Miedo. Dolor. Oscuridad.
Esas son las únicas palabras que Minho conoce.
Abandonado, vaga por las calles día y noche en busca de algo que llevarse a la boca. Sus huesos están tan marcados que sus sucias ropas apenas pueden ocultarlos.
Y su voz ya no...
Por suerte de todos, y cuando digo todos no me refiero a Minho, Chan y yo, sino a todas las personas que estábamos subidas en aquella atracción, Seungmin consiguió aguantar – con muchísimo esfuerzo – su vómito. Pero, nada más salir de la divertida atracción, no le dio tiempo a avisarnos. Simplemente lo soltó manchándonos los pies. Por mi parte, es algo que no me da asco, así que me quedé a su lado frotándole la espalda y agarrándole un par de mechones de su melenilla que caían por su cara. Por otra parte, Chan casi sale corriendo, él es muy escrupuloso con estas cosas y tuvo que buscar rápidamente una fuente o alguna de estas zonas con chorros de agua para jugar para lavarse casi entero, solo se manchó los zapatos, pero exagera mucho y se lavó hasta el cuerpo.
A Minho pareció darle un poco de repulsión – obviamente – pero se aguantó y estuvo al lado nuestra todo el rato.
Lo senté en un banco y busqué a algún encargado para contarle lo sucedido para que lo limpiaran o pusieran algún pequeño cartel en el suelo para que nadie tropezara con este.
Lo gracioso fue....que me atendió una de las mascotas del parque: Rilakkuma.
La situación empezaba a darme gracia – me sentía mal porque mi amigo había tenido que pasar este momento bochornoso – pero, en general, me hizo gracia y más aún con Rilakkuma.
Dicho personaje siguió su papel y no se quitó el disfraz en ningún momento. Incluso me hablaba poniendo una voz aguda y juguetona.
Era un completo profesional. Pero eso hacía que no pudiera parar de intentar controlar mi risa.
Por el rabillo del ojo vi como Minho agachaba su cabeza y reprimía una sonrisa de sus labios...eso me contagiaba. Seungmin, sentado a unos metros de nosotros, se cubría la cara mientras nos miraba...aguantando tanto las ganas de reír como las de morir.
Para que este primero dejara de incitarme a reír, le dije a Minho que fuera con Chan mientras tanto y lavara los zapatos.
El profesional actor de Rilakkuma me dijo que ya mismo vendrían a limpiarlo y que no nos preocupáramos de nada. Además, comentó que eso es el día a día de los trabajadores, es común que encuentren más de un vómito algunos días.
- Lo siento – decía Seungmin avergonzado una vez pudo calmarse.
- No se preocupe, pequeño amigo – decía Rilakkuma - ¿Te encuentras bien?
Seungmin asintió.
- Perfecto, ¡mi conjuro de rosas y mariposas funcionó! – canturreaba orgulloso.
Aquello fue el colmo, lo sentía mucho por mi amigo, pero dejé escapar unas cuantas carcajadas.
- Muchas gracias, Rilakkuma – hice una reverencia y este me correspondió con otra.
Una vez se fue, me acerqué hasta una de las tiendas de comida y bebida y pedí un refresco para cada uno de nosotros.
Nos limpiamos en los chorros – estos absorben la mugre por unas rejillas, por eso nos limpiamos allí, ya que eso se llevaría la suciedad y esta no tocaría a nadie.
Nos sentamos de nuevo en el banco mientras bebíamos nuestros deliciosos refrescos de colores.
Mientras tanto...reíamos hablando sobre nuestro ayudante Rilakkuma.
¡FELIZ NAVIDAD A TODOS! Espero que estéis pasando unas felices fiestas, que hayan dejado algo bajo vuestro árbol de Navidad y que tengáis un día muy feliz y lleno de magia♥
¡Hasta aquí el capítulo de hoy!
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AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.
EDITORIAL: Ediciones Arcanas.
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