«No somos iguales» | Bakugou Katsuki [EN EMISIÓN]

Capítulo 18: Shinso arruina el día.

 —¡Quítate, hijo de puta! —Katsuki pateó a Shinso, que intentaba robarse las últimas papas fritas, y colocó la bolsa en su estómago, protegiéndolas de sus manos ladronas.

Mientras Kirishima se reía y se armaba de valor para seguirle preguntando cosas importantes, él agarró una lata de gaseosa, la abrió con los dientes y bebió un largo trago.

—¿Saldrías con un hombre? —dijo el pelirrojo y, aunque intentó disimular, sus ojos rojos parecieron convertirse en rayos láser, dada la intensidad con la que miraba a su mejor amigo. Shinso no estaba mejor. Él se cruzó de brazos y resopló, mirando hacia fuera, pero tenía el oído bien atento.

Sin embargo, Katsuki respondió eructando ruidosamente.

—Oh, por favor... —murmuró Shinso, haciendo una mueca de repulsión cuando lo vio limpiarse la boca con poca finura. En cambio, Kirishima sonrió tontamente, enamorado hasta los pelos de él.

«¿Yo, saliendo románticamente con alguien?», se preguntó a sí mismo, frunciendo el ceño.

Solo había tenido encuentros casuales en todo este tiempo, nunca una cita seria, o siquiera había pretendido a alguien... Ahora que pensaba en ello, ¿no era eso un poco extraño? Era el héroe más famoso del futuro y no había tenido ni una sola pareja, ¡hasta el perdedor de Deku tenía novia!

Quizás era demasiado exigente con las personas y sus estándares no le permitían ver lo bueno de ellas. Debería cambiar eso desde ya, porque no había forma de que su alma gemela se presentara en su habitación y le propusiera matrimonio. Esas cosas no pasaban en la vida real.

—¿Tal vez? —respondió inseguro, pero bueno, ¿qué diferencia habría entre salir con mujeres y hombres?

Kirishima suspiró con alivio, como si hubiera esquivado una bala, pero la guerra todavía no había terminado. Seguía muy nervioso, como demostraba su cara colorada, pero pensó para sí mismo que su linda mamá había criado a un hombre fuerte y valiente, por eso, preguntó:

—¿Y con qué tipo de hombre saldrías?

Shinso sacó su celular discretamente, listo para anotar cada detalle para conquistarlo más tarde. Mientras tanto, Katsuki pensó profundamente en ello.

—Un hombre con músculos, capaz de luchar cuerpo a cuerpo y herir de gravedad con su don. Pero tiene que ser buena persona, alegre y simpático, conforme con su vida... —Otra vez estaba pidiendo demasiado. En estos tiempos, ¿quién estaba conforme con su vida?— Bueno, si tiene un par de detalles, tampoco me voy a quejar... Tanto.

—¡Oh, oh! ¡Suena como yo! —chilló Kirishima, saltando en su asiento con entusiasmo. Sus ojos destellaban como estrellas y Shinso no pudo hacer más que mirarlo con desprecio, imaginando como una cola de perro se balanceaba tras de su espalda.

«Mierda, no tengo ninguna de esas cualidades, salvo lo del don...», pensó con fastidio y se alejó de ellos para irse a reflexionar en el galpón. Necesitaba una taza de café caliente y nuevas ideas sobre cómo enamorar a alguien, sobre todo si eres lo contrario a lo que busca. ¿Cómo carajos iba a desarrollar músculos y aprender a luchar en menos de un mes?

—Sí, supongo que te pareces... —dijo Katsuki, luego se dio cuenta de lo que implicaba y negó con la cabeza, sonrojándose de vergüenza—. Me equivoqué, no me gustan ese tipo de personas. Soy más de metaleros depresivos.

Kirishima sonrió con picardía, sabiendo que mentía y, aunque se vio tentado a seguir molestándolo, decidió cambiar de tema. Ya tendría tiempo de cortejarlo como era debido. ¡Sería el mejor de los pretendientes y su mamá estaría orgullosa de él!