Miedo. Dolor. Oscuridad.
Esas son las únicas palabras que Minho conoce.
Abandonado, vaga por las calles día y noche en busca de algo que llevarse a la boca. Sus huesos están tan marcados que sus sucias ropas apenas pueden ocultarlos.
Y su voz ya no...
Miles de emociones experimentábamos mientras el día avanzaba y la noche caía sobre nosotros y aquel estupendo parque de atracciones. En alguna que otra ocasión, Minho, me habló al oído para comentar, en pequeñas palabras, lo emocionado que estaba.
Y eso me encantaba.
- ¿Nos subimos ahí? – propuso Chan emocionado mientras me agarraba del brazo.
- ¡Claro! – respondí emocionada mientras tiraba de la camiseta de Min para que se uniera a nosotros.
- ¿¡Qué!? – Seungmin captó nuestra atención, sabíamos que iba a decir y nos estaba costando aguantar las ganas de reír – No no no, yo me quedo aquí sentado y os esperaré.
"Mortal ten spin" era el nombre de aquella maravillosa montaña rusa. La más rápida y con más adrenalina no solo de este parque, sino de todo el continente asiático.
- ¿Por qué? ¡Vamos Seungmin! – habló Chan para molestarle un poco más.
- Quiero seguir viviendo, gracias.
- Bueno...tu te lo pierdes – dije encogiéndome de hombros mientras sonreía de lado.
Antes de que Seungmin dijera una palabra, sucedió algo que no nos esperábamos para nada. Era algo imposible en nuestras cabezas, hasta ese preciso instante, obviamente.
Minho se acercó un poco a él, le miró durante unos segundos y...¡le sacó la lengua con burla para luego salir corriendo antes de que este le siguiera!
- ¡Serás...! ¡Verás cuando te pille! – gritó Seungmin mientras la cara de Chan y la mía se descomponía ante tal shock antes de explotar en carcajadas.
- ¡No puede ser! – reí.
- ¡Amo a Minho! – gritó Chan mientras se agarraba la barriga.
Escuchamos a Seungmin gruñir antes de decir:
- Subid ya en la atracción. Sino cambiaré de idea y os asesinaré a los tres. – se cruzó de brazos mientras le daba un bocado a una galleta del paquete que llevaba en la mochila.
Sin más – y con muchísimas risas – Chan y yo seguimos la dirección que había tomado Minho, que esta era la entrada a dicha montaña rusa, y nos encontramos en la cola.
- Jugaste con fuego, casi te quemas – reí.
El asintió con diversión mientras aguantaba la risa.
- Te adoro Minho, voy a construir un pedestal en mi casa para tenerte ahí. - habló Chan.
Aquello hizo que el nombrado empezara a soltar carcajadas. Aún era raro para nosotros verle hacer eso, tanto contacto con el resto, y eso era algo increíble.
Vueltas, vueltas, vueltas y más vueltas. Eso era lo que sentías en aquella atracción, además de el aire a mil por hora cortando tu cara y la adrenalina viajar por tu cuerpo. ¡Una auténtica aventura!
Salimos entre la muchedumbre y nos fuimos directamente a ver la fotografía que nos habían echado allí dentro.
Nuestras caras eran horrendas, ¡pero super divertidas!
Volvimos por el camino hacia donde se dejamos a Seungmin sentado.
- ¿Qué tal os fue? ¿Miedo? – preguntó mientras se acomodaba en el banco.
- ¡Fue increíble! ¡No daba miedo! – dije.
- Pero la barriga daba mil vueltas, notabas la adrenalina correr por las venas – respondió Chan igual de emocionado.
- Oh, me alegro. ¿Y Min? ¿También lo disfrutó?
- ¡Sí! ¿Verdad...? – me giré hacia él.
Espera...
- ¿¡Y Min!?
¡Hasta aquí el capítulo de hoy!
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AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.
EDITORIAL: Ediciones Arcanas.
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