4 de septiembre.
Escribo esto sabiendo que son literalmente las ultimas paginas de este cuaderno que es la biblia de nuestra historia, las ultimas dos paginas que pudieran incriminarme a mi Satoru Gojo, a Suguru Geto e incluso a Ieiri Shoko por ser cómplice nuestra de no haber entregado a Suguru a los superiores tras su incidente en la aldea, no obstante he diseñado todo cuidadosamente para que en caso extremo de peligro, en el que nosotros tres pudiéramos ser enjuiciados por ello, tengamos un plan de respaldo en el que los niños sean los menos afectados.
Como temía, con el paso de los meses se enteraron, los superiores buscaron a Suguru por cielo mar y tierra y yo escogí desaparecer unos días con él en estas aparente burbujas, más tarde que temprano contactaron conmigo bajo la premisa de darle fin a su existencia, pero éramos más inteligentes, sabiendo que él iría justo a nuestro lugar especial, cuando llego intercambie lugar con él, una copia exacta de la cabaña, donde no pudiera salir de ella, lo confine los meses suficientes para que todos pensaran que lo había asesinado... (por obvias razones si estoy escribiendo esto, son buenas noticias, pero... omitamos el como sucedieron las cosas).
Funciono, había sido un encargo muy en particular, pero no, yo nunca seria capaz de hacerlo del todo, no ahora que lo había recuperado, tenia el plan tan bien ideado, que no escatime en detalles y preví todos los probables escenarios, Suguru, evidentemente, no estuvo de acuerdo con la idea de recluir también a sus hijas, así que me obligo a hacerle ese pequeño cambio, sin embargo él estaba dispuesto a todo.
Nos despedimos de Shoko, encargándole temporalmente a las niñas., Geto se negaba a que las conozca desde antes, solo me decía que iba a prepararlas, y fue el día que iniciamos el plan cuando ahí conocí a las gemelas por primera vez, evidentemente no estaban tan contentas con que yo les prohibiera ver a su papá y me hiciera cargo de ellas, pero Shoko conecto con ambas desde el primero momento.
Lo más dificil vino después, las niñas se quedarón en la casa con Megumi y Tsumiki, aunque siendo la hermana mayor, Tsumiki estaba más concentrada en la escuela, mientras que Megumi se volvía una piedra cuando estaban cerca.
Nunca voy a olvidar ese momento: Estaban los tres reunidos en la mesa, Megumi no sabía que iban a llegar nuevas niñas a la casa, solo le comente que Shoko iría unos días a la casa a supervisar que todo estuviera bien, él estaba en la cocina cuando ambas entraron y lo vieron de espaldas, los tres voltearon a ver a Shoko preguntando, porque habian otras personas en la casa y bueno. Según lo que nos contó, la conversación fue más o menos así:
"Megumi: Dra. Shoko, hay dos niñas en la cocina.Nanako: ¿Eres doctora?
Mimiko: Papá Geto dijo que si. Revive muertos.
Megumi: ¿Revives muertos?
Mimiko: El puerco espin habla Nanako
Nanako: ¿Pero revive muertos?"
Luego de una breve explicacion de su oficio, los cuatro se sentaron a comer dulces que habían en la nevera.
"Nanako: ¿Porque el viejo se fue con mi papá?
Megumi: No le digas viejo a Gojo, tiene 22 es bastante joven.
Mimiko: Papá tiene 21, es un viejo a lado de él.
Nanako: El viejo me cae mal, es muy ruidoso para su edad.
Mimiko y Megumi: Si."
De ahi la conversación fluyo y se pusieron a hablar de cosas de la vida y a jugar con bloques.
Al principio, introducir a las gemelas con Megumi fue difícil, paso de tener a su hermana consigo, a tener dos más, y al principio Mimiko no toleraba a Megumi, él prefería irse a la sala a jugar videojuegos con ellas, pero Nanako eventualmente se unió a él y bueno, eran niños después de todo, apenas se llevaban dos años, su relación mejoro mucho así que Nanako pedía estar con Megumi más habitualmente.
Tsumiki por otra parte, mejoro mucho en su salud, la inscribí a una academia privada de niñas, por lo que no vivía con nosotras y era mejor, ya que ahí estaría mejor protegida la ser única sin energía maldita de la familia. Megumi era un poco incompredido de ese tema, pero al final, Tsumiki fue quien lo convencio que era mejor para todos, además, asi como él iría a una escuela especial cuando fuera mayor, ella tenía que hacerlo en ese momento para que cuando ambos terminaran de estudiar fueran los mejores en sus respectivas areas, Tsumiki resulto ser muy pegada a Shoko, asi que ella quería estudiar enfermería.
Pero con el tiempo, al menos Mimiko comenzó a llevarse mejor con Megumi cuando llegaba a la casa tras una misión y Geto podia salir por unos momentos, ya que al ser un hechicero grado especial, todos los radares de su poder se encendían si permanecía demasiado tiempo fuera de la burbuja, aunque no estuvieramos si quiera tan cerca de Tokyo. Era una escena muy bonita, de pelicula americana al menos tener esa postal por unas cuantas horas a la semana.
No voy a mentir, era algo que se sentía tan efimero, sabia que teniamos el riesgo de que capturen a Suguru en cualquier momento, me quiten a los niños, a él a sus hijas, y bueno. No debaja que la ansiedad me gane pero no dejaba de buscar caminos alternativos con tal de mantener esta felicidad en mi vida. Suguru me prohibió de cualquier manera ingresar a sus hijas a esas burbujas, "Satoru son niñas, no puedes atentar contra su libertad, yo en cambio es un precio que estoy dispuesto a pagar".
Después de un tiempo, fui capaz de mantener a Geto con su nivel de energía maldita al mínimo, de alguna manera, conseguimos dejar su energía maldita concentrada en la burbuja pero era incapaz de salir de casa. Esto me alegraba, ya que así podía vigilarlo y, de alguna manera, los niños no se quedaban solos tanto tiempo, aunque claro, tampoco era como que pudiera entrar o salir de ella a voluntad.
Pero hey, al menos ahora éramos una familia de 6, Suguru y yo, digamos que esa burbuja no era una molestia siempre que queríamos tener intimidad, al contrario, era nuestro lugar especial. Evidentemente queríamos hacer muchas más cosas juntos, pero por el momento, disfrutaba mucho esa vida, trabajaba, llegaba a casa con mis niños, entrenaba con los tres, aunque las gemelas era más de usar artefactos malditos y Megumi odiaba esas lecciones ya que estaba consiente que necesitaba tener las manos libres, otro problema conejos. Megumi tenía una fijación por invocarlos por centenares, obviamente a las gemelas les encantaban pero, era una molestia si se triplicaban cada vez que sus hermanas se lo pedían, quien diría que pese a su personalidad, Megumi sería bastante manso, supongo que lo saco de mi.
Pero la vida, al menos en este momento, en el que ya casi no tengo donde escribir cosas malas o tragedia, es buena.
Satoru.
¿Debería tener otro diario?
P.d. Esconder este diario entre las pinturas viejas de Megumi, a un lado de donde guardo los regalos de navidad.
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Querido: Yo
أدب الهواةSatoru Gojo y su enorme ego fueron reprendidos y castigados. El grandioso e increíble Satoru ahora debe llevar un diario personal, como un niño pequeño, con el fin de reducir su arrogancia y mantener los pies en la tierra. Sin embargo, entre tantas...