Capitulo 26

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   Su hermano corrió las cortinas y esa tenue luz fué suficiente para que despertara. Había dormido bién. Por lo menos ninguna pesadilla ni reseteo habían invadido su ser ésa noche. Después de la confesión de Winry, él se limitó a cambiar tema y al final entraron a Den para hacerle un espacio en la casa, pues la perrita ya mostraba notorios cambios y se notaba que estaba bastante viejita. Se habían entretenido en éso y no habían vuelto a tocar el otro tema ni mucho menos el pequeño beso. Winry no le reclamó nada ni tampoco preguntó si él podía haber sentido algo parecido a lo que ella le había confesado. Era algo obvio de que sí pero ¿ qué clase de persona sería si le daba esperanzas ? Ni él sabía si su condición iba a cambiar.

   - Ya levántate, hermano.

   Al le apuró pues había notado que el niño no estaba reseteado pero al parecer algo más lo estaba deteniendo. Lo vió entonces estirar los brazos y saltó de la cama con más energías.

   - ¡ Ya voy ! Practicarás conmigo ¿ verdad ?

   - Ya te dije que sí ..., aunque tampoco puedo decir que estoy en forma.

   - Entonces me ducharé después.

   Poniéndose un buzo claro y una simple sudadera, ató su cabello en una pequeña coleta baja. Su corta melena había crecido un poco pero aún no lo suficiente para tener la hermosa trenza de antes.

   Juntos bajaron,mientras los demás recién despertaban ellos ya habían desayunado y salían de la casa.

   Denny y María, los militares que más conocían al Alquimista de Acero, los siguieron hasta que ámbos chicos se detuvieron en un claro a solo 30 metros de la casa. Los vieron hacer unos estiramientos y pequeños saltos antes de ponerse en posición de alerta.

   - Bien Al .... - Ed hizo un ademán con su mano para que su hermanito se adelantara.

   Alphonse vió la mano llamándole y la sonrisa socarrona de su hermano. Lo vió como antes y éso le alegró el momento. También le trajo recuerdos de cuando él era una armadura y no pudo dejar de comentarle algo que seguramente lo pondría furioso.

   - Aún sigo siendo más alto que tú, hermano.

   - ¡¡ No te voy a perdonar ésa !!

   Riéndose por lo bajo recibió los primeros golpes de su pequeño hermano. Los esquivó con sus brazos y se dió cuenta que realmente dolían. El adolescente había perdido altura y musculatura pero era la primera vez que sentía sus golpes de puños sin tener una armadura. Comenzó entonces a lanzar golpes iguales en su contra. De pronto estaban los dos dando saltos, patadas, volteretas, golpes de puños como lo hacían antes. Recordaban los tiempos de cuando eran niños y debían pelear entre ellos para poder hacer que la maestra los tomara en serio.

   Denny recordaba los momentos en que había acompañado al pequeño alquimista a correr por los campos y ahora al ver todas las piruetas que hacían los chicos se sentía totalmente inútil. María estaba entretenida pero no dejó de ver que varios ya habían llegado hasta ellos para contemplar ése entrenamiento.

   - ¡Vámos Al!, ¡no te estás esforzando! - gritó el de coleta cuando arrastró los piés e hizo que su hermano cayera al suelo.

   - ¡Tú tampoco! - le reclamó entonces Al, poniéndose rápidamente de pié, yéndolo a buscar - ¡No ház dado ni un golpe con tu automeil!

   - ¿Estás loco? ¡¿ Quiéres que te rompa los huesos ?!

   " Bueno", pensó, "ése es un buen punto". Con un movimiento apresó el pequeño y liviano cuerpo de su hermano y trató de arrojarlo como lo hacía cuando era una armadura, obviamente sin el mismo resultado. Su hermano ni se había azotado y dándo una voltereta en el aire volvió rápidamente a su lado, agarrándole por un brazo y dándole la vuelta, haciéndo que se marease y perdiera el equilibrio. Se sintió medio ahorcado por atrás y cayó de espaldas. En un segundo el cuerpo de su hermano estaba sobre el suyo.

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