26; final

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Su día se fue volando

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Su día se fue volando. Las horas pasaron tan rápido que, cuando sonó el timbre indicando el final del día escolar, Mihye se quiso lanzar de un quinto piso. No se había preparado en lo absoluto para el rechazo que se le venía, y ahora estaba entrando en pánico.

Hyunjin no la esperó, se fue directamente al árbol, porque lo veía recostado en él desde su salón.

Respiró profundo y tras tomar sus pertenencias, se dirigió a la salida del salón. Durante todo el camino hacia el patio, solo podía pensar en lo horrible que era tener sentimientos por alguien. Lo estaba pasando mal, solo quería que el día terminara.

Al llegar al primer piso y posicionarse en la puerta que daba hacia el patio, suspira. Inhala una buena bocanada de aire y finalmente sale. Con la cabeza en alto y sin titubear, avanza tranquila hasta el árbol, tratando de no perder la calma cuando Hyunjin nota su presencia. Finalmente, se sienta y apoya su espalda contra el tronco, al igual que él.

La jornada está fría, y eso, sumado a los nervios internos de ambos, les generan escalofríos mutuos.

El silencio reina entre ellos unos segundos, y no son capaces de dirigirse la mirada. Es tan incómodo.

—Hyunjin-

—Mihye-

Han hablado al mismo tiempo, y se han callado de la misma forma. Ella se ríe, pero pronto niega con su cabeza, tratando así de alivianar el ambiente.

—Lo siento, habla tú primero —le dice Hyunjin.

Ella se acomoda, flexionando sus piernas y colocando su bolso debajo de estas. Abraza sus rodillas, apoyando su cabeza sobre ellas mientras observa hacia otro lado.

—Está bien —acepta. Tras suspirar, Mihye vuelve a hablar —En los últimos días, he notado que siento cosas por ti. Cosas románticas —aclara, haciendo sonreír a Hyunjin —Me haces sentir bien, me haces feliz y despiertas en mí sentimientos lindos, sentimientos que hace mucho no tenía por alguien. Y no estaba segura de decírtelo, por todo este asunto de Hyori, pero después de reflexionar mucho, sentía que estaría traicionando mis convicciones al quedarme callada.

Se incorpora, cruzando sus piernas. Toma una buena bocanada de aire, y se gira para ver a su amigo, quien no le ha apartado la mirada por un solo segundo.

—Así que, me gust-

Antes de poder terminar su frase, Mihye es interrumpida. Sus labios han sido callados con los de Hyunjin, en un beso tierno y simple, pero suficientemente poderoso como para lograr alterar cada sentido en sus interiores.

Para ella es un gesto tan fuerte. Significa demasiado que el chico que le gusta la esté besando, pero al mismo tiempo se sentía incorrecto, porque desconocía los sentimientos de él. El problema yacía en que no era capaz de separarse, a tal punto en que lleva sus brazos alrededor de su cuello, buscando la forma de apegarse aún más de lo que ya están.

Quiere disfrutar ese beso porque siente que será el único.

Al sentir cómo los brazos de Hyunjin se posicionan en su cintura, decide separar la unión de sus labios. Sin embargo, ambos se quedan en esa posición.

—Tu también me gustas, Ryu Mihye —confiesa, sin poder quitar la mirada de los bellos ojos marrones de la otra chica. Tras un fugaz beso, continúa hablando —Todo este fin de semana hablando con Hyori me sirvió para caer en cuenta de que ya no siento nada por ella, porque hace mucho tiempo tu tomaste su lugar.

Sin saber qué decir, sus labios sonríen a traición. Su cabeza aún está procesando lo que acaba de escuchar, porque no lo puede entender. Trata de unir cabos, situaciones que hagan alusión sobre los sentimientos de Hyunjin hacia ella. ¿En qué punto de su amistad fue que ese gusto se hizo mutuo?

—¿Es por eso que estuviste lejos toda esta semana? —cuestiona ella.

—Sí, necesitaba tiempo para pensar —Hyunjin desvía la mirada unos centímetros, pero sin soltar la cintura de su amiga —Después del cumpleaños de Hyori todo se volvió caótico para mí, cuando le dije la verdad me di cuenta de que no me provocaba nada. Y no me demoré demasiado en darme cuenta de que eso era por ti.

Mihye se ríe, mordiendo su labio inferior sin saber qué más decir. Está demasiado feliz como para poder hacer algo más. La adrenalina corre por sus venas ahora mismo y solo quiere llenar el rostro de Hyunjin a besos, expresando lo mucho que lo quiere.

Y eso es lo que hace. Toma sus mejillas entre las palmas de sus manos, depositando un beso en la frente de Hyunjin, seguido de uno en la punta de su nariz, otro en su pómulo derecho y así hasta poder completar cada centímetro de su rostro. Mihye sabe que él merece todo ese cariño, después de su mala racha en el amor, y ella está dispuesta a dárselo.

Él no hace más que reír, amando cada sensación que lo recorre. Está tan feliz de saber que sus sentimientos son mutuos y de que es Ryu Mihye la persona a la que va a entregarle todo lo que hay en su corazón.

—¿Cómo lo haces? —pregunta Hyunjin, escondiéndose en su cuello —Quiero decir, tienes algo y no puedo explicar el qué es, pero no me quiero separar de ti. ¿Esto es lo que Hyori sentía y por eso me dejó de lado?

Mihye se larga a reír.

—Siento que esto es el comienzo de algo muy lindo —afirma él, separándose de Mihye para pronto ponerse de pie. Estira su mano hacia ella, para ayudarla a levantarse.

—También lo creo —no duda en lanzarse de nuevo a su cuello para plantar un último beso en sus labios. Tras reír, él coloca su bolso sobre su hombro, Mihye lo imita.

—Ahora vamos a pasear, comamos un helado, yo invito —propone, tomando la mano de su chica.

—¿Helado? —cuestiona la pelicorta, entrelazando sus dedos, él asiente, contento —Hyunjin, estamos a nueve grados.

—No le veo el problema a eso. Un helado cuando hace frío, es increíble.

Mihye niega con su cabeza, riéndose de su pensamiento.

Avanzan hacia la salida del patio, balanceando la unión de sus manos de adelante hacia atrás, mientras una sensación cálida envuelve sus cuerpos. Ahora que sus sentimientos son claros, la felicidad se transforma en sonrisas bobas y deseos de decirse un sin fin de cursilerias.

Quizás, al comienzo, Hyunjin se había enamorado perdidamente de su mejor amiga, y esa chica fue responsable de romper su corazón sin que esa fuese su intención. Pero al final del día, la que siempre estuvo ahí para él no fue Hyori, fue la bella chica que sostenía su mano. Y la que realmente despertaba bonitos sentimientos en él, era Mihye.

Cuando sus ojitos brillosos se vuelven a encontrar, sus corazones laten al unísono, diciéndose en un intercambio de miradas lo mucho que se querían.

Sí, definitivamente este era el comienzo de algo muy lindo.

Fin.

Fin

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sorry, i love you • hwang hyunjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora