11. G R U Ñ I D O

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Gruñido :: (Sensorial)

Se diferencia del ronroneo por su connotación violenta. El gruñido es una advertencia, igual a cuando un perro te gruñe y comienzas a tener cautela. Lo pueden ejecutar alfas y omegas, siendo los primeros quienes tienes mayor efecto en el otro.

۵


— ¿Cómo me veo Valdo? — preguntó Aldo mientras mostraba la ropa que traía puesta: un pantalón de mezclilla negro, una playera negra y sobre esta playera una camisa de cuadros gris y rojo. — ¿No es muy informal?

Osvaldo sonrió y lo abrazó fuerte.

— Sólo es una comida en casa de mis padres, no el té con la reina. — respondió el alfa mientras frotaba la espalda del omega para tratar de calmarlo. — Te ves muy bien así Aldo.

Aldo soltó un suspiro mientras asentía resignado.

— Si, tienes razón... — sus ojos se agrandaron enormemente y miró a Osvaldo. — ¿Y si simplemente no les agrado?

— Imposible, eres encantador. — le aseguró. — Y en el remoto caso de que no les caigas bien... — se encogió de hombros con una sonrisa ladina. — Se quedan sin hijo, así de simple.

Aldo le dió un ligero golpe en el hombro.

— ¡No digas eso idiota!

Osvaldo soltó una carcajada mientras el omega le miraba con un puchero, por lo que dejando de reír se acercó a él y beso su puchero, haciendo que Aldo se sonrojara.

— Bien, ya vámonos omega.

{***}

Ding dong.

El timbre sonó y Aldo tragó grueso, tratando de lucir relajado pero solo logró tensarse más cuando escuchó pasos apresurados en dirección a la puerta. Algunos momentos después esta se abrió, dejando ver a una joven castaña de no más de 20 años que les miró emocionada y en seguida se colgó de Osvaldo.

— ¡Hermano que bueno es verte! — expresó la chica omega en brazos del alfa. — Hace mucho que no venías a vernos.

— Lo sé Angie, pero he estado bien ocupa- — no terminó porque la chica se alejo de él y en seguida tomó las manos de Aldo mientras chillaba emocionada.

— ¡Tú debes de ser Aldo! — expresó emocionada, liberando una cantidad de feromonas con olor a manzanas dulces exagerado. — Mi hermano ha hablado mucho de ti desde hace mucho y la verdad me alegra tener otro omega en la familia.

Aldo sonrió abochornado, la chica era linda y energética, le agradaba.

— Y supongo que tú eres Angela, la hermana de en medio. — respondió Aldo. — Osvaldo también me ha hablado de ustedes.

— Espero que sólo las cosas buenas. — expresó la madre de los hermanos llegando también a la entrada y abriendo más la puerta para poder acercarse a los chicos y tomar a Aldo en un abrazo apretado. — Es un placer conocerte por fin Aldo, juro que mi hijo esta un poco obsesionado contigo... en el buen sentido.

— ¡Mamá! — chilló Osvaldo rojo como tomate, haciendo reír a los tres omegas.

— El placer es mío señora Palacios. — respondió Aldo amablemente.

— Oh nada de señora hijo, dime Regina. — la señora por fin soltó al moreno y los jaló para que entrarán. — Ahora pasemos adentro niños.

Todos caminaron detrás de ella hasta la sala donde ya se encontraban el padre de Osvaldo y su hermano menor, Beto. Ambos eran alfas también, dando la imagen perfecta de una familia con alfas varones y omegas mujeres. Aldo no pudo evitar sentirse un poco intimidado, no por ese hecho, sino porque el padre de su pareja realmente era intimidante. Un alfa alto como el propio Osvaldo y fornido, con un olor a madera de pino y almizcle que en cierto modo le recordó a su alfa.

OMEGACEMBER 2023 // Desafío aldorianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora