2. V O Z

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VOZ :: SENSORIAL.

La voz puede resultar calmante o atemorizante, dependiendo qué giro decidas darle a tu historia.

۵

Aldo se encontraba aún encerrado en el baño, se sentía tan mal por como su cuerpo había sido tan débil ante el olor de Filis y el de Osvaldo. Eran este tipo de situaciones lo que lo hacían odiar su casta... no odiaba ser omega como tal, sólo odiaba estos momentos de debilidad en los que su casta lo ponía.

Aldo nunca había sido débil ni mucho menos lo había mostrado.

Mojó de nueva cuenta su rostro para tratar de despejar bien su mente cuando escuchó la puerta ser tocada suavemente, sacándole un pequeño chillido de sorpresa. Se maldijo internamente mientras escuchaba a Osvaldo del otro lado llamarle.

— Aldo, ¿estás bien mi niño? — preguntó un tanto preocupado el alfa al otro lado de la puerta.

Osvaldo realmente se había preocupado cuando notó que Aldo tardaba en regresar, pensando en lo peor como que al omega se le había adelantado el celo gracias a las feromonas de Oscar.

— Amm... si, estoy bien Osvaldo. — respondió Aldo sonando poco seguro. — ¿Por qué, qué paso wey?

— No, nada cabrón. — expresó al instante, pegando su frente a la puerta al oler el olor achocolatado del omega mezclado con pánico, por lo que el deseo primario de llegar a él y consolarlo lo estaban consumiendo. — Es sólo que saliste corriendo y me sacaste de pedo... ¿seguro estás bien? — preguntó Osvaldo, usando su voz alfa sin darse cuenta.

Pero no era la voz que usaban otros alfas para doblegar al resto, era una voz calmante y pacífica, esa que iba dirigida sólo a sus parejas para tranquilizarle.

Aldo soltó un suspiro tembloroso y cerró los ojos.

— Estoy bien... o lo estaré. — murmuró suavemente, aún así Osvaldo fue capaz de oírlo al tener la cabeza pegada a la puerta. — Quiero irme, ya no quiero estar aquí, Osvaldo.

— Entonces abre la puerta y déjame llevarte a dónde quieras, omega. — Aldo sintió un escalofrío al escuchar como su amigo le hablaba.

Normalmente se molestaría si un alfa lo trataba como si fuera débil y delicado, pero ahora por alguna razón no podía molestarse con Osvaldo. Era como si el hecho de conocerse por fin en persona cambiara por completo la dinámica de su relación de amistad, y si era completamente sincero le encantaba.

Era desconcertante también a decir verdad.

Soltando un último suspiro tembloroso Aldo se enderezó y caminó a la puerta, al abrirla se topó de frente con Osvaldo, quedando ambos tan cerca que podía sentir el aliento del alfa sobre sus labios. Inconscientemente se relamió los labios, atrayendo la atención de Osvaldo sobre ellos.

— ¿A dónde quieres ir Aldo? — preguntó suavemente Osvaldo, luchando contra su alfa que quería que tomara los labios del omega.

— Llévame al hotel, por favor.

{***}

— Lamento que hayas tenido que dejar la fiesta tan pronto, Aldo. — expresó Osvaldo aparcando su auto en el estacionamiento del hotel donde el omega se estaba hospedando.

— No, al contrario Osvaldo, soy yo quien debe disculparse por hacer que salgas de la fiesta, apenas habías llegado. — respondió Aldo cabizbajo, mirando sus manos unida en su regazo.

— No tienes nada de que disculparte, Aldo. — empezó el alfa. — No podías evitar que te afectarán las feromonas de alfa en celo.

— Si, supongo. — Aldo levantó su rostro para mirar al alfa y se encontró con este ya mirándolo, por lo que su rostro se coloreó de rojo. — ¿Qué tanto me ves pendejo?

— Lo lindo que eres en persona, idiota. — respondió con una sonrisa Osvaldo.

Aldo se sonrojó aún más mientras soltaba una risita nerviosa.

— Las pendejadas que dices, wey.

— No es una pendejada Aldo, — empezó el más alto. — Solo estoy diciendo una verdad ¿Acaso nadie te había dicho lo lindo que eres?

Aldo frotó su rostro avergonzado con sus manos, se sentía tan abochornado de que su mejor amigo le estuviera alagando de esta manera.

— No, la verdad es que nunca me lo habían dicho. — expresó el omega, aún nervioso por el rumbo que estaba tomando la conversación.

— Pues ahora yo te lo digo Aldo. Eres hermoso, — La voz, esa maldita y hermosa voz alfa que había empezado a usar Osvaldo en él lo iban a volver loco. — y nunca dudes de ello.

Esa voz, esa maldita y sensual voz de alfa iba a ser su perdición, estaba seguro cuando sintió a su omega interior derretirse ante el cumplido.

Serían unos días en Monterrey muy interesante, eso era seguro.

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Re tarde lo sé, dispénseme 😪 me pondré al corriente lo juro.

—————————Re tarde lo sé, dispénseme 😪 me pondré al corriente lo juro

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OMEGACEMBER 2023 // Desafío aldorianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora