17. Los Mundiales de Quidditch

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Capítulo 17: Los Mundiales de Quidditch.

— Mamá, ¿Es realmente necesario que use esto? Es un partido de quidditch, no un desfile de moda —se quejó Lynx, mirándose de pies a cabeza en el espejo de cuerpo completo.

Su madre la había obligado a usar un vestido blanco y ajustado, largo hasta los pies. Usualmente no le molestaba vestirse elegante y a la moda, pero en una ocasión como esta, solo quería ser una fanática más y estar de pies a cabeza con los colores de Irlanda.

Narcisa le tiró del cabello mientras la peinaba como parte de su respuesta. Aún cuando contarán con magia y elfos domésticos en su casa, su madre siempre se había encargado de peinarla con cariño y dedicación. De ella había sacado ese don y ese amor por ayudar a que los demás se vieran mejor de lo usual.

— Siempre tenemos que estar presentables ante la sociedad, tú debes estar presentable. Graham nos acompañará hoy.

Lynx rodó los ojos.

— Genial, que divertido va a ser ver los mundiales junto al idiota de Graham.

Su madre la miró con desaprobación a través del espejo, terminando de atar el gran moño negro que sostenía parte de su cabello por detrás.

— Cuidado con tus palabras, señorita. No puedes hablar así de tu prometido.

— ¿En serio me estás diciendo eso? ¡Me ha insultado en casi cada oportunidad que tiene! —exclamó, moviendo los brazos con indignación.

Su madre se quedó callada un momento, comprobando que el aspecto de Lynx estuviera impecable. Cuando levantó la mirada hacia ella, una sonrisa amorosa brotó de sus labios.

— Mi querida Lynx, tienes que saber que a veces los chicos pueden ser...

Lynx alzó una ceja.

— ¿Idiotas?

Narcisa se rió con ligereza, y Lynx sonrió traviesamente. Amaba charlar con su madre, Lynx podía hablar como quería y decir lo que pensaba. A diferencia de su padre, con quien siempre tenía que estar cuidándose con lo que decía. Su mamá era como una amiga la mayor parte del tiempo.

— Debes tenerle paciencia, cariño. Tu padre y yo tampoco queríamos casarnos con el otro, pero nos dimos el tiempo de conocernos y nos enamoramos —le contó, con ojos soñadores. Podía ver en su mirada que había viajado al pasado, a otra época, y Lynx se preguntó si aún se sentía enamorada de su padre.

— Si tan solo me hubieran avisado con tiempo, quizás querría conocerlo —espetó, mirando a su madre con enojo. Todavía no la perdonaba por no haberle dicho con tiempo que su compromiso ya estaba concertado.

Narcisa le acarició el cabello, con cara apenada.

— Siento mucho que te hayas enterado así mi amor, ya sabes como es tu padre...No dice nada hasta que tiene todo en orden. Lo hizo por tu bien, los Montague son una familia acaudalada y respetable.

— ¿Y si no quiero casarme? —murmuró en voz baja, volteando a ver de frente a su madre. El rostro de su madre se mantuvo impasible.

— Hagamos un trato, si le das una oportunidad hoy a Graham, te prometo hablar con tu padre al respecto. Quizás lo convenza de que busquemos otras opciones, con tu ayuda. ¿Te parece bien?

Lynx suspiró asintiendo con la cabeza, eso era mejor que nada.

— Bien, seré amable con Graham —accedió de mala gana. Su madre le sonrió.

— Me alegro mucho, mi niña. Iré a ver si tu hermano está listo, te avisaré en cuanto llegué Graham —dijo, cerrando la puerta despacio tras ella.

Una Malfoy muy Black (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora