Capitulo 11

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   Winry vió cómo Edward estiraba los brazos a más no poder. El viaje a Resembool había sido tedioso. Por fín había sido dado de alta y, usando el permiso , estarían una semana en casa de la abuela. Gran parte del viaje el pequeño alquimista había dormido y ella, con muchos nervios, esperaba que no despertara con la amnesia. No había ocurrido y estaba agradecida que hubieran llegado sin problemas al pueblo. Fueron enviados con dos uniformados para resguardo de Ed, aunque él se mostró muy molesto pues no quería ser vigilado por los militares, pero al ver que eran de confianza, los aceptó aún a regañadientas.
  
   Mientras caminaban hacia la casa, Winry hablaba con la joven a su lado.
   - Así que ¿ conocían de antes a Edward ?
   - Tuvimos que escoltarlos por un tiempo cuando Scar iba tras los Alquimistas Estatales.

   La mujer de cabello corto negro la miraba sonriente. María Ross era su nombre y parecía muy amable. El otro militar, un joven castaño claro, caminaba más adelante junto al niño de trenza. La chica rubia estaba consciente de lo molesto que iba su amigo, aparte de los escoltas, él llevaba el uniforme. Winry debió borrar de su cara la sonrisa que se le había formado al ver cómo la gente lo miraba y murmuraba, luego que él girara su cabeza para darle una ojeada con sus ojos dorados, como si supiera lo que estaba pensando.
   Siguieron caminando en silencio, cada militar con una maleta, lo mismo que Ed y Winry con su bolso y maleta larga con los repuestos del automeil.

   Pinako miraba a cada uno de los jóvenes sentados en su mesa. No tuvo ninguna objeción en recibir a los dos militares que acompañaban a Ed y a su nieta. La casa era grande y ahora que todos estaban sentados a la mesa los veía actuar como si fueran personas normales. Los escuchaba hablar sobre cosas triviales y ella se sentía tranquila.

   - ¿ Así que no crées que puedas practicar conmigo ?
   El niño de trenza preguntaba al joven que lo miraba algo intimidado. Sabía perfectamente lo rudo que podía ser el Alquimista de Acero y no se creía capáz siquiera seguirle el ritmo para que él pudiera entrenar.

   - ¿ No tienes a alguién más con quién poder hacerlo ?
   - Lo hacía solo con mi hermano pero no está.

   La chica de cabello  negro trató de tirarle un salvavidas a su compañero.
   - Ninguno de nosotros somos mucho de lucha, la verdad. Tal vez el Coronel debió enviar al Mayor Armstrong.

   Todos vieron cómo el pequeño alquimista negaba con la cabeza y las manos a tal propuesta.
   - Ah ...¡ nooo por favooor !

   La mujer mayor se dirigió a su nieta. La veía demasiado silenciosa. Podía notar las miradas que le daba a Edward desde que habían vuelto los hermanos. Sus ojos se oscurecían con tristeza.

   - Winry. ¿Podrías ir al Cementerio con Ed para limpiar las tumbas? No he podido ir en esta semana.
   - Claro abuela. - la muchacha asintió de inmediato - Cortaré algunas flores para no ir al pueblo.

   Pinako se dió cuenta de los ojos dorados que miraron a la chica. También notó el cambio que tenían cuando la miraban. Ella no era tonta y sintió pena por la situación del chico.

   - Entonces, después de descansar pueden ir todos a dar una vuelta.
   La dueña de casa les sonrió a todos casi obligándolos a terminar de comer.

   Xing.
   - ¿ Un portal hacia otro lugar ? - May miraba con ojos incrédulos al joven rubio que estaba junto a ella en una de las mesas de la Biblioteca de Palacio.

   - ¿ Crées que haya algo al respecto, May ?
   - Nunca había escuchado hablar de algo así.
   - Mi hermano necesita averiguar. También le dije que acá era  la alkaestría más medicinal.

   La chica pensaba si hubiera alguien con algún conocimiento respecto a otros usos de la alkaestría.
   - Podría preguntar a algunos maestros. Jamás hay que dar por sentado nada.

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