Capitulo 6

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   Winry había recibido una llamada de Alphonse. Primero un día le comunicaba que su hermano se encontraba bastante estable y que llevaba días sin que se reseteara y al siguiente la llamaba para decirle que Ed estaba mal y que necesitaba de su ayuda.
   Ponía sus cosas en una maleta mientras Garfiel, su jefe, tenía la cara más lastimosa que existía.

   - Seguro tendré problemas pero por supuesto la salud de tu amigo es primero. Demás está decir que es el héroe nacional.
   La chica intentó no reír al escucharlo y solo le agradeció que la dejara ir y con un " no olvides de llamar " salió al sol de Rush Valley para dirigirse al tren.

   Habían pasado 2 días en que el Alquimista de Acero había sido internado en el Hospital Militar. Habían llegado dos alquimistas expertos aparte del Doctor Marcoh, pero ninguno podía dar con lo que le sucedía al niño de cabello dorado. Aparte de todo lo fantasioso que había sido que volviera a tener el especto de un niño de 12 años por rescatar a su hermano.

   El Doctor Marcoh estaba en la habitación esperando a que el pequeño alquimista terminara de vestirse con el uniforme. Su hermano lo ayudaba con las botas ya que se sentía aún mareado. Hubiera querido tenerlo otro par de días en observación pero el Coronel le había dicho que ya debía volver. Sabía que la Teniente lo esperaba afuera y,  dando un suspiro, se acercó a él para darle un poco de ánimos.

   - No habrá misiones por ahora, lo prometió.
   Los ojos dorados del niño solo lo miraron cansados. Sabía que el sueño había vuelto y que le era difícil mantenerse alerta. Con ese reporte Mustang había estado de acuerdo a que solo se mantendría en el Cuartel.

   - Gracias Doctor, no quiero verlo tan seguido.
   El niño uniformado le sonreía de forma inocente, tratando de alivianar la situación.

   La Teniente vió el rostro un poco demacrado del pequeño alquimista y sintió un poco de preocupación. El Coronel no daba su brazo a torcer pero era también porque si Elric no cumplía sería acusado de desertor. ¿ Por qué no firmaba el retiro por salud ?. No lo entendía.

   Su hermano y el pequeño de cabello dorado la seguían por los pasillos hacia la oficina del Coronel y a medida que se cruzaban con otros oficiales, recibían los saludos con respeto para luego que los pasaban comenzaran los molestos susurros.

   La Teniente golpeó la puerta y fué el propio Coronel el que abrió, sorprendiendo a todos.
    - Entra, Acero.
   Riza miró al hombre interrogándole en silencio.
   - No tardará.
   La puerta se cerró y ella miró algo preocupada a Havoc que se encontraba ahí. El Elric menor se recostó en la pared con la intención  de no moverse.

   El pequeño uniformado caminó unos pasos hasta que la voz del hombre lo detuvo.

   - Siéntate Acero.- le indicó el sillón de dos cuerpos que estaba cerca.
   Él notaba la mirada de desconfianza del niño, así que caminó a su escritorio.
  
   - Estoy bién de pié.
   Sabía que no era cierto. Se sentía con las piernas débiles pero creía que iba a dormirse si se sentaba en el famoso sillón y éso no lo iba a hacer. Quedar totalmente indefenso no era su prioridad.

   - Dejémonos de juegos, Acero. No te voy a hacer nada. No quiero recogerte del suelo. Siéntate.
   - Estoy bién.
   - De a cuerdo. - el hombre suspiró dándose por vencido, el mocoso podía ser exasperante. - Dí el pase para que tu mecánica entre a las dependencias del Cuartel. - al ver que el niño de trenza cerraba los puños enguantados y que su mirada se hacía dura, se vió en la obligación de aclararle las cosas. - y no, no pediré nada a cambio. Es más, sé que tu hermano irá a investigar a Xing lo que posiblemente está ocurriendo contigo y quiero comentarte lo que yo pienso.

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