Capítulo 147. En el hotel de Alana.

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Laila, sin llegar a contestarle a Alana, sacó las manos del cuello de la oncóloga y se fijó en la cantidad que debía pagarle al conductor, por lo que seguidamente sacó un par de billetes de su cartera y le pagó al taxista.

-Quédese con el cambio - atinó a decirle en inglés al hombre. Éste, cuando vio todo el dinero que le dio de propina, no se lo podía creer, por lo que se volvió hacia Laila y le dio las gracias con una resplandeciente sonrisa.

Ambas mujeres bajaron del coche sin demora alguna, y cómo no, lo hicieron cogidas de la mano. Laila prefirió ser ella la que fuera al hotel de Alana porque sabía que en el suyo habría periodistas para acecharla, y lo que menos necesitaban o querían en ese instante, era que las molestaran.

Cuando ya estaban para entrar en la habitación, Alana estaba tan nerviosa que se le cayó la tarjeta que abría la habitación al suelo, mientras Laila sonrió para sus adentros. Sabía que la oncóloga estaba nerviosa, y el saber que tenía ese efecto en la mujer que ella amaba, la hacía sonreír como si fuera una chiquilla enamorada. No podía estar más feliz.

Alana pasó la tarjeta por el sensor de la puerta, con ayuda de la mano de Laila, que no pudo evitar posar sus dedos sobre los dedos de la oncóloga, consiguiendo que ésta sonriera pícaramente. Además, al instante notó el cálido cuerpo de Laila pegado al suyo, y eso hizo que se estremeciera por el gusto que sintió en ese momento. No podía ni imaginarse lo que le esperaba junto con Laila en esa habitación de hotel.

Las dos mujeres entraron cogidas de la mano a la habitación, y cuando Alana soltó la mano de Laila, para quitarse el abrigo, la profesora aprovechó e hizo lo mismo. Ambas estaban muy nerviosas. Se encontraban solas entre esas cuatro paredes, y era cuestión de segundos que una buscara a la otra.

En esa ocasión, fue Alana la que se acercó a Laila con cierto cuidado. Necesitaba acortar la poca distancia que había entre ellas, como también posar su mirada en la espléndida mirada de la profesora.

-Laila…Cariño, las vueltas que da la vida. Hace unos meses, pensaba que te había perdido para siempre, y mi vida era un auténtico infierno. No tengo problema en reconocerlo. Sabes…Cuando te atendí en mi consulta e intentaste besarme, no sabes la de veces que me he arrepentido por no haberte correspondido. Ha sido un suplicio.

-Para mí ha sido igual, aunque siempre he albergado la posibilidad de volver a verte y por qué no…darnos esa oportunidad que ambas deseábamos…

Alana cogió de las manos a Laila y las acarició suavemente, mientras ésta seguía hablando.

-Alana, ¿Por qué decidiste venir a Nueva York?

-Vine a buscar lo que es mío, Laila. La mañana que diste la rueda de prensa, vino a mi casa doña Pilar - la profesora sonrió para sus adentros, porque ella conocía todos los movimientos de la anciana la mañana de la que estaba hablando Alana - ella me hizo encender la televisión y ver juntas la rueda. Y cuando te vi aparecer en la pantalla, me quedé embelesada mirándote. Estabas preciosa, como siempre - a Alana se le resbaló una lágrima por su cálida mejilla, y Laila pasó su pulgar para secar la piel de la oncóloga - cuando escuché lo que dijiste, me dio un vuelco al corazón. Me hiciste recobrar una sonrisa que hacía tiempo que no mostraba. Me hiciste la mujer más feliz del mundo.

-Alana, tenías razón. Debíamos darnos un tiempo totalmente necesario para ambas. Tú necesitabas curar las heridas que te provocaron la relación que tuviste con tu ex, y yo curarme. Al final el tiempo pone todo en su sitio. Parece que tú ya estás preparada para abrir tu corazón a alguien, y yo estoy curada. Ambas somos libres. Además, ya te habrá contado doña Pilar que tu ex y Laura han hecho por boicotear lo que teníamos tú y yo.

-Lo sé, Laila, pero sabes…Prefiero dejar eso atrás. Antes de venir a buscarte, María vino a mi casa y por fin tuve el valor suficiente para ponerla en su sitio. Ella me amenazó diciéndome que si no volvía con ella me hundiría como médica, como siempre ha hecho, pero yo no me quedé atrás. La amenacé con denunciarla. Para ella es muy importante su profesión, y el qué dirán. Esa mujer no volverá a molestarme nunca más.

Laila no cabía en sí de gozo. Se sintió muy orgullosa de Alana. Por fin su ex la iba a dejar en paz, gracias a haberle parado los pies.

-Alana, el beso que tú viste entre Laura y yo, en realidad nunca se dio. Ella intentó besarme cuando justo me había dicho lo de Nueva York. Como yo estaba eufórica por la noticia que me acababa de dar, ella aprovechó el momento e intentó besarme. A lo que yo me di cuenta, la aparté de mi lado. Pero ya había un fotógrafo listo para captar el maldito beso. Todo lo preparó María, y Laura se dejó llevar por las ganas que tenía de besarme…

-Sé que a Laura le gustas…No es algo nuevo - dijo Alana algo contrariada. Aunque sabía que Laila no tendría nada con ella, no le gustaba nada que esa mujer sintiera algo por la profesora.

-Sí, puede que le guste, pero ella y yo ya hemos hablado sobre el tema y le ha quedado más que claro lo que yo siento por ti. Se disculpó conmigo.

-También lo hizo conmigo. Hizo lo correcto tanto contigo como conmigo. Por cierto, ¿Va a seguir representándote?

-Sí, Alana, laboralmente estoy contenta con ella. Me están yendo las cosas muy bien, y ella tiene mucho que ver.

-Bueno, que lo haga, pero la quiero lejos de ti. Que se ciña a lo que debe de hacer.

-¿Estás celosa, Alana?- le preguntó Laila pícaramente.

-No, cariño, ahora mismo estoy muy segura de mí misma, de lo que tú sientes por mí, y de lo que ambas tenemos. Y es algo tan sumamente especial y bonito, que ninguna otra mujer lo va a romper. Sólo quiero que ella te respete y respete lo que ambas tenemos.

Laila soltó a Alana de la mano, y la llevó al cuello de la oncóloga. No aguantó más tiempo para juntar sus labios con los de la mujer que ella quería y amaba. Había llegado el esperado momento de que las ganas que se tenían una a la otra se precipitaran estrepitosamente en esa habitación de hotel neoyorquino. Había llegado la hora de que que sus cuerpos hablaran por ellas de la mejor manera que ambos sabían.

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Hoy toca felicitar a @marlit97 , que es su cumple. Te dedico el capítulo, guapa, además es de los buenos, acorde al día que es hoy. Espero que estés teniendo un súper día y que saques un ratín para tus amigas de Wattpad. Te queremos.

Y también quiero felicitar a @Lauryj8 que ayer fue su cumple y se me pasó felicitarla, lo siento mucho, es que no paro y así tengo la cabeza. Igualmente espero que hayas tenido un día estupendo con los tuyos.

Matices y colores (continuación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora