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A pesar de su conversación con Mihye, Hyori no se sentía con un poco de ganas de terminar el día

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A pesar de su conversación con Mihye, Hyori no se sentía con un poco de ganas de terminar el día.

Desde su cumpleaños, de eso ya se cumpliría una semana, había estado pensando en todo lo que hizo mal respecto a su amistad con Hyunjin. Era consciente del poco tiempo que pasaba con él desde que se hizo novia de Seungmin, pero realmente nunca reflexionó del todo lo mal que había actuado. Priorizó a su novio, en cada sentido, pero Mihye tenía razón, tuvo que haber balanceado sus tiempos para sus cercanos.

Todos esos pensamientos le estaban jugando en contra en esos momentos, en los que más necesitaba de concentración.

Su entrenamiento de voleibol, el día de hoy, consistía en un partido entre las chicas del equipo. Seis contra seis, obviamente. El gran problema era su complicación para enfocarse en el juego, porque ya habían perdido el primer set por su culpa, pues había dejado pasar más de siete puntos.

El entrenador hace sonar su silbato, deteniendo así la primera mitad del segundo set. Hyori suspira rendida, sabiendo lo que se viene.

—Lee Hyori, a la banca —sin poder rechistar, muerde su labio inferior, asintiendo.

Aguantandose las ganas de llorar, se dirige a la banca y se sienta en esta. De todas formas, agradece estar fuera del partido, porque su cabeza no estaba en las mejores condiciones como para jugar correctamente.

Pasó el resto del partido frustrada contra sí misma, intentando con todas sus fuerzas no largarse a llorar. Sentía las lágrimas avecinarse pero no quería hacerlo, al menos no ahí.

Toma su teléfono del interior de su bolso, descubriendo que tiene algunos mensajes pendientes de su novio. Sonríe aliviada, sintiendo un poco de tranquilidad al leer su nombre. Al menos lo vería después del entrenamiento, eso le bastaba para poder superar ese día.

Sin embargo, toda su felicidad se desploma cuando lee los mensajes.

*****

Puppy<3

Amor, lo siento

No podré ir a buscarte al
entrenamiento:(

Mi papá me pidió que lo
acompañe a comprar
unas cosas que necesita
para reparar el cuarto
de baño

Te prometo que mañana
podemos pasar el día juntos

Te amooooooooo

*****

Le va a responder más tarde, porque ahora las lágrimas amenazan con salir.

Finalmente, el entrenador vuelve a hacer sonar su silbato para dar por terminado el partido de entrenamiento. Hyori toma su bolso del piso y corre al camerino, antes de ser regañada.

Se encierra en un cubículo para cambiar su ropa de gimnasia por su uniforme y poder irse a casa de una vez por todas. Mañana era sábado, así que cancelaría el plan de Seungmin y podría llorar en su habitación todo lo que quisiera.

Mientras cambia sus pantalones, nota una gota caer hacia el piso, seguida de otra. No demora mucho en darse cuenta de que se ha largado a llorar en contra de su voluntad. Está demasiado frustrada como para poder retener sus emociones por mucho más tiempo. Lo único que logra rescatar de ello, es que puede desahogarse tranquila, sin nadie que la juzgue.

Trata de no hacer demasiado ruido por los sollozos, considerando que sus compañeras de equipo están dentro del camerino también. Pero no puede evitarlo.

Dos golpes a su puerta la distraen.

—¿Hyori, estás bien? —reconoce la voz de Namjoo, la armadora central.

—Sí, ya salgo —responde, secando sus lágrimas con prisa.

Más rápido que nunca termina de cambiar su ropa. Antes de salir del cubículo, observa su rostro en su espejo portátil y trata de que los rastros de un llanto no sean tan visibles, por suerte solo tiene los ojos un poco rojizos.

Hyori se cuelga su bolso al hombro y abre la puerta. Namjoo intenta detenerla.

—Oye, todas podemos tener un mal día, no te tortures por ello —le tranquiliza. Hyori asiente, agradeciendo sus palabras.

Sin nada más que hacer ahí, abandona el camerino y pronto se dirige a la puerta del gimnasio. Solo debe aguantar unos minutos hasta llegar a casa, puede hacerlo.

Avanza cabizbaja, y tras cruzar el umbral de la puerta, choca contra alguien. Se apresura en mirarlo, para pedir perdón, pero apenas reconoce a la persona se larga a llorar.

—Hyunjin —murmura, abrazando su cuerpo sin pensarlo dos veces.

El nombrado acaricia su cabello y así corresponde a su gesto. Mientras le permite llorar libremente en su pecho, él habla.

—Creo que tenemos una conversación pendiente.

—Creo que tenemos una conversación pendiente

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sorry, i love you • hwang hyunjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora