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Esto debería de salir mañana pero fuck it, me adelanto.

Finalmente, el torneo había terminado dando a Shingo como el ganador indiscutido del torneo y por ende tenía el cupo de participación para la segunda fase del torneo que se llevará a cabo en en algunos meses.

Por suerte los médicos del torneo son de buena renumeración  y fueron capaces de aliviar los dolores de Shingo al mínimo así que solo bastaría de unos días de descanso para poder estar a full nuevamente.

Al día siguiente luego del torneo, Shingo se preparaba para otro día más en el instituto y junto a su hermanita se encontraban caminando hacia allá mientras ella le contaba el como sus amigos se impresionaron del espectáculo que dio, ya olía de antemano el olor a te vamos a mirar todo el tiempo y efectivamente todo el instituto lo estaba mirando y felicitando por su actuación, le ponía algo nervioso la interacción así que siempre trataba de ser rápido y discreto.

Pero ahora debía lidiar con otro tipo de problemas, ahora que se ha demostrado el gran nivel de Shingo en las artes marciales muchos estudiantes de su propio instituto u otro lo retaban a una pelea, obviamente les pedía tiempo ya que aún estaba en recuperación pero luego de eso se las tenia que apañar para derrotarlos a todos en cuanto se recuperase.

Era un fastidio pero se lo busco por querer participar aún siendo estudiante y también en parte era culpa de su hermana gracias a la difusión que ella dio sin saber que tarde o temprano las demás instituciones del país lo buscarían para una lucha, si, el sistema educacional de Japón parecía algo ciego cuando se trataba de peleas entre dos instituciones.

Pero el día siguió como si nada, tratando de absorber el conocimiento lo mejor que podía ya que esto era un privilegio que nunca tuvo en su vida anterior.

Tras unos días, finalmente estaba en óptimas condiciones para seguir entrenando y luchar, alistado con su uniforme azul y una cinta blanca en la cabeza (su hermanita le desarrollo un gusto por ponerse una cinta en la cabeza) salió junto con ella que anticipando lo que se venia, trajo su cámara para grabarlo todo.

Y como no, una cantidad considerable de alumnos de distintos clubes e institutos esperaban en frente a su llegada viéndolo fijamente sabiendo lo que se venia.

Bueno, tenia tiempo de sobra así que podría matar el rato golpeando a unos cuantos para que sepan al nivel al que se enfrentan. Así que solamente se ajusto las bandas elásticas de sus muñecas y le haría una seña de que viniera cualquiera a dar el ejemplo de bienvenida y solo basto unos segundos para que un karateka diera la cara con una mirada determinada.

En otro lado.

Kyo Kusanagi se había levantado relativamente temprano hoy, no se sentía con las ganas de ir al instituto pero sabia muy bien que su madre lo golpearía de una manera bastante mal y tenia bastante evidencia de ello con su padre.

Oh su padre, aun no estaba conforme del todo con eso, pero es un paso a la vez decían.

Sin mucho mas que perder y porque también al menos pasaría tiempo con su novia, se preparo para ir a la escuela sin mas con la esperanza de ver algo interesante en estos días.

Y oh si, lo que veía era interesante por decir de menos, había llegado junto con su novia en su moto al instituto con algo de tiempo de sobra pero vieron un montón de alumnos de otras instituciones con golpes, con miedo o directamente con la cara decaída, ellos no sabían el porque pero un chico volando de un golpe le haría saber quien era el causante.

Shingo Yabuki.

El no conocía tanto de ese chico, nada mas de que era un nerd y bueno en las clases de educación física pero verlo pelear contra diversos chicos con mucho estilos de pelea diferentes sin muchos problemas era algo impresionante de ver, frente a el un chico intento agarrarlo por detrás pero Shingo se había defendido con una cabezazo hacia atrás y una patada alta a la cabeza que lo noqueo de inmediato.

Si Hay Voluntad, Hay Un CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora