Camila - el diario de amor de mama.

La piyamada donde todo comenzó.

Hey diario, ha pasado algo de tiempo desde que empecé a escribir esto ¿Verdad? *Suspiro* tantas cosas han pasado desde entonces y sé que probablemente me gritarías, cansado de repetir esto cada vez, pero ahora creo que puede empezar a escribir sobre otras cosas o tal vez empezar un nuevo diario.

Voy a empezar a anotar más de mí y de este nuevo capítulo en mi vida, sé que es muy probable que lo haga en otro diario así que . . . *Suspiro*, no va a ser sobre si en donde voy a escribir y esta será nuestra despedida, (Risa) podría decirse que ya puedes descansar y dejar a tu hermanito seguir adelante con el trabajo *Suspiro*.

Pero volviendo a la que será mi última anotación, mi última confidencia, hablemos de la piyamada un poco. No sé por dónde debería empezar a escribir, hay tantas cosas que quiero contarte y a la vez que me dan un poco de vergüenza dejar un registro *Suspiro*, maldigo a mis hormonas residuales dejando que me sonroje como una cría a la que atraparon hurgando en el bote de las galletas a mitad de la noche.

*Suspiro* Y hablando de estas cosas a la, hay un par de cosas de las que estoy segura ahora mismo y una de ellas es que siempre guardare un lugar especial en mi corazón para Amity y Hunter. Otra que podría nombrar es que Emira siempre tendrá un lugar en el salón de la infamia en mi cabeza por causarme tantos momentos incomodos a lo largo de nuestra extraña amistad, lo mismo podría decir de Boscha, pero al menos ella se controla un poco más.

Diario, honestamente no merezco a una persona tan paciente como lo es Willow conmigo y cada problema que acarreo a veces *Suspiro*, una persona sensata habría cortado tras el tercer incidente y ella no lo hizo, en cambio se mantuvo a mi lado con una sonrisa en su rostro. Estoy comenzando a pensar que Willow tiene algún gusto especial con este tipo de cosas, no le veo el sentido de otra manera que no sea esta. *Suspiro* . . . Supongo que simplemente me mantendré agradecida por tener a alguien así en mi vida.

*Suspiro* Hey diario, gracias por acompañarme hasta aquí, pese a mi actitud algo egoísta y por aguantar con cada uno de mis traumas y problemas, la mayoría no tendría la misma paciencia para hacerlo y . . . bueno supongo que gracias por todo esto.

Espero poder algún día mostrarte a mis niños, está la historia de amor de la familia Noceda.

*************************************

-Muy Bien niños, los dejare para hacer su piyamada -La madre de los niños Blight anuncio mientras caminaba hacia la puerta, deteniéndose en la entrada - Recuerden que mama Odalia los quiere a todos ustedes y que deje algo de dinero sobre el refrigerador - Señalo ella, finalmente saliendo de la mansión, mirando una última vez a sus niños y amigos antes de encender el auto para partir a seguir celebrando más delante.

- Bueno parece que mama ya se fue Emira -Edric murmuro, mirando desde la ventana antes de alejarse de esta.

- ¡No! mira ahí viene de vuelta ¿Que habrá olvidado? - Emira le corrigió, tirando de su camisa y señalando al auto de la mujer. - Ven vamos a ver que ocupa - murmuro esta, tirando de nuevo de su hermano.

Edric murmuro algo entre dientes antes de seguir a su hermana, sintiendo como Amity y Luz salían al pasillo.

- ¿Paso algo? - Amity pregunto, mirando como los mellizos salían en dirección de la puerta

-No se preocupen, mama solo está regresando por algo, vamos a ver que quiere - Emira respondió, sonriendo y llamando un poco la atención de Luz mientras se alejaba por el pasillo en dirección de la entrada. La castaña y Amity se miraron mutuamente un momento, asintiendo entre ellas y siguiendo a los mellizos a la entrada para recibir a su madre.