Una nueva forma de amar.

La hora de la verdad

Me quedo observando como ella poco a poco se pone más nerviosa no se que hacer parece que está en un estado de shock, cuando el silencio es insoportable me acerco y pongo una de mis manos sobre la suya parece que ella vuelve a la realidad

-Es verdad ¿Cierto?— Digo al ver que ella no reacciona, me observa pero su mirada no me transmite nada

-Porque no recuerdo algo cómo eso—Dice sorprendida y veo como se muerde el labio seguramente dándose golpes mentales, yo alzo los hombros

-No has contestado a mi pregunta—Vuelvo a decir, ella me observa ciertamente no creo que no sospechara lo que me había dicho, pero ella no habla muerde con más frenesí su labio inferior

-No sé porqué te dije eso, pero no estoy enamorada de ti — Dice con tono inseguro mientras sus manos van a la punta de su cabello, yo sonrió no puedo evitarlo y suelto una risa

-Regina sé perfectamente cuando me mientes— Digo observándola ella se sonroja y paso mi mano por su mejilla pálida

-Abría una diferencia entre decir si y decir no— Dice triste me quedo serio al instante y pensativo realmente si hay diferencia porque no reconoce sus palabras es acaso que tiene miedo, que acaso no se da cuenta joder si hasta Judith en un par de minutos se ha percatado de lo idiotizado que estoy cuando la veo.

-No, creo no habría una diferencia—Digo sincero ella abre los ojos inmensamente y unas lágrimas se asoman en sus ojos— Sería un cambio total no sólo una diferencia así que contéstame— Digo sincero tocó su rostro con ambas manos es tan suave y la observa y ella me observa sin saber que decir parece un tiempo eterno mientras espero su respuesta

-¡SI JODER SI ME HE ENAMORADO DE TI!— Dice pero su respuesta no me sorprende eso ya lo sabía desde varios días, lo que me paraliza es ver cuando lágrimas caen sobre su hermoso rostro, me quedo paralizado sin saber que hacer, ella sólo llora pero no solo es de tristeza es un llanto de coraje, no sé que hacer joder así que decido levantarme, ella me observa atraves de sus ojos llenos de lágrimas y como es tan ligera no me cuesta levantarla la acomodo sobre mi regazo y su cabeza descansa sobre mi pecho le acaricio el cabello, no digo nada se que está insegura, yo me siento enfadado sabía que esto pasaría las mujeres se enamoran de mi y cuando me niego ellas sólo se deprimen y lloran, con todas he sido distante y sobretodo indiferente, pero con Regina no puedo ser tan frío tengo una necesidad de consolarla, no se cuánto tiempo pasa hasta que noto que su respiración es entrecortada y sus sollozos a disminuido

-¿Estás mejor?— Digo sin saber que más decir mientras agachó mi vista para tener contacto con sus ojos ella asiente—¿Por que lloras?— Pregunto cuando está más tranquila ella se queda pensativa

-Por que soy una tonta— Dice enojada pero aún entre sollozos

-¡Hey! Tú no eres tonta— Digo pasando mis manos por sus mejillas mientras retiro unas lágrimas

-Si lo soy, por enamorarme de alguien tan imposible como lo eres tú— Dice sincera me sorprendo al escuchar eso de ella porque piensa que soy imposible.

-¿Imposible?— Digo confundido y tentando de saber más, ella me observa sus lágrimas han cesado bastante

-Si, tú eres un hombre lejano eres demasiado pijo nuestros mundos no encajan en lo absoluto, además no soy tonta se que no te interesa la formalidad y lo he confirmado la noche en la que entraste al baño con aquella mujer—Dice aún entre sollozos, yo frunzo el ceño y me doy golpes mentales joder esa maldita noche folle con Raquel por coraje al pensar que ella tenía algo con Juanca, me he estado culpando inconsistenmente de eso por varios días.

-Tú eres las mujer más inteligente que he conocido, pero tienes razón también la más tonta— Digo con tono enfadado— Te has enamorado del más gilipollas, yo no soy un hombre para una mujer tan maravillosa como lo eres tú— Digo y noto que por primera vez en estos años he hablado con el corazón y no sólo con la mente pero no puedo permitir que esto avance no quiero seguir lastimando a Regina.