Hyunjin toma asiento frente a su escritorio, y saca de su mochila la libreta que compró el día anterior. Quita de este el plástico que la envuelve, sintiéndose como un niño pequeño tras recibir un regalo.
Últimamente se sentía frustrado porque no podía desahogar sus sentimientos más allá de hablarlo con Mihye. Y, siendo honesto, era algo que le servía mucho, pero nada le ganaba a sus bocetos y garabatos.
Le fascinaba rayar sus páginas, expresando cada una de sus emociones en ella. Y lo que más amaba era ver lo que resultaba de ello, pues al fin y al cabo, sólo él podía entender lo plasmado en la hoja. Pero no era un artista incomprendido, como su mamá le gustaba decir. Solo era un chico, que con un lápiz y un papel, podía calmar sus tormentas internas.
Abre la libreta, derritiéndose con el aroma a libro nuevo que inunda sus fosas nasales. Toma uno de sus lápices, que había estado descansando por semanas, para dirigirlo a la primera página.
Cuando dibujaba, su cabeza parecía desconectarse de la realidad, y solo regresaba al tener un resultado listo en el papel. Permitía a su imaginación volar y dejaba que sus dedos, sujetando firme el lápiz, trazaran lo que fuera que saliera de su interior.
Comenzó con un rostro, seguido dibujó el resto del cuerpo. Afinó algunos detalles, como el ambiente, la postura, los elementos que acompañaban la imagen visual que tenía en mente. Todo debía quedar perfecto, porque sentía que ese dibujo ameritaba esa exigencia.
Pensó incluso en colorearlo, pero se arrepintió antes de ahondar demasiado en esa idea. Su dibujo estaba bien así.
Dejó el lápiz de lado y fue en ese momento en el que pareció tocar suelo. Sus mejillas ardieron y sus labios sonrieron a traición cuando vio el resultado de su dibujo inconsciente.
Era Mihye.
Un retrato de ella era lo primero que adornaba su libreta nueva. Y era curioso que fuera una imagen mental que tenía del día anterior, justamente cuando adquirió aquel objeto, en compañía de la chica.
Mihye estaba sentada frente suyo en la mesa del patio de comidas, con una sonrisa radiante después de que él le contó una historia con un final gracioso. Sostenía entre los dedos de su mano derecha la pajilla de su vaso con gaseosa, y se encontraba ligeramente inclinada hacia ese mismo lado. Había algo con esa pose y con esa expresión que Hyunjin no pudo olvidar, porque, si bien él era consciente de la belleza de su amiga, en ese instante fue capaz de sentirse cautivado por la misma.
En su anterior libreta, dibujos de Hyori eran comunes entre las páginas. Era su mejor amiga y convivía con ella incluso más que con su familia, por lo que le parecía normal tenerla como una especie de musa para sus retratos. Por ello, sentía que algo similar estaba ocurriendo con Mihye.
Al fin y al cabo, en los últimos dos meses habían estado pegados el uno con el otro.
Solo era la cercanía que lo llevó a retratar a su amiga, nada más.
Definitivamente no eran sentimientos románticos los que impulsaron ese dibujo, claro que no. Su corazón está acelerado por el nerviosismo, no porque Mihye le provocara nada. No podía ser eso.
¿O quizás sí...?
Hyunjin sacude su cabeza, riendo al finalizar su bobo pensamiento.
No, no veía a Mihye como algo más que una amiga. Y si así era, se aseguraría de matar esos sentimientos antes de que escalen a mayores, porque sabe a ciencia cierta que ella no sentía lo mismo por él.
No iba a pasar dos veces por la misma situación.
no me importa que les caiga mal mihye, yo la amo👹
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sorry, i love you • hwang hyunjin
Fanfiction𝐬𝐨𝐫𝐫𝐲, 𝐈 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐲𝐨𝐮 | Hwang Hyunjin estaba seguro de que Lee Hyori no era nada más que su mejor amiga. Pero, cuando ella comenzó a enamorarse de uno de sus compañeros, algo se revolvió en su interior. Tal vez, y solo tal vez, sí sentía un...