Capitulo 35

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Resembool

Winry acariciaba suavemente la cabeza de Den mientras, sentada en los escalones de su casa, elevaba sus ojos hacia el cielo estrellado. Era casi fín de año. Ella cumpliría 18 años, pero no se sentía para nada entusiasmada. Pasó muchos cumpleaños sola con la abuela y alguno que otro amigo, pero a los que siempre esperaba era a los hermanos. Recordó que habían llegado a uno como sorpresa y sonrió al recordarlo. Era cuando había cumplido 14. Den levantó la cabeza cuando sintió que alguien salía de la casa.

- Comienza a ponerse fresco - la voz suave de Al la hizo sonreir más y lo miró hacia atrás, viendo que él se acercaba y se sentaba a su lado.

- No estés triste Winry, a mi hermano no le gustará.

La chica negó con la cabeza dándo un gran suspiro, pero su sonrisa se transformó en una angustiada.

- Es un idiota - murmuró queriendo aparentar molestia.

Al observó a su amiga mientras ella bajaba la vista y se concentraba en Den.

- Ya verás que regresa pronto - trató de ser convincente.

- Dijo que me olvidara de él.

La voz amarga de la muchacha hizo que Al frunciera el ceño.

- ¿Lo dijo? - no parecía creerle.

- Porque dijo que tal vez no crecería y se quedaría como un niñito amargado - Winry sonrió con pena.

- Mm... - Al apartó sus ojos de ella - No sabemos éso - aunque también tenía sus dudas al respecto, no podía asegurarlo tampoco.

La chica elevó sus ojos nuevamente hacia el cielo, haciendo que Al la imitara.

- Soy una tonta, pero aquí estoy esperando una estrella fugáz para pedir mi deseo. Quiero que vuelva a ser el de antes, Al . Lo esperé por tanto tiempo ...

Al bajar los ojos hacia la niña, pudo ver cómo unas lágrimas brillaban en sus mejillas. No podía consolarla. No podía mentir. Suspiró cansado. Solo sentado a su lado en silencio.

Briggs

Después que salieron la General Armstrong y Miles, los siguieron Mustang y Alex. Riza terminó por quedarse solo otro minuto hasta que el pequeño alquimista terminara por tranquilizar su respiración y se encaminaron hacia el pasillo donde los esperaban Havoc y Breda, el resto se había ido junto a los demás. Un oficial de Briggs los guió , mientras aún sonaban las alarmas.

Afuera había dejado de nevar, pero aún se oían disparos hacia el lado de Drachma. La muralla en sí estaba separada de un kilómetro, más o menos, de la frontera real y el enemigo había invadido ya bastantes metros del territorio de Amestris.

Edward levantó la vista y vió 2 a 3 estelas de luz, partir desde lo alto de la muralla hacia la frontera. Sonaron, a lo lejos, las explosiones. Alex Armstrong los encontró y los llevó unos cuantos metros más adelante.

- Por acá Capitán.

Mientras le hablaba el hombre a Hawkeye, Havoc tomó a Edward y lo bajó hasta una gran zanja, junto con los demás. El niño había oído sobre las guerras, que siempre comenzaban de a poco, para evitar el daño mayor y sabía de estrategias militares, pero aún así comenzó a sentir que él podía hacer algo más. ¿Por qué no le ordenaban algo ahora? Tenía la adrenalina corriendo por todo su cuerpo. Vió a unos metros, en la trinchera, las figuras de Darius y Heinkel portando armas pesadas. Escuchó a Fuery hablarle a la Capitán algo que no logró entender, ya que nuevamente los cañones dispararon sobre sus cabezas.

Mientras Ed escuchaba pequeñas explosiones alejadas, también sentía, que fuera de la zanja, disparaban en forma constante.

"Maldición", pensó, no quería estar ahí. Escuchaba gritos dándo órdenes y otros ruidos que no sabía de dónde venían pues, si bien la nieve había dejado de caer, había un viento frío que mezclaba los sonidos. De pronto silvó sobre sus cabezas un pequeño misil, que fué a estrellarse contra el muro, a sus espaldas. Tapó, por instinto, sus oidos al igual que muchos de los soldados a su lado. Riza se agachó junto a él y le habló, tomándolo de los hombros.

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