19. Volver a casa

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Capítulo 19: Volver a casa.

La vuelta a Hogwarts para la mayoría podría ser una tristeza, las vacaciones pasaban rápido mientras te divertias y uno siempre querría tener más de esa diversión. Sin embargo, Lynx estaba emocionada por volver a Hogwarts, su hogar, donde era más feliz que en ningún otro lado. Ni siquiera el fuerte aguacero que caía fuera del Expreso de Hogwarts podía opacar su buen estado de ánimo.

Luego de lo que había pasado con los mortífagos en los Mundiales de Quidditch, Lynx se había recluido en su cuarto prácticamente las dos semanas que le quedaban hasta esperar volver a Hogwarts. Sólo bajaba a cenar, pero nadie emitía palabra alguna. Su padre parecía darse cuenta de que sus hijos sabían lo que habían hecho, por que evitaba conversar con ellos también; y les ordenó a los elfos domésticos quemar toda copia de El Profeta que llegará a la mansión. Lynx sabía el porqué, en las últimas semanas sólo se leían noticias sobre la búsqueda de los mortífagos implicados en el disturbio.

Su madre, por otro lado, quiso intentar hablar con ella varias veces. Pero debió darse cuenta que Lynx sabía la verdad, por que luego de la primer semana no volvió a insistirle. Lynx enserio quería perdonar a su madre, pero no podía evitar pensar en esa pobre familia muggle siendo torturada cuando la miraba.

El viaje hasta la estación King's Cross fue tenso y en silencio, y en cuanto llegaron Lynx se apresuró a estrechar la mano de su padre y luego abrazó a su madre a regañadientes, antes de subir al Expreso de Hogwarts. Tenía sentimientos encontrados, estaba enojada y asqueada pero al mismo tiempo quería ir a abrazar a su mamá como cuando era niña y algo le asustaba. Ella y Draco, por más lejos que fueran, siempre serían su mayor debilidad. Su padre, por otro lado, era otro cantar...

Lynx no recordaba ningún momento bueno con su padre, por triste que fuera darse cuenta de eso. Desde el momento en que nació, Lynx fue una decepción en toda la regla, que solo incrementaba conforme pasaban los años. La única vez que recordaba que su padre había intentado tener un momento padre e hija, la había llevado a Azkaban con seis años. No era precisamente un buen lugar para generar buenos recuerdos.

Para su suerte, no tardó en olvidarse (momentáneamente) de sus padres en cuanto vio a sus amigas en uno de los vagones del medio. Se abrazaron largo rato, se halagaron lo cambiadas que estaban luego del verano y después de escuchar sobre el verano de todas sus amigas, Lynx pasó a relatarles a Alicia y a Katie (que no había podido ir al mundial) todo lo que había sucedido en el partido. Angelina aportaba los datos más técnicos a su relato, planeando desde ya poner en práctica todas las técnicas que los cazadores usaron durante el mundial.

Y finalmente, aunque Lynx quería olvidarse de aquello también, terminaron hablando sobre lo que ocurrió con los mortífagos. Por lo menos no había tenido que hablar sobre su verano, ya que todos sus allegados sabían lo mal que la pasaba Lynx en la Malfoy Manor en el último tiempo.

— Lynx, ¿Tú llegaste a ver la Marca Tenebrosa? —le preguntó Angelina, con curiosidad. A Lynx le dio un escalofrío de solo pensarlo.

— No, me fui en un traslador antes de que ocurriera. ¿Y tú?

Angelina también negó.

— Nos desaparecimos en cuanto llegamos al bosque. Y menos mal, hubiera muerto de miedo solo de verlo.

— ¡Yo igual! Fue lo único bueno de no haber ido —concordó Katie, que se había pasado la última hora lamentando no haber podido conocer a Viktor Krum.

— Me cruce a los Weasley también. George te envía saludos, Angie —bromeó Lynx, subiendo y bajando las cejas.

Angelina rodó los ojos, fingiendo estar en calma ante la mención del pelirrojo.

Una Malfoy muy Black (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora