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Ese día lunes, Hyunjin se levantó como de costumbre con el fin de alistarse para ir a la escuela

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Ese día lunes, Hyunjin se levantó como de costumbre con el fin de alistarse para ir a la escuela. Se duchó, vistió y pronto desayunó, abandonando su hogar.

La tarde del sábado que pasó llorando en brazos de Mihye le sirvió para comprender que lo mejor que podía hacer ahora, era aceptar su realidad y salir adelante, superar a Hyori y no volver a sentir nada por nadie, hasta tener la certeza de que esa persona sintiera lo mismo por él.

No estaba dispuesto a volver a sufrir como lo estaba haciendo ahora.

Aquel día llegó a la escuela, fue a su salón y tomó asiento en su lugar. Mihye llegó pocos minutos después, y al verlo sonriente, se alegró inmensamente. Se saludaron entre miradas cómplices, sabiendo que ese evento ocurrido el día sábado era algo que se llevarían hasta la tumba.

Hyori hizo ingreso al salón también. Como ya era usual, saludó fugazmente a Hyunjin, agitando su mano en el aire y en cuestión de segundos corrió hacia Seungmin. Ya, a estas alturas, aquel comportamiento le daba igual.

El resto del día fue tranquilo. Hyunjin logró ingeniárselas para usar sus audífonos en clases sin ser visto, así que las horas se le pasaron volando.

Hasta el almuerzo, que fue cuando se vio obligado a desconectarse de su música. Hoy no tenía muchos ánimos como para comer con Jisung y Felix, en realidad, la única persona con la que tenía ganas de estar era con Mihye. Había descubierto que le agradaba su compañía y que pasar el rato con ella seguramente le alegraría el día.

Tímido, se acerca a su pupitre, al ver que sigue ahí. Mihye lo reconoce y sonríe ampliamente al verlo tomar asiento frente suyo.

—¿Puedo pasar el receso contigo? —le pregunta, nervioso de que decida negarse. De todas formas comprendería que le diga que no, pues siente que ha abusado un poco de su confianza.

—Por supuesto, Hyunjin, qué pregunta boba la tuya —es la respuesta de Mihye, quien le revuelve el cabello de forma juguetona —Aunque, Jisu no vino hoy, ¿está bien si solo somos los dos?

Oh, de hecho, desde el principio creí que seríamos solo nosotros —confiesa, haciendo reír a Mihye.

—Está bien entonces. Vamos a la cafetería porque me estoy muriendo de hambre.

Mihye se pone de pie, llevando consigo lo que parece ser su tableta electrónica. Hyunjin la sigue, estirándose en el aire.

El almuerzo se desarrolla con tranquilidad para los dos. Aprovechan la instancia para ponerse al día con muchas cosas sobre sus vidas personales. Hyunjin y Mihye eran amigos desde hace casi dos años, pero hasta hoy nunca habían mantenido conversaciones tan largas y fluidas. Porque, sin mentir, sólo callaban al tener comida en la boca.

Su charla se basó principalmente en contar vivencias familiares, pequeños chismes que sabían sobre otros compañeros y compañeras, y también en tocar algunos temas tontos, como sus comidas favoritas o los alimentos que menos les gustaban.

Cuando finalizaron sus almuerzos, Mihye sugirió ir al patio. Aunque Hyunjin quiso negarse, porque no le traía los mejores recuerdos, ella le insistió, explicándole que había una zona del patio muy agradable para pasar el rato. Sin poner mayor resistencia, aceptó, y fue arrastrado hasta dicho lugar.

La zona agradable no era más que el famoso árbol del patio. Aunque tenía cierta fama en la escuela, los alumnos no solían usar ese lugar, principalmente porque algunos lo consideraban incómodo.

—Los chicos de la escuela son bobos, porque no saben aprovechar la comodidad de este bello árbol —explica ella, tomando asiento bajo el tronco, apoyando su espalda contra este —Ven, ven.

Mihye tantea el espacio a su lado, y su amigo toma asiento en él, acomodándose de la misma forma. Nunca había estado ahí antes, pero está convencido de que lo usará más seguido a partir de ahora.

Hyunjin observa de reojo como Mihye toma su tableta, la cual había llevado consigo todo ese rato, y abre una aplicación de edición. Al interior de esta coloca una imagen muy bonita, tomada hacia unas flores. La curiosidad lo está matando, y necesita saber de qué se trata aquello.

Tímido se acerca unos centímetros, para que Mihye note su interés y sin mediar palabras, ella se lo comente.

—Estoy editando una sesión fotográfica que hice hace unos días —explica entonces. Hyunjin no puede evitar sonreír al darse cuenta de lo conectados que parecían estar —Una tía tiene una florería y me pidió que le ayudara con algo de difusión por Internet.

—¿Te gusta la fotografía? —la curiosidad solo aumenta en él. Después de todo, no conocía a profundidad a Mihye.

—Me encanta —responde emocionada, pero sin alejar la vista de la pantalla, mientras parece resaltar algunos colores de los pétalos de los tulipanes que está editando —Siempre consideré fascinante el poder utilizar una cámara para plasmar la belleza de algo ordinario. Quizás esto sólo sea un ramo de tulipanes, pero bajo el ángulo correcto, desde la perspectiva adecuada, pueden convertirse en las flores más bonitas del mundo.

El corazón de Hyunjin se acelera al sentir que por fin tenía una amiga que le veía el lado artístico a la vida. Mihye era definitivamente una caja de sorpresas, que él estaba dispuesto a descubrir.

Y estaba seguro de que su compañía era la adecuada en estos momentos, porque en todo el receso no había pensado ni una sola vez en Hyori.

Oh, acabo de recordarla... El desánimo no tardó en aparecer.

 El desánimo no tardó en aparecer

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sorry, i love you • hwang hyunjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora