlo y ya me encargaré yo del resto. Te voy a ayudar a que Laila olvide a Alana y tú tengas el camino libre para intentarlo con ella. Nos vamos a beneficiar ambas en realidad, ya lo verás.

Matices y colores (continuación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora