Te quiero.

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Camino por los pasillos de mi hogar hasta llegar al sanitario que está cerrado no hay absolutamente nadie estoy ansioso, espero unos minutos es ilógico que este aquí cuando tengo mi propio sanitario estoy pensado eso cuando se abre la puerta y sale Regina que al verme se queda estática

-Señorita— Digo sin saber que decir la observo sus ojos están brillantes

-Abraham— Dice con una sonrisa vaya está un poco ebria de otra manera no me hablaría por mi nombre pero esta consiente no se que hacer por lo regular todo lo tengo controlado, ella me observa sonríe y dice— Bueno me voy los chicos me están esperando— Dice sin mencionar a alguien veo que se da la vuelta no puedo quedarme como idiota

-¿Te hace feliz?— Digo lo suficiente alto para que me oiga por la música ella se detiene y da media vuelta para observarme

-¿Quién?— Dice confusa su mirada se enfoca en la mía

-Andrés— Digo sin ninguna emoción en mi rostro ella frunce el ceño nunca la había visto tan sería

-¿Porque lo dices?— Dice está vez se voltea por completo y queda de frente yo comienzo a caminar para estar cerca

-Parece que te hace feliz— Digo con un tono apagado, cuando estoy a medio metro de ella acomodo un mechón de su cabello ella se paraliza— Creo que está logrando hacer que me olvides— Digo serio mientras la miro directamente a los ojos ella me observa— O ¿Acaso ya me olvidaste?— Vuelvo a decir al ver que no dice nada

-Si— Dice rápidamente segundos después pero la observo fijamente y sonrió irónico ella me observa con esos ojos temerosos intentando lucir seguros

-Oh Regina, Regina no sabes mentir— Digo mientras la observo fijamente noto que reprime la necesidad de tocarse el pelo

-No estoy mintiendo— Dice retadora no sé de dónde pero logra sacar seguridad

-Pues tus palabras dicen algo que tu mirada no transmite y menos te creo porque estas temblando— Digo mientras agarró una de sus manos temblorosas que hasta ahora se han mantenido en su lugar

-¿Porque?— Dice segundos después escucho que tiene un nudo en la garganta

-¿Qué sucede?— Digo preocupado al ver que agacha la cabeza

-¿Porque haces esto?— Dice mientras aleja su mano de la mía

-¿Que es lo que hago?— Digo confuso realmente he echo varias cosas no se a cual se refiere

-Porque cuando estoy en el proceso de olvidarte te acercas a mi de esta manera, tú no sientes nada por mi eso me lo has dejado bastante claro y quieres que me aleje de ti pero tu sigues acercandote a mi ¿QUE QUIERES DE MI?— Me quedó observando como grita y se sale de control sus lágrimas comienzan a brotar cuando estoy apunto de hablar dice— ¡SI TU NO ME QUIERES LO ENTIENDO, PERO PORQUE NO ME DEJAS SER FELIZ!—Dice llorando a todo pulmón y me siento como un completo gilipollas sin saber que decir, ella está consternada pasan varios minutos en los que solloza pero no me animo a darle un abrazo, veo que varias chicas suben al sanitario y nos observan yo me limito a sonreír y recibo sonrojos mientras observo como Regina poco a poco se controla mi habitación está a lado y en un descuido de ella abro mi puerta y hago que entre no pretendo que todos sigan viendo el estado en el que ella está.

-Yo me largo intentaré ser feliz con alguien que me quiera— Dice cuando acabamos de entrar está definitivamente es una gran rabieta me ha dejado sin palabras— Pero que esperaba que el gran Abraham Mateo el jefazo el que derrite a todas la mujeres se fijará en alguien como yo, no se como llegue a pensar que me podrías a llegar a querer SOY UNA ESTÚPIDA— Dice oficialmente me ha dejado paralizado pero conforme su rabieta avanza mi furia también estoy perdiendo el control y de repente grito sin pensar

-¡QUIEN CARAJO TE HA DICHO QUE NO TE QUIERO!— Digo ella se queda en silencio, yo mismo me quedo en silencio ¿Qué he dicho? Joder por fin lo he declarado, ni siquiera he procesado esto antes de decirlo, veo como Regina me observa tiene los ojos demasiado abiertos, pero yo estoy consternado como puede pensar que es tan poca cosa y no se me ocurre nada que hacer entonces con la valentía que me ha faltado estos meses, me acerco a Regina la tomo de la cintura y comienzo a besarla con pasión con necesidad, ella no dice nada y la empotró en la pared besándola más profundamente otra vez siento esa necesidad de que sienta confianza en ella y de que sienta lo que he guardado por bastante tiempo, pero aún así no puedo dejar de pensar en eso último que he dicho ¿Fue lo correcto?

Una nueva forma de amar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora