𝐬𝐨𝐫𝐫𝐲, 𝐈 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐲𝐨𝐮 | Hwang Hyunjin estaba seguro de que Lee Hyori no era nada más que su mejor amiga. Pero, cuando ella comenzó a enamorarse de uno de sus compañeros, algo se revolvió en su interior.
Tal vez, y solo tal vez, sí sentía un...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuando la mesa del comedor estaba llena con ellos cinco, las risas eran algo que no podía faltar. Jisung y Mihye eran como una dupla de comediantes que no fallaba en hacer reír a su público, en este caso, Felix, Jisu y Hyunjin.
Y este último no se cansaba de la convivencia con ese grupo. Realmente lo disfrutaba, porque todo se sentía cómodo en su presencia.
Lo más entretenido era el típico intercambio de comida que hacían al sentarse con sus bandejas. Entre Mihye y Jisu se encargaban de quitar las verduras de la comida de Hyunjin, mientras que este aceptaba los restos de pollo del plato de Felix. Y Jisung, quien se autoproclamaba como el gran ganador de esos intercambios, siempre recibía las sopas o caldos que Mihye no consumía, porque no le gustaban realmente.
Aquel día en particular, y luego de finalizar sus almuerzos, hicieron un juego de piedra, papel o tijeras para elegir a la persona que se llevaría las cinco bandejas al mesón de la cocina. La final era entre Jisu y Hyunjin, y este alzó los brazos triunfante al elegir papel, luego de que su contrincante usara la piedra.
Jisu apiló las bandejas y con cuidado se dirigió al mesón. En ese periodo, Jisung no hizo más que retomar la historia que estaba contando antes de ser interrumpido.
Pero, como si el destino no quisiera que hablara, una distracción se hace presente en la mesa. Un alumno, de bonitas facciones, hace acto de presencia, saludando a todos en la mesa, pero a Mihye con especial interés. Hyunjin frunce el ceño, observando la escena.
—Hola —saluda, un poco inclinado sobre ella, mientras recibe una mirada atenta por parte de Mihye —¿Podrías venir unos minutos? Quiero hablar contigo.
—Ya vuelvo —informa a los demás en la mesa, alejándose hacia otro lugar, fuera de la cafetería con el chico.
La intriga está matando a Hyunjin.
¿Quién era él? ¿Por qué habló con tanta confianza con Mihye? Hasta donde sabía, ella no tenía hermanos, tampoco familia directa en la misma escuela, y también estaba soltera, por lo que ese chico no podía ser su novio. No quería pensar que la historia podía repetirse, que Ryu estaba hablando encariñada con alguien de la escuela y pronto volverían a dejarlo solo.
Ansía preguntarle a sus amigos, pero no quiere que parezca que hay un interés romántico por parte de él.
Jisu regresa a la mesa, espantada al ver que Mihye se ha ido.
—¿Dónde se fue? —pregunta, señalando el espacio vacío de la chica.
—Changbin la necesitaba para algo —explica Felix.
Al menos ya tenía un nombre. Y le sorprendía ver que sus amigos también lo conocían. La curiosidad aumenta cada vez más.
—¿Changbin? —cuestiona entonces, a la chica ubicada a su lado derecho.
—Ah, es cierto, tu no lo conoces —Jisu parece recordar ese dato —Changbin es el ex de Mihye. Estuvieron juntos a finales del año pasado y durante todo el verano, pero terminaron bien.
Un extraño miedo se apodera de Hyunjin ahora. No se esperaba esa respuesta, mucho menos se esperaba que Mihye ya haya tenido pareja. Ahora comprende por qué tantas veces le ha dado consejos tan sabios. Quiere saber de qué trata la conversación que ocurre en el pasillo fuera de la cafetería, porque el temor de que ellos vuelvan es enorme.
Mihye regresa en un par de segundos, dejando a Hyunjin en mayor tensión al ver su sonrisa de oreja a oreja, mientras sostiene entre sus brazos un peluche en forma de perro. Volvieron, está seguro.
—¿Qué quería Changbin? —curiosea Jisung, observando el muñeco.
—Me quería devolver esto —ella señala a su peluche, sonriendo ampliamente —Dios, estaba segura de que lo había perdido. Me dijo que lo encontró en su casa hace unos días y se le había olvidado traerlo hasta hoy.
Ese miedo se esfuma por completo del cuerpo de Hyunjin. El alivio vuelve a apoderarse de él, así que se mantiene tranquilo, sabiendo que la felicidad de Mihye no era realmente provocada por otro hombre y una propuesta de volver, sino que había sido producto de recuperar su preciado peluche.
Pero ahora un cuestionamiento mayor llega a su cabeza.
¿Acaso la estaba celando?
Se ríe para sí mismo, negando. No tenía sentido.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
