"La Princesa de Papá" (Primer libro de la biología Estragos de una Venganza)
Maia Reboredo, la hija de un poderoso y peligroso multimillonario, vive bajo la sombra de su padre, protegida por su dinero y su control. Pero su mundo perfecto se desmoron...
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Maia
3 meses después...
Estoy sentada en el suelo del baño, con la espalda contra la pared, las baldosas frías a través de la tela fina de mi pijama. Siento el latido acelerado de mi corazón en mis oídos. Miro la prueba entre mis dedos temblorosos, incapaz de procesar lo que acabo de ver. Tres meses de atraso... y ahora esto.
Positivo.
Las dos líneas aparecen como una sentencia, claras, imposibles de ignorar. Mi estómago se hunde. No puede ser... no ahora.
Cierro los ojos, pero no sirve de nada. La imagen de Bereth aparece de inmediato, su rostro duro y lleno de desprecio, su fuerza abrumadora que me aplastaba sin dejarme respirar. Y luego está Seth... siempre en las sombras, siempre ahí. Su presencia constante, invasiva, pero diferente... más suave, pero no menos devastadora. Y ahora... estoy atrapada en el limbo, sin saber de quién es.
No puedo respirar. Mi pecho se agita, y el aire se siente pesado, como si no pudiera llenar mis pulmones. ¿Qué voy a hacer? ¿Qué significa esto para mí? ¿Para lo que queda de mí?
Me abrazo el vientre, sintiendo una vida que no pedí, que no deseé. ¿Qué clase de monstruo puedo traer al mundo? ¿Será como Seth? ¿O peor aún, como Bereth...?
Las lágrimas caen sobre la prueba, empañando las dos líneas, pero no las hacen desaparecer. Esto es real. No puedo escapar. Estoy atrapada, una vez más, pero esta vez... no es solo mi vida la que está en juego.
¿Y si decido no seguir? ¿Si apago esta vida antes de que crezca, antes de que se vuelva otra sombra en este mundo lleno de oscuridad? Pero... la culpa, la duda, se enredan en mis pensamientos. No importa lo que haga, ya estoy destruida.
Me abrazo las rodillas, intentando controlar el temblor de mi cuerpo, pero es inútil. No puedo tenerlo. No puedo traer al mundo a este niño, no después de todo lo que he pasado. ¿Cómo puedo criar a un hijo que es producto del abuso? No sería justo, ni para él ni para mí. Todo lo que soy ahora está roto, y este bebé... ¿qué futuro podría tener?
Mis pensamientos viajan a Daven... este bebé... también es su sangre. No importa si es de Seth o Bereth... este bebé sigue siendo su familia...Si él lo supiera, haría todo por convencerme de tenerlo. Lo sé. Porque aunque odie a Bereth, aunque lo desprecie con cada fibra de su ser, sigue siendo su hermano... y esta criatura, este ser inocente que llevo dentro, también es su sobrino.
¿Qué diría? ¿Cómo reaccionaría si supiera que pienso en no tenerlo, en acabar con todo antes de que crezca dentro de mí? No podría soportar verlo suplicarme que lo tenga, que lo críe, que lo ame... porque yo no puedo. No puedo amar algo que me recuerda tanto dolor, tanto horror.