Cuartel General
Ciudad CentralFrente a su escritorio se encontraba un niño muy conocido para él. Ojos grandes y dorados, cabello largo como el oro atado ordenadamente en una trenza. De tez tersa y clara destacaba aun más por su vestimenta negra. Su cuerpo era cubierto por ése abrigo rojo que era tan característico en él. Hacía tiempo que no lo usaba. Lo recordaba a la perfección. Justo como cuando había entrado a formar parte de los alquimistas estatales hacían casi 6 años.
- Deberás usar el uniforme ahora, Acero.
Ed odiaba a ése hombre. Lo odiaba con todo su ser después de haber sido engañado, manipulado y obligado a obedecerlo en lo que se le ponía en su cabeza depravada. Era una desgracia volver a tener tratos con ése bastardo.
" ¿ Uniforme había dicho ? ".El hombre vió la cara de desagrado del niño que tenía enfrente. Esperó su reacción con una sonrisa complaciente. Le agradaba ver cómo siendo tan pequeño y tener ésa apariencia fragil podía ser un verdadero dolor de cabeza. Éso le divertía.
- ¿ Te ríes de mi, desgraciado ?
Claro que lo divertía.
- Solo te digo que estás obligado a usar el uniforme. Pero si no quieres sábes cómo saltarte ésa regla.Edward no podía creer que se lo dijera. Era un enfermo.
- No podrás chantajearme con nada ahora, pervertido.
El niño hablaba sin ningún tapujo. Estaba distinto. Tal vez porque si en apariencia parecía un prepuber realmente en su mente ya había madurado.
- No te haré nada Acero. Te tomarán las medidas para tu uniforme. No existe una talla para ti..ja..ja..ja..ja..
- ¡¿ ME ESTÁS LLAMANDO ENANO , PEDAZO DE MIERDA?!Cómo tenía ganas de partirle la cara a ése desgraciado, se decía Ed. Se burlaba de él como lo había hecho siempre el muy maldito.
Un golpe en la puerta los puso a ámbos alertas. El chico cerró la boca y el hombre tomó una actitud seria.
- Adelante.- autorizó el pelinegro.Se abrií la puerta entonces para dejar entrar a la Teniente Hawkeye. Despues de dar su saludo miró a ámbos sopesando los ánimos.
- Vengo por el Alquimista de Acero, Señor
- Ah...sí. Las medidas."Mierda. Sí estaba hablando en serio".
- Puedes retirarte Acero.
Simplemente el hombre volvió a sus papeles y Riza se giró a mirar al niño que no podía ocultar su enojo.
- Vámos.- le dijo entonces, para que lo siguiera.Con la humillación a flor de piel el niño de trenza no pudo más que salir con la mujer.
Después de caminar por los pasillos unos minutos, la joven le dedicó una mirada a su acompañante.- ¿ Estás bién Edward ?
- Sí. Odio el estúpido uniforme.
Ella sonrió notando lo incómodo que se escuchaba el niño.
- Te acostumbrarás.
- Naaaa...
No había nada que pudiera hacer.Tercer día en la milicia y recibió el maldito uniforme. Su hermano estaba mirándolo fascinado.
- Te queda muy bién, hermano.- dijo con una sonrisita extraña.
Era un traje incómodo desde la chaqueta hasta las estúpidas botas. Rogaba que no le hicieran cortar el cabello o si no echaría abajo todo el cuartel. Espera, pensó, Mustang podría aprovecharse de éso.
- ¿ Estás bién , hermano ?- la voz de Al lo trajo a la realidad.
Se había puesto nervioso. Si ése bastardo usaba su pelo para chantajearlo se lo cortaría sin chistar.El adolescente menor miraba a su hermano. Consideraba que el uniforme azul hacía ver al niño como un muñeco. Esperaba que los hombres del cuartel no lo vieran igual o él sufriría más burlas de las que había recibido cuando era alquimista estatal y se paseaba por los recintos con su ropa negra extravagante y su menos llamativo abrigo rojo.
Siempre escuchó los susurros malintencionados que seguían los pasos de su hermano cuando él era una armadura. Nunca se los habían mencionado al niño por temor a que éste se sintiera cohibido y perdiera su entusiasmo y maravillosa personalidad. Ahora él tenía su cuerpo y si bien habían dejado que lo acompañara a los lugares que habitualmente solo estaban autorizados los militares su hermano le dijo que no entrara a las dependencias y que solo lo esperara afuera o en la biblioteca. Que era por su seguridad. No lo entendía muy bien pero decidió no contradecirlo. Por lo menos en ésos días él no había reseteado su memoria y no despertaba confundido por su estatura.
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Resiliencia
FanfictionDespués del Día Prometido, Edward creyó que ya todo volvería a ser normal y podría volver a vivir por fin con Alphonse en paz. La VERDAD , luego de cruzar la puerta para traer a su hermano de vuelta , le hizo una mala jugada y el intercambio no fué...