Capítulo 19: Hamburguesas congeladas.

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—No puedo evitar notar que, siempre que hay un problema, tú estás involucrado, Bakugou —dijo Aizawa con voz cansada. A diferencia de los tres chicos sentados en frente, él vestía su pijama porque estaba durmiendo cuando oyó los gritos en la cocina. Esta era la razón por la que no quería vivir con adolescentes, sabía que algo así pasaría.

—¿Está insinuando que es mi culpa, o qué?— gruñó Katsuki, de forma irrespetuosa, cruzándose de brazos y levantando la barbilla con rebeldía. El profesor levantó una ceja no impresionada. Después de haber conocido a su madre en esa reunión de padres, no esperaba que él fuera un ejemplo de modales.

—Intentaste estrangular a Todoroki —respondió, en cambio. No esperaba que mostrara vergüenza, pero sí un poco de arrepentimiento por haber perdido los estribos. Sin embargo, el rubio lo miró desafiante—. Estoy seguro de que sabes que no deberías cometer asesinato. No cuando estás estudiando para ser un héroe y este es tu futuro compañero de trabajo.

—Todo está bien, profesor. —Intervino Shoto, adelantándose a Katsuki. Tenía una sonrisa serena en su rostro, a pesar de que estaba por ser castigado de nuevo—. No me ahorcó muy fuerte, ni siquiera me dejó una marca. En todo caso, fue un placer para mí compartir un momento tan íntimo con Bakugou.

Vio con ojos amorosos al rubio, recordando como había abrazado su cintura mientras él lo estrangulaba y le gritaba enojado. Aunque esta vez no le salió tan bien el truco, como aquella vez cuando iban en el autobús, porque ahora Bakugou se dio cuenta de lo que hacía y le escupió en la cabeza.

Estaba bien, tampoco estaba molesto por eso. Sabía que su futuro novio era un poco tímido con las muestras físicas de afecto. Además, en el futuro se besarían con frecuencia. Eso significaba que compartirían saliva, así que esto era más bien como un entrenamiento.

—Ya vi por qué nadie te habla. Eres bien raro —dijo Shinso, frunciendo el ceño con disgusto ante su cabello sucio.

Honestamente, Bakugou podría gustarle y todo, pero de repente salía con estas actitudes primitivas. Gritaba como loco, enseñaba los dientes, gruñía como perro y, ahora, ¡escupía como llama! Menos mal que no tenía familia, porque llevar a este tipo a comer con ellos significaba matar su vida familiar para siempre.

De todos modos, él estaba aquí porque había incitado la pelea, gritando y aplaudiendo como si estuviera en una cancha de fútbol. Si hubiera intentado detenerla, como Kirishima, no tendría que estar aquí, perdiéndose la comida.

Recordando a ese tipo, y la ventaja que llevaba con Bakugou respecto a él, miró al profesor y dijo con voz acusatoria:—El verdadero problema aquí, señor, es que Bakugou está siendo acosado por este Todoloco, Midoriya, ¡y Kirishima! ¡Sobre todo por Kirishima! ¡Dígales que se alejen de él!

La cara de Todoroki perdió su sonrisa al instante. Su rostro se enfrió ante la mera idea de ser apartado de su futuro esposo, pero, antes de que pudiera decir la barbaridad que iba a decir, Bakugou lo interrumpió.

—Kirishima no me acosa, idiota. Y si me sigue es porque es mi mejor amigo, tarado.

¿Cómo alguien podría acusar a ese tonto de acosador? Kirishima era la persona más simpática y comprensiva que había conocido en su vida. Era el tipo de persona que lloraba con la muerte de las mariposas, lo opuesto de un criminal.

—Ayer lo vi, acosando en vivo. Se detuvo en medio del pasillo y miró por un buen tiempo la puerta de tu cuarto —dijo, y aunque se enderezó para irradiar confianza, Katsuki solo vio que irradiaba estupidez, como siempre.

—¿Y?

—¡Se quedó por más de cinco minutos! ¡Parado allí, sin parpadear y con esta sonrisa rara! ¡Eso es acoso! —exclamó molesto, pero el único que creyó en sus palabras fue Shoto, quien otra vez marcó a Kirishima como su enemigo número uno.

«No somos iguales» | Bakugou Katsuki [EN EMISIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora