Capítulo 22: Alguien es una mala influencia.

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-Pueden regresar a sus habitaciones, pero no se esfuercen mucho. Nada de entrenamientos, mejor descansen en cama, ¿sí? -La enfermera entregó a cada uno una caja de pastillas, en caso de que tuvieran dolencias. Luego, miró al único rubio de la habitación, que movía el pie con impaciencia por irse-. Por favor, joven. Recupérese antes de buscar venganza, sus agresores no irán a ningún lado.

Katsuki gruñó, tomó sus pastillas y se fue pisoteando fuerte. Quizás esos cabrones no se iban a ir del país pronto, pero podrían esconderse en sus malditas madrigueras de ratas si él no se apuraba.

-Gracias por todo, señorita -murmuró Kirishima, sintiéndose triste de que su mejor amigo se fuera sin haberle dicho una sola palabra. Ni siquiera lo había mirado, simplemente lo ignoró como si no estuviera ahí y eso dolía más que cualquier cosa.

Midoriya y Todoroki comprendieron mejor que nadie su tristeza. Cuando les dieron las últimas indicaciones, caminaron juntos a los dormitorios y, a este punto, ya no podían ver ni la sombra de Bakugou por el camino.

-Creen... ¿Creen que su tío tenga razón? -Izuku preguntó de forma insegura. Él, más que cualquiera deseaba una oportunidad, pero, por la forma tan fría en que el chico los había ignorado... No estaba seguro de que la tuvieran.

-Su idea de cocinarle es buena. A Bakugou le encanta la comida gratis, siempre recibe con una sonrisa los almuerzos de Yaoyorozu -respondió Shoto, con una mueca disgustada.

-¿Avisaste a nuestros compañeros que la cocina estará ocupada, Midoriya? -le preguntó Kirishima, pasándose los dedos por el cabello desordenado. Estaba nervioso por cocinar porque no lo hacía desde hace meses. No sabía si sería capaz de preparar algo tan delicioso como el club de fans.

-Sí. Dijeron que saldrán a comer afuera. -Tuvo que mentirles, diciendo que habría desinfección hoy para evitar preguntas innecesarias-. De lo que no estoy seguro es del platillo que sugirió su tío...

-Oh, yo lo busqué en internet -dijo el pelirrojo-. Parece que es un manjar francés, aunque tiene riesgos de parásitos y bacterias. ¿Deberíamos arriesgarnos?

-Yo digo que sí. Bakugou no se enfermó cuando comió esas hamburguesas crudas. -Shoto todavía recordaba la felicidad que irradiaba su enamorado ese día-. Y si se llegase a enfermar, yo estaré ahí para cuidarlo.

-Estaremos -corrigió Izuku, dándole una mirada molesta. Kirishima apretó los labios en una sonrisa tensa.

-Sí, claro. -Aunque había asentido de acuerdo, no pudo evitar murmurar para sí mismo: -Hasta que me deshaga de ustedes...

Bakugou solía almorzar un poco tarde cuando no tenían clases, así que tenían mucho tiempo para preparar un almuerzo delicioso que ablandara su corazón. Las tareas se dividieron entre los tres, para agilizar las cosas y poder cocinar mayor variedad de platos, en caso de que algo no le gustara.

-Chicos -llamó Todoroki, haciendo una mueca.

-¿Qué pasa ahora?

-Volví a quemar el arroz -confesó, sacando la olla de la hornalla. Miró con ojos críticos su tercer intento de cocinar, el arroz estaba negro, completamente pegado al fondo; y llegó a la conclusión de que no era bueno cocinando.

Tomó el tenedor que había usado para removerlo y comenzó a raspar la olla para despegar la comida.

-¡¿Qué estás haciendo?! -Kirishima corrió hacia él apenas lo vio-. ¡Vas a dañar el teflón!

-¿Y eso qué es? -preguntó confundido. Le arrebataron la olla de las manos y lo empujaron a un lado.

Izuku suspiró con cansancio, haciéndole una seña para que viniera a la mesada.

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⏰ Última actualización: Jul 12 ⏰

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«No somos iguales» | Bakugou Katsuki [EN EMISIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora