12. La final de quidditch

475 34 0
                                    

Capítulo 12: La final de quidditch.

Luego de que Sirius Black consiguiera entrar nuevamente en la torre de Gryffindor, la Señora Gorda volvió a encargarse de su puesto, pero esta vez custodiada por gigantes troles de seguridad. McGonagall había castigado a Neville Longbottom con lo peor que le podía pasar al chico, prohibirle al resto que le dieran la contraseña para entrar en la torre. Lynx se cercioraba casi todas las noches antes de dormir de fijarse que Neville no estuviera afuera, pero más allá de eso no había ocurrido nada extraño desde entonces. A su parecer, era la calma antes de la tormenta.

Cuando se quiso dar cuenta, febrero le dio paso a marzo (con el respectivo cumpleaños número dieciséis de Lynx, que coincidió con el sábado que irían a Hogsmeade) y luego llegaron las vacaciones de Semana Santa, con el cumpleaños número dieciséis de los gemelos Weasley, quienes habían querido hacer una pijamada con todos sus amigos y mucha comida deliciosa que habían contrabandeado de las cocinas.

Draco había vuelto a casa por las vacaciones de Semana Santa, pero Lynx se había negado; aunque Lynx ya no estaba enfadada con su hermano, desde el anuncio de su compromiso había decidido pasar el menor tiempo posible en la Malfoy Manor, así que solo volvería para las vacaciones de verano.

Otra razón por la que tampoco quería volver a casa es que estaba muy enfadada con su padre, se había enterado por el trío de oro que a Buckbeak, el hipogrifo que hirió accidentalmente a Draco, lo habían condenado a muerte; algo que personalmente a Lynx le parecía innecesario y espantoso, así que le había enviado una carta a su padre rogando que quitara todos los cargos, pero se negó rotundamente. Y eso era algo que Lynx no estaba dispuesta a perdonarle jamás.

Por otro lado, tampoco tuvo mucho tiempo libre en esa semana, demasiado ocupados todos estudiando para los TIMOS que se les avecinaban. Sus amigos estaban aún peor, entre estudiar y los entrenamientos diarios de quidditch; la única que parecía muy tranquila era Katie, que se había resignado finalmente a repetir el curso el año próximo.

Cuando se quiso dar cuenta, ya era la noche anterior a la final de quidditch, entre Slytherin y Gryffindor. Toda la semana previa al partido fue precedida por una atmósfera tensa en el colegio, los de Slytherin y los de Gryffindor se peleaban constantemente ante el más mínimo detalle. Especialmente los de Slytherin intentaban molestar a Harry, pero Oliver había encargado que lo escoltaron a donde fuese, por si las moscas.

Esa noche en la sala común de Gryffindor todos estaban muy nerviosos, incluso Hermione había dejado de estudiar. Todos intentaban distraerse a su manera, Oliver repetía jugadas en una maqueta del campo de quidditch sin cesar, el trío de oro hablaban entre sí alejados de la multitud. Y en cambio, los gemelos hacían payasadas y gritaban tonterías para distraer a los demás, cosa que hacía reír mucho a Lynx, Lee, Katie, Alicia y Angelina.

Un rato después, Oliver se levantó de repente y gritó sobre el barullo:

— ¡Jugadores!¡A la cama!

Lynx se levantó, tomando de la mano a Angelina.

— Ya escucharon al capitán, a dormir se ha dicho —les instó con un ademán.

A la mañana siguiente Lynx siguió la misma rutina que había seguido las veces anteriores, con pintura incluida. Lynx, en cambio, se sentía muy nerviosa como para peinarse a sí misma, así que solo se hizo una media coleta.

Bajaron a la sala común donde se encontraron con el resto del equipo de Gryffindor por bajar a desayunar, y cuando entraron todos juntos al Gran Comedor las mesas de Gryffindor, Ravenclaw y Hufflepuff les aplaudieron; nadie quería que gane Slytherin, que les silbaron al pasar. Esta vez, era Wood el que los instaba a comer a todos, para luego llevarse a los del equipo al campo de quidditch antes de que fueran los demás.

Una Malfoy muy Black (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora