XXVIII

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Val

Subimos al auto después de recorrer casi todo el zoológico por segunda vez.

-Muero de hambre- me dijo Kookie cuando el auto empezó a andar

-Ahorita comemos- dije divertida al ver sus gestos -¿que se te antoja?

-Te me antojas tu- era apenas un susurro en mi oídio y aun así logro encenderme

Lo bese, no espere nada más y lo bese, esperaba que fuera un beso lento, de esos que te dejan a la expectativa pero con Jungkook sujetando mi nuca y cintura eso se complico

Sin darme cuenta ya estaba sentada en el regazo de Kookie y debido a esto la falda se subía dejando muy poca de mi anatomía a la imaginación

-Se que no se atreverían a voltear pero por si acaso- el suéter largo que había traído me lo amarro en la cintura y colgando por sus piernas de manera que cubría mucho más que mi mini falda

-Kookie, si no paras ahora me quedare sin auto control- le susurre con mi respiración bastante agitada sintiendo como su excitación rozaba mi ropa interior

-Es justo lo que estoy esperando- admitió para después besarme de manera posesiva

Eso en verdad estaba pasando Jungkook estaba dispuesto a perder la virginidad en un auto con dos casi desconocidos en los asientos de adelante y se que es perverso pero la idea me calentó de tal manera que cuando me coloco mi mano sobre su miembro de manera casi inmediata lo libere de esa cárcel de algodón y mezclilla.


Jungkook

-Ultima oportunidad de retractarte- me dijo Val pegando su frente con la mía 

Sentía como su mano guiaba mi miembro a su entrada mientras esperaba mi respuesta

-Ni loco te pediría que pararas ahora

Sentí como iba bajando sobre mi longitud y como me rodeaba de aquella manera tan excitante, su respiración agitada en mi cuello y la suavidad de su piel al contacto con mis manos me traían cientos de ideas perversas a la cabeza.... a las dos

Comenzó a moverse, ritmos acompasados que hacían variar la presión que sus paredes le daban a mi miembro, yo regaba besos a lo largo de su mandíbula y en su cuello, moría por probar sus pechos pero no quería dejarla más expuesta ante el chofer y el guardaespaldas, aunque ninguno se atrevía a mirar atrás prefería no arriesgarme.

-Kookie- su voz sonaba agitada -no sabes todas las ideas que tengo para cuando regresemos a la casa

-¿Como cuales?- acompañe mi pregunta con un leve mordisco en su cuello

-Me preguntaba si serías un buen chico y jugarías conmigo a las estatuas

-¿Las estatuas?- dije sin entender

-Si, tu serás una estatua y sin importar lo que haga no te podrás mover

Esa idea cruzo por mi mente siendo seguidas por ideas bastante similares donde le cedía todo el control a Val, aquella pequeña y frágil chica guiándome por completo en este tipo de temas, como me gustaba esa idea.

-¿Entonces jugaras conmigo?- pregunto acelerando sus movimientos al tiempo que yo sentía aquel hormigueo que indicaba que pronto terminaría

-Si, a lo que tu quieras- apenas pude responder cuando un orgasmo me alcanzo


Val

Decir que no me sentí avergonzada una vez mis neuronas volvieron a funcionar por lo que acababa de hacer sería mentir, sin embargo la actitud tan relajada de Kookie me hacia sentir más cómoda

-El lugar esta genial- dijo Kookie en cuanto vio la decoración de super héroes, me dio gracia que aquel chico que no le importaba coger con público no quisiera ninguna mesa que no fuera la que tenía temática de Iron man

-Eres un berrinchudo- le dije mientras nos sentábamos en la dichosa mesa

-Ni siquiera esperamos tanto para que se desocupara- dijo viendo la carta

La verdad la comida estuvo muy bien y ver a Kookie imitando poses de Iron man y repitiendo diálogos era muy entretenido.

-¿Podemos pasar a unas tiendas?- me pregunto mientras caminábamos en aquella plaza

-Claro, tu eres la estrella- me saco la lengua por mi comentario pero aun así se encamino a la primer tienda de ropa que vio

La ropa no estaba mal, aunque la mayoría de la ropa tenía el color de moda, verde oliva y no lo tomen a mal pero no entendía como aquel color les podía gustar, yo prefería el rojo elegante y sexy o el rosa tierno y versátil, pero la gente elegía un color más adecuado para una estación de metro.

-¿Que tal esta?- Kookie me mostro una camisa negra con estampado en blanco

-Te quedara genial- dije mirando que era justo su talla

-No es para mi- me extendio aquella prenda

-Bromeas, esto me quedara enorme- aunque se veía muy cómoda -parecerá que no traigo nada abajo

-Ese es el punto- me guiño un ojo y volvió a ver la ropa

A parte de la camisa y un par de botas Kookie también me compro una cartera para remplazar aquel viejo monedero, en definitiva me estaban mal acostumbrando estos chicos

-Es hora de volver a casa- le dije a Kookie viendo el reloj

-Esta bien- dijo caminando de mala gana al estacionamiento -pero aun me debes un juego

-Tengo uno que se que te encantara- le susurre al oído y luego deposite un pequeño beso en la comisura de sus labios 

La concubina de BTS (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora