8. Leona

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Capítulo 8: Leona.

Lynx intentaba no prestarle atención a los disparatados rumores sobre cómo Sirius Black había entrado al castillo, y también intentaba no prestarle atención al hecho de que casi se besa con Fred Weasley hace unos días.

Fred también parecía ignorarla de la misma manera que ella lo hacía con él, evitaban juntarse lo máximo posible considerando que comparten el mismo grupo de amigos, la misma casa y las mismas clases.

Lynx quería contarle todo a sus amigas pero no podía, ¿Qué les diría?¿Qué quizás si sintiera algo por Fred pero que es imposible? Ambos lo habían hablado indirectamente en el Gran Comedor, provenían de dos familias enemigas, de mundos prácticamente opuestos. Ella sabía que no funcionaría.

Aún así...Extrañaba ser amiga de Fred, la charla que habían tenido le recordó los buenos tiempos cuando eran amigos. Fred tenía la capacidad de absorber a Lynx del mundo terrenal y quitarle todas sus preocupaciones por un rato.

Pero Fred ya no estaba para ella (al menos no todo el tiempo ni de la manera que le gustaría), lo que la hacía plenamente consciente de la horrible situación que estaba ocurriendo en el castillo y sobretodo le recordaba su misión de encontrar a Sirius Black cuanto antes.

— Cuidado, Lynx —la regañó Angelina, agarrandola de los hombros para que no se choque contra la pared.

Estaba tan absorta que no le prestaba atención a lo que ocurría a su alrededor.

Se le colorearon las mejillas de la vergüenza.

— Lo siento, no dormí bien —se excusó. Y no era una mentira, se quedaba hasta altas horas de la noche pensando en donde podría estar Black.

— Debes cuidar tu salud, Lynx, estas muy pálida. ¿Estás comiendo bien? —le preguntó Alicia, mientras entraban al salón de Defensa Contra las Artes Oscuras.

Lynx se esforzó por darle a sus amigas su mejor sonrisa tranquilizadora.

— Solo ha sido hoy chicas, enserio, les prometo no descuidar mi salud.

Sus tres amigas se miraron entre sí pero lo dejaron pasar.

En ese momento entró por la puerta el profesor Lupin, más pálido y ojeroso que nunca. Se veía enfermo y débil, pero le sonrió igualmente a la clase.

— Buenos días a todos, ya corregí sus ensayos sobre dementores, podrán recoger sus notas al final de la clase —palmeó un pilón de pergaminos sobre su escritorio—. Hoy continuaremos con la práctica del Encantamiento Patronus, y lo retomaremos al final del año escolar para poder seguir con otros temas igual de interesantes e importantes. El tema de la próxima clase esta apuntado en la pizarra, por si quieren informarse con antelación.

Lynx se apresuró a anotar en su pequeña libreta que para la próxima clase debía leer sobre desvíos de maleficios, más específicamente estudiarían el Encantamiento Salvio Hexia. Además anotó que en quince días comenzarían a estudiar a las serpientes mágicas (como el Basilisco, las Ashwinders o la interesante Runespoor de tres cabezas) y el hechizo para repelerlas. El quinto año estaba siendo agotador, y debía organizarse bien si quería llegar a estudiar para todos sus TIMOS.

Pocos minutos después comenzaron a practicar nuevamente el Patronus, algunos más frustrados que otros. Lynx entre ellos, con todo lo que estaba pasando con Sirius Black le resultaba difícil pensar en algún recuerdo bueno que tuviera con su hermano. Se apoyó contra la pared para meditarlo mejor, a un lado de su maestro, que observaba a todos con una gran sonrisa y palabras de aliento.

— ¡Bien hecho, Fred! Diez puntos para Gryffindor —exclamó de pronto, despegándose de la pared para palmearle la espalda a Fred.

Fred casi no lo notó, ni a él ni a los otras personas que lo felicitaban, viendo embelesado a su Patronus. Una pequeña urraca de un color azul brillante volaba por toda la habitación.

Una Malfoy muy Black (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora