Una Malfoy muy Black (Fred Weasley)

18. Mortífagos

Capítulo 18: Mortífagos.

Decir que la final de quidditch había sido emocionante era decir poco. Con un resultado para nada esperado, donde Viktor Krum había agarrado la snitch pero Irlanda ganó por diferencia de diez puntos. Era un final inesperado, pero lo que se llevaba Lynx más que ese resultado que le alegraba (por estar a favor de Irlanda) era la gran admiración que sentía por Krum. Había repetido por lo menos seis veces en los omniculares el Amago de Wronski que había hecho el muchacho, muy impresionada.

Ella y su familia fueron los últimos en bajar de la tribuna principal, ya que su padre se quedó hablando con tanta persona importante se le cruzara en el camino. Poca gente lo sabía, pero así la familia Malfoy se había posicionado hacía muchísimos años en la aristocracia inglesa, luego de arribar desde Francia, manteniendo muchos contactos y realizando distintos tipos de favores. A los Malfoy les gustaba el poder detrás del trono.

Pero a Lynx no le importaba esperar a su padre, demasiado absorta en la conversación con su hermano y Montague. Los tres estaban realmente emocionados con el partido y mientras caminaban hacia su tienda comentaban todas las cosas interesantes que habían ocurrido. Desde lo gracioso que había sido para Lynx ver a la mayoría de los hombres embelesados por las veelas (incluso el árbitro en determinado momento), lo extraordinario que era Krum con la escoba, la pelea entre los leprechauns y las veelas, y que Bulgaria debería conseguir mejores cazadores. Krum había jugado prácticamente solo todo el partido, y si no hubiera agarrado la snitch, probablemente el resultado del partido habría sido mucho peor para Bulgaria.

El ambiente no podía ser más festivo, estruendosos cantos soplaban como el viento, los leprechauns agitaba los faroles riéndose a carcajadas. La gente se abrazaba y festejaba, era una auténtica fiesta la de los irlandeses. La marea verde cubría todo lo que Lynx podía ver a la vista, ya que los búlgaros se marchaban, derrotados y tristes por el resultado.

En cuanto llegaron a su tienda de campaña Montague se despidió, diciendo que debería encontrarse con sus padres pronto. Eso alivio un poco a Lynx, tener un trato ameno por conveniencia no significa que quisiera tenerlo cerca por mucho tiempo. Habría tiempo de sobra si es que no conseguía deshacerse de su compromiso.

A penas entraron en la tienda su padre ordenó a los elfos domésticos que preparan la cena, retirándose junto con su madre a su alcoba. Draco y ella, por otro lado, se quedaron en la sala de estar divagando sobre el partido.

Draco y Lynx aún tenían puestos la bufanda de Bulgaria y el gorro de Irlanda, respectivamente.

— Que lástima que no aposté contigo —se burló Lynx, aplastando el cabello de Draco. Le divertía hacerlo por que sabía lo mucho que le molestaba a su hermano—. Te dije que Irlanda ganaría.

Draco bufó, volviendo a acomodarse el cabello como a él le gustaba. El carmesí de la bufanda contrarrestaba a la perfección contra la blanca piel y el pálido cabello, aportando cierta calidez a su semblante; eso le dio la idea a Lynx de que su hermano se vería muy bien con el uniforme de Gryffindor.

— No es culpa de Krum que el resto de su equipo sean todos idiotas, sino fuera por él Bulgaria no hubiera llegado a la final —dijo Draco, jugueteando de manera distraída con la punta de la bufanda que llevaba.

— Debo admitirlo, ese Krum es uno solo con la escoba —admitió Lynx—. ¿Crees que venga a Hogwarts para el Torneo de los Tres Magos? Tenía entendido que el está en su último año en Durmstrang.

Con tanta influencia en el Ministerio, fue natural que Draco y Lynx se enterarán por medio de su padre que en Hogwarts este año se estaría realizando el Torneo de los Tres Magos. Era una competencia intercolegial entre Hogwarts, Beauxbatons y Durmstrang (y si, Lynx se decepcionó mucho de que no estuviera invitado Uagadou) por la gran cantidad de mil galeones y "gloria eterna". Se había prohibido hace más de un siglo, por la gran cantidad de muertes que dejaban a su paso las peligrosas pruebas que debían realizar los campeones.