Capítulo IX: Consiguiendo chamba.

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Katsuki subió al autobús con derrota, ignorando el discurso de Iida sobre cómo deberían sentarse, demasiado deprimido y mentalmente agotado por todo lo que había tenido que pensar ayer para hacerle frente al conflicto que se avecinaba, parte de su cerebro estaba apagado, no reaccionando a los saludos que le daban sus compañeros mientras se sentaba en el primer asiento que vio disponible.

— Kirishima, ¿te quieres sentar con...? — el pelirrojo se sentó a su lado antes de que terminara de hablar, dándole una enorme sonrisa junto a un pulgar arriba.

— Ni siquiera tienes que preguntar, amigo. — el rubio resopló divertido, escondiendo una sonrisa tras su mano mientras veía hacia el otro lado vacío, al menos hasta que su visión fue interrumpida por una cabellera roja y blanca.

— Buenos días, Bakugo. Te ves tan resplandeciente como el sol de verano y tan inalcanzable como los dioses del Olimpo. — saludó Shoto, leyendo discretamente su línea escrita en la palma de su mano, añadiendo una sonrisa sincera al final, esperando con ilusión que el otro se sonrojara como las princesas de los cuentos de hadas.

— ¡Ya deja de decirme cosas así! — exclamó avergonzado, intentando pegarle un manotazo en la cabeza, pero fue esquivado fácilmente por los buenos reflejos de quien había sido entrenado desde niño, así que optó por enfurruñarse en su asiento con los brazos cruzados. — Si no es una cosa, es otra... Nadie me deja en paz, maldita sea...

— ¿Saben una cosa? Yo siempre digo lo que pienso sin importar lo que esté en mi mente. — dijo Asui Tsuyu sentándose en frente de ellos con una sonrisa amistosa.

— ¿No es eso algo incómodo, Asui? — preguntó Momo a su lado, imaginando todos los posibles malos ratos que pasaría si ella hiciera lo mismo, sobre todo cuando el chico de quien había estado viendo dibujos estaba frente a ella.

— No, no realmente. Y, por favor, llámenme Tsuyu. — pidió la chica con características anfibias, señalando a los tres varones con una sonrisa extraña en su rostro. — ¿Están ustedes en un trío o algo así?

— ¡¿Qué carajo?!

— ¡¿Cómo?!

— No. — contestó Shoto tranquilamente mientras se asomaba para fulminar con la mirada al otro pelirrojo, molesto de solo pensar en la posibilidad. — No estoy dispuesto a compartir a Bakugo.

— ¡¿A quién vas a compartir tú, pedazo de mierda?! — el rubio se abalanzó encima del chico, con el estrés acumulado librándose mientras lo golpeaba con chirlos lo suficientemente fuertes para desquitarse, pero no tanto como para hacer un daño real a alguien con entrenamiento. La víctima del ataque, en cambio, se dejó hacer sin problema alguno, sonriendo mientras deslizaba discretamente sus brazos alrededor de la cintura de su futura pareja, aprovechando la oportunidad del destino.

— ¿Tal vez me equivoqué y son una pareja de a dos? — preguntó nuevamente la chica a Kirishima, quien observaba la situación confundido, a diferencia de Izuku que aplastó su botella de agua hasta hacer un desastre en el suelo.

— ¿Estás bien, Deku? — inquirió Uraraka, siguiendo la dirección de sus ojos, hasta ver que, de nuevo, su compañero estaba mirando enojado a Todoroki; se preguntó si tendrían algún conflicto desde antes, dudando porque solo uno de ellos veía mal al otro.

— Total... mente bien. — dijo con una sonrisa que no llegaba a sus ojos, su puño temblando de impotencia al ver la escena en la que debería estar él con Kacchan y no este desconocido, se maldijo mentalmente por no haberse apresurado a tomar asiento junto a él, pero no quería dejar hablando solo a Iida, quien era el nuevo presidente de la clase.

«No somos iguales» | Bakugou Katsuki [EN EMISIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora