Vuelta a casa.

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Me acomodo mi corbata y sonrió al verme en el espejo mi cabello ahora es corto, hoy es nuestro último día en Madrid he evitado a toda costa encontrarme con gente de mi pasado el mes se fue volando, la situación con Regina es extraña nadie menciono nada desde aquella noche pero saber que tiene sentimientos hacia mi y que yo cobardemente no he podido admitir lo que también siento por ella me hace sentir incómodo.

Salgo relajado y bebo un poco de zumo de naranja mientras espero a que Regina salga y minutos después sale con un vestido color menta que se ajusta perfecto a su cuerpo maravilloso, sonrió como idiota si tan solo tuviera el valor de decirle cuánto me atrae.

-Buenos días— Digo mientras no dejó de observarla se que ella algún día encontrará al chico ideal, es una idea que me desgrada bastante pero no sería justo que un gilipollas como lo soy yo estuviera con ella, aún no comprendo porque no se siente segura este mes se ha puesto en más forma la he visto en las mañanas correr como loca atraves de la cinta quizá sacando todas las frustraciones.

-Buenos días, nos vamos— Dice con el tono formal que ha tomado este mes, mientras camina yo asiento y salimos del departamento como es costumbre pongo música para llenar el vacío, cuando llegamos a la oficina ambos seguimos sin hablar realmente es incómodo llegué a pensar que Regina iba a huir del trabajo después de lo ocurrido esa noche pero me ha demostrado ser una profesional

-Bollito— La voz de Judith es lo primero que oímos cuando llegamos a mi oficina, sonrió y como es costumbre la abrazo y le beso la frente

-Buenos días— Digo ella sonríe y corre para abrazar a Regina sonrió al ver como se llevan mejor, es que no hay nadie que se niegue a catalogar a Regina como una gran amiga es una mujer maravillosa.

El día pasa rápido en la noche vamos a una cena donde me despiden les comentó que vendré pronto, todos están felices pero durante toda la cena noto como Regina me observa pero ella no se da cuenta de que ella es observada por varios hombres, suelto un suspiro cansado es que acaso nunca dejará de verme para voltear a otros lados, no niego que disfruto ser quien robe su mirada pero no quiero que sufra más, Judith y Regina comienzan a charlar lo cual en un punto me agrada pero por otro me tenso ¿de que hablarán?, Después de aquella noche le conte a grandes rasgos a Judith lo que había pasado aún recuerdo todos los golpes en el brazo que me propinó Jud por mi cobardía, pero sin embargo ella más que nadie entiende mi escudo defensivo y es la única que sabe lo que siento por Regina y el porque he decidido no decirle nada.
Afortunadamente unos chicos me hablan y me distraen.

Es una mañana fría cuando llegamos a México, manejo relajado al estar de nuevo por estar tierras el último mes cada que salía a la calle era ir tenso en todo momento

-¿Te ha gustado el viaje?— Digo no sé si sea una buena pregunta considerando todo lo ocurrido pero necesito hablar con Regina nuestra comunicación es escasa y no es por ella precisamente realmente es mi culpa porque la he distanciado demasiado

-Fue hermoso— Dice mientras observa la carretera se que está pensando lo que ha pasado

-Fue un placer estar contigo— Digo cuando me estaciono fuera de su hogar ella me observa le ofrezco una sonrisa pero bajo por sus maletas antes de que ella diga algo

-Por favor no lo hagas— Dice triste yo frunzo el ceño

-¿No hacer que?— Digo con una sonrisa irónica y confundida

-Hablarme así, cuando yo no te importó— Dice dejándome sin palabras mi cuerpo se tensa si tan solo ella supiera, hemos estado juntos un mes, era obvio que no iba a poder sacarme de su cabeza y menos cuando el magnetismo se sentía cada que estábamos cerca y una vez más me siento como un completo gilipollas.

Una nueva forma de amar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora