4. Prefecta Malfoy

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Capítulo 4: Prefecta Malfoy.

Angelina se levanto de su asiento de golpe, mirándola con una sonrisa pícara. Oh Godric, Lynx ya sabía lo que se le venía.

— Lyn-Lyn, ¿Me acompañas a saludar a los chicos?

Con los "chicos", Angie se refería a los Gemelos Weasley y a Lee Jordan. No era novedad que a Angelina le gustaba George Weasley, y al parecer era recíproco. Se habían estado enviando cartas todo el verano, incluso cuando George estuvo de viaje.

Lynx se hundió en su asiento, sintiendo como se le aceleraba el corazón.

— ¡¿Por qué tengo que ir yo?! Ni siquiera son mis amigos.

Quizá su tono tan escandalizado reveló más de lo que ella quería decir.

Sus tres amigas la miraron divertidas, era bien sabido para cualquier alumno de quinto año (y quizá algunos pocos de otros años) que Lynx Malfoy y Fred Weasley tenían algo. A Katie le encantaba la pareja por que decía que eran como Romeo y Julieta, un amor prohibido, pero a Lynx no le hizo nada de gracia. Uno, por que ellos no eran ni serían nunca una pareja y dos, por que no quería tener un final tan trágico como el de esos dos amantes de Verona; uno muerto con veneno y el otro de una puñalada al corazón.

Pero ya que se negaban a compartir más de unas pocas palabras desde el año pasado, esa tensión la veían todos menos los implicados. Era más bien un secreto a voces, como un rumor del que se sabía tenía parte de verdad pero nadie se atrevería a afirmarlo, no queriendo tener problemas con la prestigiosa familia Malfoy ni caer en las bromas de los chicos Weasley.

— Vas a venir conmigo por que eres mi mejor amiga, necesito apoyo moral mujer —le ordenó la morena, apuntándola con el dedo.

Dándose por vencida, se levantó con pesadez y salió al pasillo junto a Angelina en busca de los tres Gryffindors. Inconscientemente se pasó las manos por su cabello moreno, acomodandolo. Este año lo traía por los hombros, y para la ocasión de su primer día como prefecta se colocó una diadema color bordo. Debido a la familia en la que fue criada, Lynx sabía que la imagen que dabas era lo más importante, pero más allá de eso a ella le gustaba de por sí esmerarse en sus atuendos.

Anduvieron unos minutos más por los pasillos del tren hasta que al fin encontraron el compartimiento en el que estaban sus amigos. Angelina abrió la puerta y tomó asiento como si fuera su casa, pero Lynx tuvo que tomar coraje antes de entrar.

A penas puso un pie dentro del compartimiento, tres pares de ojos la observaron. Dos de ellos con curiosidad, uno de ellos con sorpresa.

— ¡La princesa de Gryffindor, damas y caballeros! —exclamó George en un tono jocoso.

— Gusto volver a verte, Lynx. Cada año que pasa te vuelves más linda —le coqueteo Lee en broma.

Lynx sonrió nerviosa, parada en el umbral de la puerta. Aún no se acostumbraba al apodo que le habían dado el año anterior, cuando había comenzado a desarrollarse como mujer. En otras palabras, cuando las personas empezaron a notar la hermosa mujer en la que Lynx Malfoy se había convertido.

Eso era parte del paquete Malfoy, todos eran elegantes, refinados y sobretodo hermosos. Si Draco Malfoy era conocido como el príncipe de Slytherin, entonces la otra Malfoy debía ser la princesa de Gryffindor.

— Igualmente chicos, el verano les sentó bien.

Angelina, que estaba en medio de Lee y George, la tomó de la mano y la obligó a sentarse en el único asiento libre en el compartimiento. Pero su amiga no medía bien su fuerza (denle las gracias a su entrenamiento como cazadora de Gryffindor), así que cuando la empujó al lugar junto a Fred, Lynx apoyó sin querer su mano sobre la del chico.

Una Malfoy muy Black (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora