XIV

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Hoy, menos que nunca, quiero recordar esta fecha.

Hoy, menos que nunca, te odio, o al menos es mi objetivo a corto plazo. Ojalá no hubiera contestado esa llamada de Shoko; ojalá no hubiera dejado de hacer lo que sea que estuviera haciendo para ir corriendo por Shibuya, a esa maldita calle, para que me clavaras 50 puñales con las pocas frases que intercambiamos. Ahí, Suguru Geto, es donde me di cuenta de que nunca fuiste mío, pero yo sí. Te di todo, todo lo que el mundo me exigía que le diera, todo era para ti, todo.

Lo único que tenías que haber hecho era, precisamente, pedírmelo. Pero no, tu ego, tus razones que sigo sin comprender del todo son las culpables de esto. Suguru, ¿alguna vez me amaste? Creo que quise vivir un romance adolescente, cuando claramente, solo había pasión. Pero siempre sentí todo tan mutuo. ¿Era necesario romperme el corazón o solo era justificación para romper el tuyo en el proceso?

Lo más jodido es que, así como llegaste, te diste la vuelta con tu pregunta de mierda. Geto, vete a la mierda, porque literalmente, así fue como me dejaste, en la mierda, jodido, todo el mundo con la misma puta pregunta: ¿Dónde estás? Y hablando de lo que pasó contigo, y cómo día a día apenas podía existir sin tener ataques de pánico. ¿Para qué un mes y medio después regreses y literal, te lleves contigo los pequeños rastros de ti que había en la ciudad? Borrando por completo tu existencia. Pero eso no fue lo peor, sino que literal, no termino de encontrarte en la nueva persona en la que te presentaste. No lo asimilo.

Después de ese día, me ha costado por cada lágrima, por intentar anestesiar un dolor mental que se volvió físico. Le ha costado a Shoko por cada noche que ha tenido que sedarme y llamarme entre intervalos de misiones y exámenes, con tal de que no me sienta solo. Le ha costado a Nanami y a Yu, que por rondas se turnan para vigilarme y ver que no haga una tontería.

Incluso mandaron a cerrar tu habitación, dejaron todo como estaba, porque Shoko dijo que me iba a ser más fácil asimilar tu partida si me daba cuenta de tu ausencia en tu propio espacio. Pero no lo soporté, y sin embargo cerré todo con llave con tal de que nadie mueva ni un plato. Tuve que mudarme, ahora rento un departamento a dos minutos a pie de la escuela, tuve un incidente en la escuela, pero también porque todas las noches me quedaba sentado bajo las flores donde nos cayó la lluvia, con la esperanza de sentir tus manos, tu aroma, tu presencia cerca y si antes no dormía, ahora, el insomnio se vuelve un episodio agónico y no siempre hay alguien cerca para ayudarme.

He pedido más misiones, pero incluso mi familia ha pedido que me limiten a las estrictamente necesarias, ya que por más que sea el más fuerte, el más poderoso, no dejo de pensar que esto que siento me hace débil. Solo soy ahora alguien que pretende ser fuerte. Pero por ahora, no veo realmente algún motivo realmente válido por el que valga la pena el esfuerzo.

Suguru, te fuiste, me diste una despedida mediocre, pero no te das cuenta de que contigo, te llevaste lo mejor de mí.

Todas las promesas de mi amor, se fueron contigo, y ahí se quedarán.

S.

Querido: YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora